Mamá, ¿Quién se llevó los dólares?

El célebre Thomas Jefferson citaba: “Creo que las entidades bancarias son más peligrosas para nuestra libertad que todos los ejércitos permanentes…”. Ciertamente con el ingreso...

2 de julio, 2015

El célebre Thomas Jefferson citaba: “Creo que las entidades bancarias son más peligrosas para nuestra libertad que todos los ejércitos permanentes…”. Ciertamente con el ingreso de la tecnología y la modernización del comercio gran parte de nuestro sistema de pagos se halla en manos del sistema bancario privado.

Las prácticas de la banca no han sido para nada ejemplares en la última década, para muestra los ejemplos del extinto Lehman Brothers Bank o algunos otros bancos conocidos, sorprendidos y sancionados por incumplimiento de controles favoreciendo prácticas recurrentes de lavado de dinero y evasión fiscal.

Los bancos no han sido recientemente un pulmón económico para nadie como lo eran antaño cuando otorgaban créditos con tasas accesibles, a los consumidores y a las empresas. Tampoco son más empresas o grupos financieros con un rol socialmente responsable al menos creando empleos de calidad.

 La banca y su proyecto global de “bancarización” del dinero, por lo visto es un negocio que solo conviene a los bancos. Resulta que los bancos han migrado comodinamente del foco en la custodia del dinero a un nuevo y mucho más lucrativo negocio: La banca transaccional o T-Banking.

Hacer T-Banking, significa asociar comisiones a todos los servicios de banca empresarial y del consumidor (clientes de cheques y tarjetas) y enfocarse en la reducción de los costos operativos por debajo de un 8% integrando tecnología. Este modelo ha resultado en el incremento exponencial de las utilidades de los bancos pero en el descuido en contraparte de la esencia del crédito y de su contribución a la economía.

La nueva cultura organizacional del banco de hacer utilidades mediante comisiones en lugar de clientes satisfechos y leales, ha vuelto el modelo bancario insensible y oneroso para cualquiera, ejemplo: Altas tasas para el crédito y bajísimas tasas para los rendimientos.

En una economía como la mexicana el tipo de cambio se auto-regula de manera “casi” libre. Sin embargo el control de las divisas descansa en gran parte para nuestra mala suerte en este mismo e insensible sistema de pagos. Ante la volatilidad mundial, todos los bancos en su gran mayoría han salido a comprar dólares para proteger sus reservas causando irónicamente una fuerte escasez de la divisa y provocando como en el caso de México un aumento especulativo del tipo de cambio del peso.

A los bancos les causa urticaria cuando el marco regulatorio les impide “libremente” perseguir sus presupuestos de ingresos y metas de rentabilidad. Este gobierno ha sido muy condescendiente y benévolo y hasta ha pecado de buena voluntad permitiendo el libre tránsito de sus utilidades y creando una nueva ley de garantías a modo de la misma banca.

El gobierno ha pasado por alto aunque está suficientemente demostrado que el sistema bancario es un barril sin fondo cuando se trata de obtener utilidades, de lucrar y de perseguir sus propios intereses.

Los gobiernos tibios que permiten “manos libres” a los bancos pueden esperar como pago la depreciación constante de su moneda, la reducción de su contribución al empleo y la falta de créditos al consumo y las empresas ¿por qué? Sencillamente porque es más complejo y caro administrar carteras de crédito que poner la manita en el negocio de las comisiones y del capital golondrino de las divisas.

Se tiene que pactar con los bancos y convencerlos de que la mitad de sus utilidades se queden en pesos mexicanos. Si las ganaron en pesos le deben al menos a nuestra economía ese respaldo. No podemos vivir pensando que estamos en deuda con los accionistas extranjeros porque nos hicieron un favor comprando en 4 o 5 o en 10 mil millones de dólares a nuestros mejores bancos si en tan solo dos años recuperaron su inversión y ahora fabrican un boquete en números alegres de aproximadamente 20 mil millones de dólares en el tipo de cambio.

El problema del tipo de cambio volátil se explica por el precio del petróleo en 50 dólares, por la compra de gasolina refinada y por la compra de divisas producto de la salida de utilidades de los bancos. El primero no tiene remedio es un asunto global y externo, pero…refinar la gasolina, y conciliar con los bancos para que no se lleven toda la lana a otra divisa es casi mandatorio, ello si se quiere mejorar la calidad de vida y el poder de consumo de los mexicanos.     

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