De acuerdo a datos publicados en 2013 por la Asociación Mexicana de Internet (AMPICI) en nuestro país existen alrededor de 45.1 millones de cibernautas y de ellos 15 millones tienen menos de 18 años de edad (entre 6 y 17 años), estos niños y jóvenes pasan un promedio de 5 horas frente a la computadora y otros dispositivos similares como tabletas o teléfonos inteligentes. Hay que destacar que la interacción con otros a través de las redes sociales es la actividad que más los ocupa al navegar. Más cifras: según el reporte 2015 de seguridad en hogares, Norton Online Family, los niños de México son cada vez más propensos a ser victimas del ciberacoso. Los datos de esta investigación nos dicen que en los últimos cinco años el 81% de los niños entre 12 y 17 años han declarado haber tenido alguna experiencia de acoso en la red. El 61% reporto haber sufrido una experiencia “muy mala” en internet que incluía la intimidación o chantaje por medio de imágenes de contenido sexual. Este mismo reporte señala que solo el 5% de los padres conocen qué páginas visitan frecuentemente sus hijos y si son o han sido sujetos de agresiones. Además, este fenómeno es escasamente reportado ante las autoridades y por lo tanto existe una cifra negra importante de delitos de este tipo no denunciados. Gustavo Caballero, Coordinador de la Unidad de Investigación Cibernética de la Procuraduría General de Justicia del DF (PGJDF) reporta que de 2009 a la fecha la dependencia a su cargo ha recibido un número escandalosamente bajo de denuncias de ciberbullying o sexting, por ejemplo: durante 2014 solo recibió ¡una denuncia por pornografía infantil!. Y lo peor: este tipo de delitos no se encuentran tipificados aún en el Código Penal de nuestro país. Esto quiere simplemente decir que hasta el día de hoy el Estado tiene nula capacidad para limitar o castigar conductas en redes sociales que generen riesgos para niños, niñas y adolescentes. Por todo esto se debe plantear la actualización, en materia penal, procesal y de atención a víctimas de este tipo de delitos. Creo que todos estaríamos de acuerdo con ello, sin embargo las cosas siempre son más complejas de lo que parecen. Ahí les va: el senador del PRI Omar Fayad, Presidente de la Comisión de Seguridad del Senado, presentó en octubre de 2015, una iniciativa al Congreso para combatir los ciberdelitos que incluye una legislación específica sobre este tipo de abusos contra niños y adolescentes que se calcula han causado pérdidas por más de 3 mil millones de dólares anualmente a empresas y particulares, por no hablar de lo verdaderamente importante: los daños emocionales y psicológicos muchas veces irreversibles de las víctimas. Pero… gran polémica se ha desatado con la llamada Ley Fayad para prevenir y sancionar delitos informáticos ya que supuestamente esta regulación pone en peligro la “libertad de expresión” y el “derecho humano a la información de los ciudadanos”. Desde luego en redes sociales esta propuesta ha sido duramente criticada y algunos legisladores de otros partidos políticos se han pronunciado contra ella. Como psicóloga debo decir que los daños emocionales que el ciberacoso y el sexting (fotos y videos de desnudos o actividad sexual de compañeros, que se suben a la red) ocasionan en los chavitos repercusiones muy graves y en México como en otros países del mundo se han dado incluso suicidios por la humillación a la que fueron sometidos estos niños por otros en internet. Por otra parte como periodista he estado, estoy y estaré por la absoluta libertad de expresión, pero… nos enfrentamos a una situación muy difícil de resolver en bien de los niños. Creo que la iniciativa del senador Fayad debe ser discutida, seguramente refraseada y discutida por expertos, pero en definitiva me parece un muy buen intento por abordar un tema de la mayor importancia ya que afecta ni más ni menos que a nuestros hijos. Yo lo felicito y creo no debemos quitar el dedo del renglón… Y mejor, la recomendación de la semana: soy fan de los restaurantes de cocina mexicana “El Bajío” en distintos puntos de la ciudad de México, pero acabo de quedar gratamente sorprendida por la remodelación de la sucursal Polanco en Alejandro Dumas 7. La terraza en el segundo piso quedó realmente estupenda, con jardín interior y toda la cosa y por su excelente ventilación se puede fumar y al mismo tiempo no padecer las inclemencias del loco tiempo de nuestra ciudad. Y bueno, de la comida ¿qué les digo?, las grandiosas enmoladas de siempre, los frijolitos refritos, el excelso guacamole, las tortillas hechas a mano y mil delicias más de nuestra asombrosa y variada cocina. En fin, vayan, se la van a pasar y a comer muy bien. Y hasta aquí hoy, y muchos besitos a los niños, especialmente a la preciosa hija de mi querida amiga Wendy que acaba de llegar a este mundo. Bienvenida. Más besitos que de costumbre y bye.
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