Todos somos víctimas del Chapo

En Facebook leí un texto escrito por Patricia Chavarría que entre otras cosas decía… En Facebook leí un texto escrito por Patricia Chavarría que entre otras cosas decía: “A mí realmente "el Chapo", pues no me ha...

11 de enero, 2016

RHT

En Facebook leí un texto escrito por Patricia Chavarría que entre otras cosas decía…

En Facebook leí un texto escrito por Patricia Chavarría que entre otras cosas decía: “A mí realmente "el Chapo", pues no me ha robado nada… verdaderamente no me importa "El Chapo"… ya me acostumbré a que exista lo veo tan familiar que honestamente no me cae mal…”.

A raíz de la recaptura del Chapo, el viernes pasado, en redes sociales se han difundido opiniones muy similares a la de Patricia, que demuestran que muchas personas no comprenden la manera en que el jefe del Cártel de Sinaloa (o del Pacífico, como algunos lo llaman) ha perjudicado a México y a quienes vivimos en este país.

Patricia y quienes como ella piensan tal vez ignoran que, de acuerdo a diversas fuentes, El Chapo puede haber ordenado la muerte de poco más de 10,000 personas. Este número no incluye las personas que personalmente asesinó durante su larga carrera delictiva, la cual además de las 10,000 víctimas directas del narcotraficante hay que añadir los miles de muertos que han dejado las guerras que el Cártel de Sinaloa ha librado contra el gobierno y otras organizaciones criminales como son Los Zetas y los cárteles de Juárez, de Tijuana, y el de de los Beltrán Leyva. Con el objeto de controlar el movimiento de las drogas en las ciudades fronterizas de Tijuana y Juárez, El Chapo decidió eliminar a quienes ahí dominaban el negocio y convirtió a ambas plazas en las más peligrosas del mundo, lo cual afectó la vida de cientos de miles de personas inocentes y causó quién sabe cuántas muertes entre la población civil.

Patricia y quienes como ella piensan se quejan, y con razón, de la corrupción que existe dentro de las dependencias públicas y manifiestan su justificado hartazgo con los políticos y funcionarios corruptos que son de todos conocidos. Sin embargo, se equivocan al creer que El Chapo y otros criminales no les ha robado nada. De acuerdo al Informe Global de la Paz 2015, elaborado por el Instituto para la Economía y la Paz (IEP), la guerra contra el narcotráfico le cuesta al país 221,000 millones de dólares anuales y ese dinero proviene de los impuestos que millones de mexicanos trabajadores y honrados pagan, muchas veces a duras penas, al fisco. A esa gran cantidad de recursos económicos es necesario añadir los recursos materiales y humanos necesarios para librar la guerra.

¡Ah!, y Patricia y quienes como ella piensan olvidan que El Chapo es un promotor de la corrupción que tanto denuncian. Se calcula que la mitad de las ganancias del narcotráfico se destina a corromper a funcionarios en nuestro país y Estados Unidos para que permitan el tránsito de drogas y armas, entre otras cosas.

Así que, si Patricia y quienes como ella piensan creen que El Chapo y sus similares no les han robado nada, están muy equivocados. Por lo menos 221,000 millones de dólares, es decir 1,842 dólares por cada uno de los 120 millones de mexicanos que somos.

También le han robado paz y seguridad a muchas ciudades, lo cuál se ha traducido en migración de miles de mexicanos que prefirieron dejar su lugar de residencia antes de ser víctimas colaterales de la guerra contra el narco y entre narcos; en una baja de inversión privada lo cual ha significado una disminución de la actividad económica en muchas zonas, lo cual ha llevado al desempleo a miles de mexicanos.

El Chapo y los demás jefes de la delincuencia organizada han fomentado la creación de incontables bandas delincuenciales que secuestran, asaltan y roban día tras día a víctimas que tal vez también creen que el hoy recapturado narcotraficante no les ha hecho nada.

La realidad es que todos los que vivimos en México y muchos en otros países somos víctimas de Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera, quien junto con otros delincuentes como él deben ser extraditados lo antes posible a Estados Unidos para que queden totalmente desconectados de sus organizaciones criminales.

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