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Clairol Trump anunció, con su habitual pompa y circunstancia, que su ataque con cohetones a Siria es… Clairol Trump anunció, con su habitual pompa y circunstancia, que su ataque con cohetones a Siria es una “mission...

18 de abril, 2018

RHT

Clairol Trump anunció, con su habitual pompa y circunstancia, que su ataque con cohetones a Siria es…

Clairol Trump anunció, con su habitual pompa y circunstancia, que su ataque con cohetones a Siria es una “mission accomplished”, en un desplante que me recuerda a Baby Bush cuando apareció disfrazado de G.I. Joe a bordo de un portaaviones en la bahía de San Diego, a muchos miles de kilómetros de la acción que había desatado sobre Irak.

El “mission accomplished” de Baby Bush todavía no termina, y como dijo Don Teofilito: ni terminará; y eso que han pasado 15 años desde la demolición controlada de las torres gemelas más la torre 7 (1) del World Trade Center de Nueva York.

Ahora el pretexto fue que Bashar al–Ássad SUPUESTAMENTE desató sobre civiles inocentes un “nuevo ataque con el mismo gas insecticida químico” con que los gringos fumigaron a los vietnamitas desde 1961 hasta 1975.

El ataque “quirúrgico” del pasado sábado 14 de abril, seguramente “no le ha de haber costado la vida a un sólo civil inocente”, puesto que los gringos han demostrado tradicionalmente su profunda preocupación por la población civil, como en Hiroshima, Nagasaki, Bagdad y demás sitios donde han llevado su espada justiciera para liberar naciones sojuzgadas para implantar en ellas su maravilloso modelo democrático, del que Bernie Sanders y Al Gore son testigos y beneficiarios muy satisfechos.

El secretario general de la ONU, António Guterres, alias “Gutierritos”, se limitó a emitir un mensaje de “niños pórtense bien”, pero ni de broma discurrió hacer un pronunciamiento jurídico que, basado en el Derecho Internacional habría tenido que condenar las acciones de Estados Unidos y sus comparsas (el macarrón francés y la prima inglesa de la vedette mexicana Lyn May).

La inoperancia de la ONU no me sorprende. Es un organismo caduco, inútil y ya ni siquiera decorativo.

¿Por qué a nadie se le ocurre enjuiciar a Baby Bush o a Clairol Trump?

Porque Estados Unidos no ha cometido el crimen más grave de los nazis: perder una guerra mundial.

Más peligroso todavía que la “pirotecnia festiva” desencadenada por los gringos y sus puertorriqueños de la OTAN, es el olímpico desprecio por el Derecho Internacional.

Lo cierto es que “quien tiene más saliva, sigue tragando más pinole”.

La ley de la selva impera por encima de la Carta de la ONU y deja sueltos a los países más peligrosos, encabezados por Estados Unidos en su calidad de líder del mundo liebre.

Por ahora, Vladimir se ha limitado a decir que “si vuelven a atacar a Siria, habrá consecuencias…”

Y me pregunto yo: ¿Por qué no salta Putin de una vez?

Su posición podría volverse precaria y comprometida si llegase a percibirse su postura como la del perrito con el rabo entre las patas.

Si Putin se queda quietecito ante el desplante pirotécnico encabezado por Clairol Trump, corre el riesgo de que el acento de su apellido pase de la Ú a la Í…

Pasar de ser Pútin “el temible” a Putín “el inofensivo” y permitir que el bully gringo lo deje calladito y sin meter las manitas, le puede costar la pérdida de todo respeto al interior de Rusia, y con ello, el poder mismo.

Nikki Haley, la actual “embajadora” de Estados Unidos en la ONU, por lo pronto, ha pasado a ocupar el primer lugar entre las tres perras más bravas de la política exterior de Estados Unidos, dejando a Hilaria Clinton en un lejano segundo lugar, y a Condolencia Rice como un alma de la caridad.

¿A beneficio de quién se está metiendo Trump en broncas a las que prometió no meterse cuando andaba de campaña?

Desde “La Primavera Árabe” hasta la actual guerra interpósita (2) en Siria, los gringos estan peleando las guerras de Netanyahu, que sueña con ser el führer del Grosse Reich Israelita aplicando las doctrinas del “lebensraum” (3) de los nazis, a costa de Egipto, Palestina, Siria, Líbano, Jordania, Irak y hasta de Arabia Saudita.

Bien podríamos decir que “por sus peinados los conoceréis”. Clairol Trump se ocupa más de su peluquín que de las prostitutas que tanto le gustan. Netanyahu, al igual que Vicente Fox, se hace préstamos y puentes capilares de parietal a parietal para mal-disimular su calvicie. Boris Johnson, el cockney (4) británico que ocupa el ministerio de relaciones exteriores en el gobierno de la prima de Lyn May, gasta más tiempo en su intrincado peinado “casual” de hooligan, que en pensar sus barrabasadas como el Brexit.

Las ambiciones demenciales de Netanyahu pueden dar como resultado el único y verdadero Holocausto, pero nuclear; y ni siquiera tendrá que haber discusiones sobre cámaras de gas y hornos crematorios, porque cuando este pleito termine, nos habremos evaporado toditos.com.

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La torre 7 del World Trade Center se desplomó igualito que las Gemelas… y sin que le pegara ningún dron.
Guerra interpósita. Dijese de una guerra en la que los beligerantes aparentes, son unos; pero los verdaderos contendientes, son otros.
En Siria no hay guerra civil alguna, sino un conflicto azuzado por Israel para crecer a costa de sus vecinos, como hizo Estados Unidos en Tejas en 1836.
Lebensraum o espacio vital. Hitler copió a calca las doctrinas gringas del Destino Manifiesto (según dice el historiador judío Normal Finkelstein).
Netanyahu se ha dedicado a aplicar las mismas doctrinas de Polk (y de Hitler), para llevar al Gran Israel más allá del Canal de Suez, y hasta las orillas de la Meca, donde si Bibi trata de sustituir la Gran Mezquita con una gran Sinagoga, la cosa se va a poner de vedad ¡meca!
Cockney. Es el equivalente del naco, pero inglés cuyo prorotipo por antonomasia, es Boris Johnson.

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