México 2018, ¿Economía Buena o Economía Negra?

​El verdadero crecimiento económico no se hace, no se puede sostener en base al intercambio de materias primas y el dinero golondrino.

20 de septiembre, 2017

El verdadero crecimiento económico no se hace, no se puede sostener en base al intercambio de materias primas y el dinero golondrino. Las economías número uno son aquellas que transforman; que con innovación desarrollan la infraestructura industrial, la sustentabilidad energética y la autonomía alimentaria en beneficio de la mayoría. Economías que crean y que producen confianza. En México sin embargo aparentemente estamos aún en el mundo al revés…

The Economist refiere a Tomás Piketty como un “Marx moderno”. Su libro el Capital del Siglo XXI, infiere que el camino del capitalismo y de sus formas neoliberales están destinadas a crear una espiral de desigualdad y que en la misma se corre el riesgo de un retroceso económico.

Digamos que hay dos variables actuales que hacen la buena economía de un país, primera: se hace cuando ese 10%, de quienes poseen el mayor capital, deciden invertir en la propia economía nacional, entonces las tasas de interés deberán estabilizarse y el gobierno recibir en el caso de México las ansiadas divisas a través del mercado de dinero, divisas y de capitales.

Más importante que el flujo en inversiones domésticas será entonces esa “mano invisible” la de la confianza, la que generará los empleos y que dará nuevas oportunidades. El hecho es que las  inversiones nacionalistas son siempre buenas, generan confianza hasta en China aunque sean del mismo gobierno con una excepción: siempre y cuando no se pida prestado.

Segunda: la otra nueva variable de la buena economía es el retro-proteccionismo, el nuevo nacionalismo patriótico, la nueva regulación nacionalista que va tomando  forma en países como Francia, Reino Unido o EUA. Ellos en “su cancha” por encima de las fuerzas del mercado y de sus consumidores. Buscan fomentar la producción local para enfrentar a los grupos hegemónicos y especuladores. Es de todos sabidos que el sector financiero y de generación de energía agrupa a los más voraces. Estos meten y sacan el capital al contentillo impidiendo que una economía se fortalezca, se sane. En algunos casos distorsionan y debilitan aprovechando las faltas de regulaciones y de los “aguacates” figurativos de los gobiernos.

En el otro extremo en lo malo, lo que hace Economía Negra, esa del “crecimiento negativo” producto del imaginario de nuestros economistas mexicanos que niegan que la tierra sea redonda como reconocer en contubernio con el INEGI la obvia desigualdad de 51 millones de pobres y de esa falta de crecimiento en las zonas rurales cada trinche día.

En fin, no es mi intención pintar de pesimismo económico ni de retórica el análisis, las variables fuentes de Economía Negra son, la desigualdad social y la falta de oportunidades, esto viene en forma de pobreza, falta de educación o falta de seguridad. Según CONEVAL México en el 2014 participo con 42 millones de mexicanos desiguales y en falta de oportunidades, esta cifra se aumentó un 3% en el 2016.

En el 2018 veremos pasar algo así como 26 mil millones de pesos que serán usados por la partidocracia para defender nuestra democracia germinal. Este capital será inyectado en la economía para generar movimiento y riqueza discrecional quizá por un año, en medio de una nube de medidas de “precaución” de los empresarios e inversionistas quienes saldrán con sus guardaditos de la economía en lo que se decide si será el colorado, el prieto-moreno o el azul-amarillo.

Después de 4 años consecutivos México de sí, ahora se dice no tomará deuda en el 2018 aunque contará con un fondo contingente por eso de la desconfianza de algo así como 88 mil millones de dólares desde el Fondo Monetario. Ante ese “parque” y los 173,500 millones de dólares en la cartera del Banxico al 12 de septiembre del 2017 se antojan suficientes para contener las fluctuaciones en el tipo de cambio las cuales sin duda, podrán “controlarse” hasta el día de las elecciones en donde el nerviosismo electoral cobrará factura buena o negra en los mercados.

En el camino al 2018, el gobierno mexicano encuentra sendos retos económicos en la negociación del TLCAN, en combatir la economía ilegal e informal y en el éxodo y retorno de capitales que sexenio a sexenio sucede.

Si se resuelven favorablemente estos tres asuntos, gane quien gane México tendrá una gran oportunidad, otra vez…la de cerrar la brecha entre la economía buena o negra, la desigualdad y de comenzar con un nuevo modelo, uno más incluyente, uno más social, uno de casa con ciudadanos más nacionalistas; se ve un nuevo México.

Cuanto antes hay que salirse de lo neoliberal que no paga, que nomás devalúa y solo en-negrece el futuro mexica. 

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