Reflexiones

El calendario ya dio la vuelta, terminó el año. Me toca escribir en el primer día del recién estrenado 2016 ¿Cómo vendrá? ¿Qué nos deparará?… El calendario ya dio la vuelta, terminó el año. Me toca escribir...

30 de diciembre, 2015
2016

El calendario ya dio la vuelta, terminó el año. Me toca escribir en el primer día del recién estrenado 2016 ¿Cómo vendrá? ¿Qué nos deparará?…

El calendario ya dio la vuelta, terminó el año. Me toca escribir en el primer día del recién estrenado 2016  ¿Cómo vendrá? ¿Qué nos deparará?

Cuando inicié este espacio lo hice con la firme intención de retomar algo que me apasiona, la escritura, la crítica (no la de vecindad), la opinión. Hace algunas semanas me preguntaban por qué he dejado de escribir de política, cosa que hacía muy seguido en mis blogs, y contesté lo que dije en mi primer publicación para este medio: “estoy harto de hablar de política” pero mi respuesta fue poco más que pobre y vacía. No, no estoy harto de hablar de política, la amo, me encanta, disfruto enormemente los debates con gente conocedora y abierta a escuchar ideas diferentes a las suyas, a intercambiar opiniones y posturas. Hago énfasis en la palabra debate, porque es ahí donde se aprende y se crece, no como en aquellas discusiones del tema (las cuales aborrezco) con gente que, sabiendo o no, vive cerrada en su forma de ver el mundo, gente que tiene la verdad absoluta y para quienes todos los que no pensamos como ellos estamos en un error o somos poco menos que pendejos.

Pero me estoy desviando del tema. Decía que no estoy cansado de hablar de ello, ni de ningún otro tema. Y menos en las últimas fechas en las que material sobra. Lo que es cierto es que también llego a pensar que con todo lo que se lee, se escucha, se ve y se habla en los medios, con los grandes conocedores y analistas que hay en este espacio ¿para qué hablo yo de lo mismo? ¿Tengo en realidad algo nuevo que decir? ¿Puedo aportar algo nuevo o diferente?

La cosa es que estamos terminando un año más, uno que se fue (alabado sea el señor) más rápido que nunca. Tenemos frente a nosotros 365 días para cambiar lo que no nos gusta, mejorar en lo que hemos fallado. Entramos a un nuevo año que estoy seguro será mejor, en lo personal, en lo profesional, en lo político y en lo que hace que el mundo gire.

Lo mejor de todo es que termina la época de caos navideño y regresamos al acostumbrado caos diario. Tener la casa llena de familia, niños jugando encima de uno todo el día y juguetes botados en cada rincón está empezando a terminar con mi paciencia (cosa nada complicada) pero está por terminar. El obligado brindis de anoche que, como desde hace un par de años, no termina hasta recorrer a cada miembro de la familia (en mi caso casi 30) marca el inicio de la paz, al menos de la mía. Será momento de enfocarnos en nuestros clásicos propósitos de año nuevo. Escuchamos por todos lados los: “Hacer ejercicio”, “ponerme a dieta”, “regresar al gimnasio”, “dejar de fumar” que, lo sabemos bien, perderán su encanto apenas termine febrero. Dicen que la intención es lo que cuenta. Y aunque no soy de propósitos este año ante la velocidad con la que pasan los días y se olvidan las cosas, he decidido escribir mis objetivos que claramente he marcado e impuesto en mi cabeza para tenerlos presentes en todo momento.

Musicalmente tendremos un interesante 2016. El esperadísimo regreso de sus Satánicas Majestades, Los Rolling Stones (para quienes por cierto no alcancé boletos), Coldplay, Noel Gallagher y Iron Maiden serán los encargados de traer a nuestro país la música de la vieja escuela, la verdadera, la mejor. Adele y Maroon 5 para los más poperos, el ya clásico Corona Capital, la tercera edición del Hell & Heaven y el prosituido Vive Latino (que algunas buenas bandas trae para este año) más lo que se sume en el camino. Por mi parte espero confirmación para finales de año o principios del 2017 de AC/DC, que ya están confirmando giras por América Latina.

En fin, a tomar el 2016 con todo y a hacerlo el mejor.

El título era engañoso, odio las reflexiones de fin de año…

Voy vengo.

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