En números alegres nuestro país produce alrededor de 25 millones de toneladas de maíz en promedio anual y cuenta con un registro de 4 millones de productores. Aunque gran parte de estas cosechas son usadas para el autoconsumo.
La producción de maíz en México, está sujeta a la estacionalidad y el temporal; se identifican esencialmente dos épocas de siembra y cosecha, que son Primavera-Verano (PV) y Otoño-Invierno (OI) siendo más importante la de Primavera-Verano. La principal entidad productora de maíz blanco es Sinaloa.
A partir del 2010 la siembra de maíz en el mundo ha sufrido un incremento promedio del 9% anual con Estados Unidos de América como el principal productor mundial con algo así como 11 veces la producción mexicana.
México aún no cuenta con suficiencia alimentaria de maíz. Cada año se importan 9 millones de toneladas de maíz amarillo en promedio principalmente desde USA para consumo pecuario. Esto significa unos 1500 millones de dólares en divisas para abastecer el mercado interno.
No hay de otra. Para crear crecimiento económico en México y abatir la brecha de la desigualdad hay forzosamente que integrar nuestras zonas rurales del país a la economía productiva.
El maíz y las semillas que representan el Oro Orgánico mexicano son el instrumento más sensato y sencillo de utilizar para crear este bienestar en las zonas marginadas y llenas de pobreza del campo.
Existe gran oportunidad de crear nuevos sistemas industriales basados en producir Oro Orgánico. El primer sistema es sin duda la generación de biocombustibles a través de la refinación de aceite para producir etanol y biodiesel.
El segundo sistema de aprovechamiento del Oro Orgánico es la producción industrial de alimentos para las aves y el ganado vacuno y bovino. Por último, está el consumo humano que representa una gran oportunidad en divisas por la exportación de excedentes y sobre todo el incentivo de llegar a la meta de suficiencia nacional alimentaria, para que por ejemplo: El precio de las tortillas se estabilice y deje su tendencia alcista de cada año.
De duplicar la producción de maíz en México lo que podría alcanzarse con un proyecto organizado en pocos años; pondría disponibles 25 millones de toneladas para exportación y un ingreso de divisas de 4.2 mil millones de dólares que ayudarían a contener la presión del tipo de cambio y a fortalecer la moneda mexicana, además de mejorar la vida de probablemente un millón de familias.
Con un aprovechamiento del Oro Orgánico eficiente en los campos rurales de México, se crearían las ocupaciones y se acercaría un ingreso digno a las familias en el campo que no cuentan hoy con opciones más que la de huir de sus poblados o la de ser sometidos por la economía ilegal, al final solo proyectos de más pobreza y retroceso.
Ante la escasez de divisas…en este entorno presente de desigualdad creciente se debería por decreto o defecto por ejemplo, crearse una refinería de biocombustibles en cada estado del país.
Solo se pueden obtener ganancias si se pone a producir el campo. Se gana en menos desigualdad, menos pobreza, más empleo y fuentes dignas de trabajo. Se gana en más divisas para México y en nuevas y limpias industrias, esenciales para motivar el crecimiento económico.
El maíz, nuestro Oro Orgánico ha sido por 7000 años un regalo alimentario de los mexicanos. Es un absurdo no contar con suficiencia alimentaria del mismo y dependencia en esta y otras semillas.
Es el gran momento de pensar desde fuera de la caja y darnos cuenta que desaprovechamos la oportunidad histórica de integrar al campo con una participación fundamental para el crecimiento económico.
No es posible desaprovechar nuestras fuentes de Oro Orgánico como se hace. Seguir acentuando la pobreza en el campo mexicano que hace cultivo de más violencia y de vidas miserables cuando debe haber paz y bienestar en ese lugar.
Este cambio económico es urgente. Cuanto antes hay que integrar a un nuevo sistema productivo de Oro Orgánico; el crecimiento a las zonas rurales en lugar de presuntamente “sembrar” indiferencia como ahora de los que gobiernan…
Los que teniendo todo, no dejan pasar las oportunidades de vivir dignamente a tantos mexicanos que se quedan en el tiempo con las ganas de trabajar. Los que esperan esta oportunidad de igualdad que no les damos aún por desidia.
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