El “Gran Respiro” de PEMEX

Como se pronosticaba finalmente el precio del petróleo habría dado una lección (revolcada) de buenos modales a las principales economías del mundo, poniendo a cada...

14 de octubre, 2015

 

Como se pronosticaba finalmente el precio del petróleo habría dado una lección (revolcada) de buenos modales a las principales economías del mundo, poniendo a cada cual en su lugar. El nuevo precio sobre la base de los 50 dólares anuncia la restauración de un poco de certidumbre en los mercados de futuros del barril del crudo.

Producto de la guerra activa en contra del EI (la mayoría de la maquinaria de guerra aún está basada en diesel), la posibilidad de confrontación de la OTAN vs Rusia, el uso de Noruega de sus reservas estratégicas del fondo soberano, el acuerdo por debajo de la mesa de los países de la OPEP a no incrementar la producción, la declinación de la producción de Estados Unidos, además de la cancelación del proyecto de extracción en Alaska. Todo esto sumado con la llegada del invierno, terminó por convencer a los actores que un petróleo por debajo de 70 dólares trae más problemas que beneficios.

Este repunte de los precios parece ser un acuerdo que durará un par de años, y que dará al mundo un respiro, con respecto a la debacle económica producida por el decrecimiento de las exportaciones mundiales y de la guerra especulativa de las monedas en el mundo, la cual es producida por los bancos privados y de desarrollo.

Para México este incremento del precio del petróleo permitirá la factibilidad del rediseño de PEMEX, y de una nueva política energética; la actual inmediata habría dado claras muestras de vulnerabilidad y debilidad. El sueño de una gasolina barata se disipará conforme el barril de petróleo gane terreno hacia los 70 dólares esto puede ocurrir en 6 meses o hacia el próximo año de 2017, pero el mercado ha visto con buenos ojos la posibilidad de que esto finalmente suceda.

Nuestra economía sin embargo debe capitalizar el aprendizaje de este tobogán que el petróleo sufrió durante todo lo que va del 2015. La experiencia de habernos quedado sin la fuente de divisas de la renta petrolera para abastecer la liquidez exigida por los bancos y por los inversionistas; debe darnos lecciones fundamentales para los economistas del país y la continuidad en las políticas económicas y sociales.

A continuación una recopilación de algunas que podrían ser buenas reflexiones o ideas, producto de esta etapa de la economía y el petróleo.

  1. El sector energético en México es incipiente y poco competitivo. No podemos continuar enfocándolo solo a la extracción de petróleo crudo.
  2. El mercado del barril de petróleo es temperamental y sensible a los eventos globales por lo que la estrategia energética debe siempre prever los escenarios “negativos” y no solo la comercialización optimista e irresponsable.
  3. Si bien la utilidad de la renta petrolera está muy por encima de la transformativa y petroquímica secundaria, debe existir un equilibrio.
  4. Tenemos un fuerte faltante en cuanto a la autonomía energética que debemos cumplir para no exponer nuestra economía a una contracción y recesión.
  5. El negocio del futuro en cuanto a petróleo está en la refinación y la petroquímica, para ello se deben crear los proyectos necesarios para no depender del exterior y pagar los barriles en dólares.
  6. Debe haber una plataforma sustentable de energéticos para los sectores y proyectos de desarrollo las oportunidades sociales. PEMEX debe producir además de la gasolina necesaria: Gas Shale, Biodiesel y Etanol.
  7. Se deben disminuir las importaciones de gasolina porque deterioran al tipo de cambio y crean una posición débil para la economía del país. 

PEMEX tiene un gran respiro con los nuevos precios, si permanecen. Un petróleo por encima de 50 dólares, permite la continuidad del proyecto de la actual administración. PEMEX sin embargo, sigue sin cambiar hacia la eficiencia operativa, usando una analogía: hemos pasado de terapia intensiva a terapia intermedia. Pero su operación, de PEMEX sigue estando expuesta a riesgos contingentes y pasivos laborales. Aún no es una empresa de clase mundial.

El petróleo es de los mexicanos. Ciertamente, ha sido un pulmón que ha tolerado la inacción de administraciones de diversos partidos en los últimos 20 años. El foco rojo en la economía ha sido encendido. La apertura del sector energético no hará menos pobres en el mediano plazo. Los beneficios que serán generados no deben quedar en pocas manos como empresarios y los jugadores de siempre.

El gran respiro es una gran oportunidad de aprender de la pasada crisis petrolera y de la baja de precios del  2015, pero sobre todo está ahí la nueva posibilidad de re-encausar para México una política más social desde los energéticos. Si seguimos petrolizados y con las altas dependencias externas, está probado, no dejaremos de ser una economía vulnerable, expuesta y emergente.

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