¿Queremos o no la consolidación de un sistema de partidos políticos, plural y competitivo?

Del 10 de enero al 18 de febrero los partidos políticos y sus precandidatos llevarán a cabo sus campañas internas con el objetivo de lograr el mayor número de votos… Del 10 de enero al 18 de...

13 de enero, 2015

RHT

Del 10 de enero al 18 de febrero los partidos políticos y sus precandidatos llevarán a cabo sus campañas internas con el objetivo de lograr el mayor número de votos…

Del 10 de enero al 18 de febrero los partidos políticos y sus precandidatos llevarán a cabo sus campañas internas con el objetivo de lograr el mayor número de votos de sus militantes, y así lograr la candidatura a un cargo de elección popular, en particular al de Diputado Federal.

En estos días es de suponerse que la lucha por el poder político de los grupos partidistas por colocar a sus mejores condicionados políticos en los primeros lugares de las listas plurinominales y de mayoría, se encuentra en el más alto nivel de la negociación política.

La preferencia de la clase política de cada partido político busca una candidatura plurinominal, y por ende, posesionarse dentro de los primeros lugares de la lista, ya que al lograrlo, por consecuencia no tendría que hacer actos de campaña, tal y como ocurre con los candidatos de mayoría.

En tal contexto, los partidos y sus precandidatos juegan, sin duda un papel político relevante en el sistema de partidos políticos, con la democracia interna partidista. No obstante, durante la precandidatura interna, y en todo caso que logren obtener la candidatura, cabe preguntar ¿cuál será el tipo de propaganda electoral que utilizaran para difundir las ideas? ¿es posible qué emitan en su propaganda expresiones que calumnien a las personas?

Esperemos, que no sea así. Máxime, porque la reforma constitucional en materia político-electoral del año pasado, establece que “la propaganda política o electoral que difundan los partidos y candidatos deberán abstenerse de expresiones que calumnien a las personas”.

Así, como sucede con el criterio emitido por el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), al señalar que “de la Convención Americana Sobre Derechos Humanos, se desprende que si bien la libertad de expresión en el ámbito de las contiendas electorales de una sociedad democrática, es un elemento primordial de comunicación entre los partidos políticos y el electorado, en el que el debate e intercambio de opiniones debe ser no sólo propositivo sino también crítico, para que la ciudadanía cuente con los elementos necesarios a fin de que determine el sentido de su voto, lo cierto es que el ejercicio de la libertad de expresión en materia político-electoral tiene como restricciones la emisión de “expresiones que denigren a las instituciones y a los propios partidos o que calumnien a las personas.

En fin, estimado lector, las precampañas son parte de la democracia interna partidista. De ella tendría que brotar entre los demás partidos políticos una democracia externa, realmente con ideas que ayuden a la población a participar en la elección de los candidatos que representan al partido político que los postula.

Así que, querido elector, ¿queremos o no la consolidación de un sistemas de partidos políticos, plural y competitivo? Tal y como lo expresa otro de los criterios del TEPJF, que “los partidos se abstengan de recurrir a la violencia y a cualquier acto que tenga por objeto o resultado alterar el orden público, así como de proferir expresiones que impliquen diatriba, calumnia, infamia, injuria, difamación o que denigren a los ciudadanos, a las instituciones públicas, a los partidos políticos o a sus candidatos, en la propaganda política y electoral que utilicen”.

Al tiempo, tiempo…

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