¡Promesas que denigran a los electores y actitudes que deshonran a sus opositores!

Las tres principales reglas de la democracia son las que plenamente constituye la Constitución, es decir, mediante los siguientes principios: “Soberanía”, “Forma de Gobierno” y “Sufragio”. “La soberanía nacional reside… Las tres principales reglas de la democracia son las...

7 de abril, 2015

RHT

“La soberanía nacional reside esencial y originariamente en el pueblo. Todo poder público dimana del pueblo y se instituye para beneficio de éste. El pueblo tiene en todo tiempo el inalienable derecho de alterar o modificar la forma de su gobierno”.

Además, “Es voluntad del pueblo mexicano constituirse en una República representativa y democrática, laica y federal, compuesta por Estados libres y soberanos en todo lo concerniente a su régimen interior; pero unidos en una federación establecida según los principios establecidos” en la Constitución.

Y, de la misma manera, la norma fundamental apunta que: “Los partidos políticos tienen como fin promover la participación del pueblo en la vida democrática, contribuir a la integración de los órganos de representación política y como organizaciones de ciudadanos, hacer posible el acceso de éstos al ejercicio del poder público, de acuerdo con los programas, principios e ideas que postulan y mediante el sufragio universal, libre, secreto y directo, así como las reglas para garantizar la paridad entre los géneros, en candidaturas a legisladores federales y locales”

Los tres principios consagrados en el texto constitucional son los que indudablemente, al menos así es de suponerse, son los principios aludidos por el Presidente del Instituto Nacional Electoral (INE), sobre todo cuando se nos dice que Lorenzo Córdova, ya que en esta semana formalmente dieron inicio las campañas electorales rumbo a la elección del próximo 7 de junio, llama a los partidos políticos, candidatos y candidatos independientes, a respetar las reglas de la democracia.

Para la obtención del voto los actores políticos tendrán que hacerlo con responsabilidad, y por tanto el debate político tiene que darse por los cauces legales sin que se busquen huecos en la norma jurídica para obtener ventajas indebidas durante las campañas.

Sin duda, las campañas electorales tiende en algunos casos a ofrecer los plataformas políticas de los partidos políticos y sus candidatos, y candidatos sin partido. Es la forma de participación política en convencer al electorado que voten a favor de su partido y candidato.

No obstante, tal y como siempre ocurre en las campañas políticas, los actores políticos transcurren calumniando a la contraparte. El interés predomina para obtener el mayor número de votos, sin que sean, respetadas las reglas democráticas. La estrategia política implica “acabar a como de lugar con el opositor, “no importa si me multan, pago la multa, pero el daño fue mayor al opositor”, dirían los estrategas de las campañas.

En definitiva, las campañas políticas están diseñadas por ofertas políticas, en el mejor de los casos, inalcanzables: “ahora que yo sea Gobernador, diputado, etc., les prometo que tendrán, tendrán y tendrán, todo lo que me piden”… Promesas que denigran a los electores, y actos y actitudes que deshonran a sus opositores con mostrar que unos son mejores que los otros, pues utilizan estrategias publicitarias insidiosas que no fomentan la cultura política del elector.

Del tal suerte, se nos dice que el 7 de junio se eligen a 2,159 cargos de elección popular (gobernadores, presidentes municipales, diputados locales, delegados políticos en el DF, y a diputados federales).

Son diez partidos políticos los que buscan obtener la mayor parte de los votos. Para la difusión de su propaganda se dice que habrá unos 12.5 millones de anuncios en radio y televisión.

Por consiguiente, la difusión de las ideas se transmite a 83 millones de ciudadanos que están convocados a las urnas para elegir a su candidato de preferencia. No obstante, cabe preguntar: ¿Los partidos y candidatos difundirán sus ideas apegados a las reglas jurídicas? ¿En las campañas políticas todo se vale para lograr el voto?

Por la usanza política a la mexicana, todo parece indicar que “no”.

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