Autor: Socorro Diaz
Editorial: Planeta
Llega un texto para entender el México contemporáneo y el poder en el mundo de las redes sociales, tras el infausto fin de la historia tan anunciado por Fukuyama.
Socorro Díaz (Colima, 1949) analiza los desafíos de los tiempos modernos, rompiendo mitos con argumentos bien fundamentados producto de su vasta trayectoria como funcionaria publica y como columnista y analista, sobre el poder de las redes sociales y de los activistas de sillón que creen que están anunciando vientos de cambio, cuando sólo están presenciando reacomodos de paradigmas.
Bajo el esquema de que “hay un error de apreciación quienes confunden la llamada “primavera árabe” con el verano o el invierno latinoamericano”, dice tajantemente que las redes sociales no tienen hasta el momento el poder para tirar a un gobierno legalmente constituido (pese a que ya ocurrió en Brasil con Dilma Roussef), ya que para la autora, las redes sociales sólo son “una contraloría informal”.
Pese a lo anterior, la autora no denosta el poder de las redes, advirtiendo a la clase política “que las nuevas tecnologías de la información y la comunicación no han aplanado la tierra, pero si la han miniaturizado”.
Igual que Zygmunt Bauman en ESTO NO ES UN DIARIO (Paidós 2012), critica a las redes sociales, protagonistas de ésta sociedad líquida, pero advierte a la sociedad actual sobre el peligro de no tomar en cuenta los cambios que se están gestando en el orbe y como éstos están influyendo grandemente en la sociedad mexicana, la cual tiene un cumulo de información, pero un nulo análisis de la misma.
La autora advierte a la llamada clase política que “las democracias representativas de todo el orbe tienen que persuadir y convencer a los ciudadanos no sólo en elecciones, sino siempre”, todo en el contexto de sociedades donde “hay café sin cafeína, leche sin lactosa, edulcorantes sin azúcar, relaciones sexuales a través de pantallas de las computadoras, sexo virtual. Por lo que no es extraño que se pretenda vivir una democracia sin partidos políticos”.
“La desgracia casi siempre viene de la mano del escándalo político” dice la autora, lo cual ha vacunado a ésta sociedad voyerista que se encuentra inmersa en un mundo donde el escándalo y la capacidad de asombro, es aplacada por el escándalo en turno, al grado de que “no se busca la presencia de ciudadanos dispuestos a luchar contra la corrupción, sino de espectadores escandalizados”.
Un libro rutilante, que nos muestra la distopia que vivimos y nos da un esbozo del laberinto y su forma para salir del mismo; donde lo enunciado por el Nobel de economía Joseph Stiglitz (quien acuño la frase “El 1% de la humanidad tiene lo que el 99% necesita”) es ya una realidad.
En un mundo donde los “ricos no sólo cuentan dinero enfrente de los pobres, sino que lo muestran por los medios sociales” han hecho que la paz perpetua soñada por Kant sea una quimera y que una revuelta sea mayúscula ante un cumulo de cinismo por parte de la clase gobernante.
Frases como la del líder chino Den Xiaping que dice “Ser rico es maravilloso” o la del millonario Warren Buffet, “Hay una lucha de clases y la mía gano” son las banderas que utilizan estos desclasados que están viendo como la plutocracia está depredando éste mundo cuando existen las condiciones tecnológicas para salir avante.
Es por ello que la autora refiere sobre el poder del terrorismo y el narcotráfico que son vías de escape para estos desclasados que ante un futuro negro, buscan crear caos y romper la armonía de aquellas sociedades “idílicas” y sus gobiernos que han hecho de éste mundo un infierno.
Como dato importante, la autora advierte a las autoridades que “en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas hay versiones del 2015 que decenas de chiapanecos han viajado a ciudades europeas para sumarse a la yihad”.
Un texto que invita a la reflexión y que nos muestra una radiografía de éstos tiempos tan turbulentos como paradigmáticos, sin obviar “que todo ser humano consciente tiene la curiosa manera de pensar que la época que le tocó vivir es la más compleja, la más difícil, la más importante: la mejor y la peor”.
De que sean peor o mejor los tiempos actuales, la historia que se escribe día a día se encargara de confirmar o refutar. Lectura para ponerse al día y entender el mundo que vivimos.
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