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El Gran Ausente: La Economía Social

Te has preguntado: ¿Qué hace que un gobierno sea mejor que otro o más “saludable”?

10 de agosto, 2016

Te has preguntado: ¿Qué hace que un gobierno sea mejor que otro o más “saludable”? Al menos en la teoría los gobiernos que generan crecimiento económico sostenido y que disminuyen la desigualdad social suelen ser quienes obtienen los mejores niveles de eficiencia y se llevan las buenas calificaciones.

La salud económica de un gobierno comienza sin duda con mejorar la educación y el empleo. Siendo reductivos, un gobierno va bien si la diferencia de sus ingresos contra sus egresos hace superávit. Los ingresos de los gobiernos provienen de su comercio internacional (exportaciones), los servicios públicos (trámites, derechos, luz, agua o combustibles) y desde la recaudación de impuestos directos e indirectos en su base de contribuyentes.

El otro factor que define ser eficiente cuando se gobierna son los egresos. Se puede decir que un gobierno que gasta bien es aquel que mantiene un equilibrio entre sus ingresos, sus costos de operación, deuda y el bienestar que traslada y genera hacia sus gobernados.

El gasto del gobierno se divide en A) Corriente y B) Social. Se le llama Gasto Corriente a todos aquellos gastos de operación y de administración en los que un gobierno incurre cada año. Un ejemplo son Compromisos de Deuda, Pagos a Proveedores, Sueldos, Salarios, Viáticos, Papelería, Mobiliario, Tecnología de Información, Rentas, etc.; todo lo que se requiere para brindar el servicio que conocemos.

Del otro lado en estos egresos se les llama Gasto Social cuando se destinan los recursos a proyectos, obras, fondos, subsidios, infraestructura, equipos o cualquier entidad que se destine a las actividades productivas de los ciudadanos o su empoderamiento; es decir lo social es la parte de los ingresos que se traslada o regresa a los ciudadanos.

Es una práctica de los países más vanguardistas y saludables tratar de disminuir sus costos operativos y enfocarse en mejorar las inversiones sociales. Un país que ofrece muchos beneficios a sus habitantes y fomenta el desarrollo y la modernización puede también cobrar mejores y más altos impuestos al consumo (IVA) para su población.

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^{Ejemplo de países con más inversión social.}

Se estima que México invierte aproximadamente en promedio un 17% de su presupuesto total en proyectos sociales. La distribución del presupuesto según la SHCP para este año se veía como sigue:

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A saber que aproximadamente el 25% del total de los ingresos del gobierno ya está etiquetado/reservado para compromisos de deuda y pagos pendientes de años anteriores. Del 75% restante, el gasto total en inversión es de, $738,868.79 millones, para tres rubros en 2016:

• Inversión física: programas y proyectos de inversión, fideicomisos, provisiones para contingencias que se presenten en el país y aportaciones destinadas a entidades federativas y municipios;

• Subsidios de inversión, y

• Otros tipos de inversión como son los recursos que se recuperan por el otorgamiento de préstamos personales de corto y mediano plazo e hipotecarios o inversiones financieras

De este monto cerca de la mitad se usa para la inversión en obra pública o de infraestructura lo cual detona crecimiento económico directo y crea esos empleos de calidad que tanto se necesitan

México requerirá en el 2016 y 2017 de más y mejores proyectos sociales. Los AgroParques de la SAGARPA o el NAICM de la SCT son excelentes ejemplos de modernización y de creación de bienestar de corto plazo. En los primeros, los proyectos ejecutivos van desde 500 millones hasta 1500 millones de recursos para fomentar la producción alimentaria como los invertidos en el 2015/16 en Integradora SuKarne Lucero en el estado de Durango proyecto de 2600 millones de pesos que ayudará a procesar hasta 250 mil cabezas de ganado generando importantes empleos y bienestar en la zona además de cuantiosas divisas.

El proyecto del NAICM diseñado para servir a 65 millones de pasajeros en el 2020. Como producto de la volatilidad internacional y de la escasez de dólares en México. Se estima que el proyecto ha sufrido un 18% de encarecimiento en su costo de desarrollo. La falta de recursos del gobierno federal ha tenido que ajustar el financiamiento de esta mega obra de por ahí de 170 mil millones de pesos y ahora recibir un 70% de participación privada (anterior 42%) para no tener que cancelar dicho proyecto.

En el 2017 debido a los múltiples ajustes es muy probable que el gobierno federal no cuente con más del 9% del PIB para realizar inversión social esto en el mejor escenario. Por ello México invertirá tan solo una tercera parte en sus ciudadanos si nos comparamos con otros países como Francia o los países nórdicos.

En esas condiciones no se ve como podamos revertir tanto atraso, el lastre de esta pesada deuda social producto de la desigualdad de tantos años que cuenta con nomas 60 millones de pobres sin producir.

Ah claro, a menos que sigamos esta dinámica brillante del INEGI de contar el asistencialismo y las dádivas como ingreso de los pobres, así si podemos meterlos de lleno en el desarrollo económico aunque sea de Macondo.

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