Autor: Chil Rajchman
Editorial: Seix Barral
"Lo que ha sucedido es un aviso. Olvidarlo es un delito. Fue posible que todo eso sucediera y sigue siendo posible que en cualquier momento vuelva a suceder”
Karl Theodor Jaspers
Tras cumplirse 70 años de la liberación de Auchswitz, Polonia, y honrar la memoria de las victimas de la barbarie sistemática que elaboró el fallido Tercer Reich, el mundo volvió a recordar uno de los episodios más atroces de la historia contemporánea.
En este contexto, Seix Barral saca a la luz el diario de Chil Rachjman, uno de los 57 sobrevivientes del campo de exterminio de Treblinka, donde nos narra de primera mano las atrocidades cometidas por el régimen nazi en el marco de la llamada solución final.
Unas memorias trepidantes, con una prosa sencilla, pero llena de sentimiento que llevaran al lector a lo más recóndito de éste campo de exterminio, donde diariamente eran gaseados y exterminados cientos de personas, incluyendo niños, que eran asesinados a martillazos por algunos de los guardias, sólo para saciar su sed de sangre.
Rachjman escribió su experiencia durante los 10 meses que estuvo en Treblinka, desde su captura en octubre del 1942, cuando él junto con su hermana fueron deportados a este campo de la muerte, donde junto con cientos de judíos provenientes de todos los rincones de Polonia, llegaron con engaños, bajo la promesa de llevarlos a laborar en las fábricas afincadas en Rusia.
Treblinka, fue un campo igual de sangriento que el multicitado campo de exterminio nazi de Auschwitz, cuya verja rezaba “EL TRABAJO OS HARÁ LIBRES”.
Treblinka, fue un campo menor, pero no menos sangriento, el cual operó religiosamente desde junio de 1942 hasta agosto de 1943, fecha en que hubo un levantamiento de los prisioneros del campo, quienes atestiguaron las atrocidades de la maquinaria de exterminio nazi y denunciaron los hechos que ahí se cometían y que el régimen de Hitler intentó borrar.
El autor, quien escribió originalmente el libro en yidish y cuya publicación salió tras su muerte en Uruguay en el 2004, nos cuenta su macabra experiencia desde su detención hasta el levantamiento en el que participó y que le salvó la vida.
Treblinka, es el nombre de esté campo de la muerte instalado a 60 kilómetros de Varsovia, que durante sus 13 meses de operación, aniquiló más de 3 millones de personas, que arribaban diariamente en 3 trenes con 70 vagones cada uno, donde hacinaban a cientos de personas para ser vejadas y asesinadas.
Este libro, escrito para la memoria y para que la humanidad no permita más actos de tal naturaleza, adentrará al lector en las entrañas de ésta maquinaria de la muerte, al describir el viaje hacia las instalaciones del campo y las vicisitudes del protagonista que fue seleccionado como peluquero para rapar a diario, a los cientos de víctimas femeninas, antes de ser gaseadas, llegando a subir en este escalafón de la muerte, al ser nombrado dentista, cuya función consistía en quitar los dientes de oro a los cadáveres.
Nos narra con coraje y horror, sobre cómo se deshumanizaba a las víctimas, quienes antes de morir eran objeto de escarnio por sus verdugos, quienes incluso asesinaban a mujeres y niños por puro placer, antes de meterlos desnudos a golpes a las cámaras de la muerte.
Estas y otras atrocidades, son narradas de una manera cruel y directa, con una narrativa sincera pero no carente de horror. Escritas en la penumbra de los barrancones, tras haber concluido su faena del terror por más de 18 horas, en las condiciones más dantescas que el hombre pueda imaginar.
El libro concluye con el levantamiento de prisioneros en los dos complejos que componían el campo de exterminio, donde estos valientes, tras matar a algunos de sus carceleros (quienes acostumbrados a asesinar a gente sumisa), no pudieron reaccionar a tiempo ante este grupo héroes, que lograron incendiar las instalaciones y requisar algunas armas a sus captores para escapar de una muerte segura.
El autor nos narra la cacería a la que fueron objeto los escasos sobrevivientes, hasta que una familia de campesinos le dio cobijo para que reuniera fuerzas suficientes para regresar a Varsovia y tras pasar tres años y dos meses en un bunker, embarcarse a América para intentar olvidar el infierno que atestiguó y que lo perseguiría por siempre.
Un testimonio valiente, sobre uno de los pasajes más enojosos de la historia humana. Un libro para la posteridad y contra la ignominia.
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