El clima electoral nuevamente enrarecerá la economía nacional hacia el último trimestre del año 2016. En primer lugar están las elecciones en el vecino país del norte que por lo visto dependerán de los votantes de última hora cerrando la elección a una probable diferencia de un digito entre demócratas y republicanos.
Producto de esta incertidumbre nuestro PIB se cerrará en algo así como 2 puntos y nuestra inflación deberá moverse 25% arriba del pronóstico de Banxico para ubicarse entre 3% y 4% aunque la inflación adyacente se proyecta en un rango del 6% al 7%.
Por estos mismos efectos nuestro tipo de cambio muy probablemente reaccionará y se moverá de nuevo esperemos que temporalmente; depreciándose en dos tiempos: 1 Hacia un rango desde 19.50 en promedio, más menos un peso 30 días antes de las elecciones en EUA y 2 Un retroceso o nuevo aumento de 1 peso los días posteriores a la elección. El precio del petróleo no traerá muchos beneficios que ayuden a “capotear” el temporal electoral ya que los texanos están operando niveles de extracción superiores a los 3 millones de barriles diarios creando solidas reservas para el comprador número uno del planeta.
Si EUA decide producto de las elecciones moverse hacia una posición más nacionalista y proteccionista, y nos propone una re-negociación de los tratados de libre comercio de México, EUA y Canadá. Fácilmente nuestro país puede beneficiarse afinando algunos de los grandes retos neoliberales como ejemplo: 1 Poner en la agenda una mejor regulación de las continuas salidas de los capitales y divisas, 2 Concertar una nueva política migratoria basada en accesos temporales de nuestros connacionales y 3 Modificar ciertos aranceles, cupos y bloqueos que no benefician claramente a los productores nacionales…entre otras muchas oportunidades.
Como preámbulo ante un presunto disgusto o incomodidad republicana y aun suponiendo la presencia del dichoso muro al que dicho sea de paso le entramos y, que de una vez pase por ahí un tren eléctrico concesionado a CHINA y ALEMANIA (ambos expertos en muros) puede ser por encima o por un lado para así conectar nuestros puntos fronterizos con sendos puertos modernos y salida al mar en los extremos de dichas vías. De una vez aprovechamos en este proyecto que se haga doble esfuerzo tanto para la frontera norte como para la frontera sur de México; ICA (en bancarrota) y CEMEX felizmente realizarían este proyecto (ironía).
Claro que un berrinche proteccionista con la economía número uno del mundo es un asunto relevante que requiere en lugar de poner trenes o muros de negociar con sobriedad y realismo para que entre otras cosas no se afecte el libre tránsito tanto en la economía mexicana como en los otros países del actual entorno neoliberal; el cual favorece las exportaciones de las industrias y el intercambio comercial de productos y servicios pero que también adolece de mejores regulaciones y cupos al comercio formal entre dichas naciones.
El otro evento que contamina la economía desde lo electoral son las elecciones del 2017 para el Estado de México, que como se sabe son bastión del PRI y uno de los estados con la mayor densidad de votantes.
Todo apunta a que PRD y PAN establecerán una alianza para mover una candidatura conjunta, del otro lado PRI y PVEM más aliados tratarán de poner un candidato de unidad con origen en alguna de las dos corrientes tradicionales del PRI ya sea de los conservadores de siempre o de los chavos reformistas.
El efecto negativo en la economía de estas elecciones del 2017 es que seguramente la partidocracia usará más su tiempo para explorar la organización, las formulas y fuentes de financiamiento en preparación para el gran evento democrático del 2018.
Por el foco en lo electoral los congresistas no estarán con la mira de sus actividades en arreglar el profundo problema de la desigualdad, la economía y el bache social que se traduce en inconformidad, violencia e inseguridad, estas variables son probablemente las que ocasionan todos nuestros males y tormentas que producen falta de crecimiento.
Con los partidos y sus recursos en el hueso electoral se corre el riesgo que para toda la economía mexicana desde esta posición insensible se queden al margen las necesidades sociales y ciudadanas apremiantes.
Como nunca nos hace falta que nuestros parlamentarios se apliquen a los problemas económicos y que con sus actos no se haga un México más vulnerable por su inacción y omisión de reglamentos, impulsos al gasto social, proyectos productivos, falta de soluciones para fortalecer la educación, la salud, los derechos humanos, la dignidad y bienestar de las familias mexicanas, la seguridad y el estado de derecho o por ejemplo la promoción y el acceso a un empleo digno y bien remunerado.
México como siempre necesita de un congreso sobrio y responsable que detone mejoras concretas en estos tiempos económicos adversos del 2016 y 2017. Se necesita para empezar poner en la mesa primero la grandeza del país y que nuestros representantes ciudadanos en el gobierno se apliquen a fondo para mejorar nuestro estado de derecho; como encargo hay que comenzar a promover más proyectos sociales en sus distritos y entidades federativas hacer un esfuerzo concreto y apoyar a las OSC (Organizaciones Sociales) con un cheque en blanco para que al menos fluyan los recursos honestos y el bienestar con esos proyectos sociales y la infraestructura a los mexicanos que más lo necesitan y que por andar en la pachanga electoral no están sirviendo y atendiendo.
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