Muy buen teatro del absurdo

Si pusiéramos juntas a Gina Rinehart y Christine Lagarde serían la versión femenina e inefable del Gordo y el Flaco. Pero para que ellas existieran… Si pusiéramos juntas a Gina Rinehart y Christine Lagarde serían la versión...

4 de febrero, 2016

RHT

Si pusiéramos juntas a Gina Rinehart y Christine Lagarde serían la versión femenina e inefable del Gordo y el Flaco. Pero para que ellas existieran…

Si pusiéramos juntas a Gina Rinehart y Christine Lagarde serían la versión femenina e inefable del Gordo y el Flaco. Pero para que ellas existieran y pudieran emitir sus diatribas en contra de los pobres y los ancianos, tuvo que haber otros histriones que dijeran su respectivo monólogo.

En el siglo XVIII Malthus publicó su Ensayo sobre el principio de la población, en el que hablaba de que el número de individuos humanos crece en proporción geométrica, mientras que los bienes de consumo lo hacen en proporción aritmética, por lo tanto ese desequilibrio tenía que regularse con guerras, epidemias, limitación de matrimonios y lo que se nos fuera ocurriendo.

Ya entrado el siglo XIX, Joseph Arthur de Gobineau con su Ensayo sobre la desigualdad de las razas humanas, al decir que el factor antropométrico es decisivo para que una civilización sobreviva o muera, empezó a dar argumentos para que el papá de la gordita australiana (Don Lang Hancock) pudiera decir, allá por 1930 y tantos, que los aborígenes eran grupos de alta peligrosidad y si rehusaban trabajar para sus empresas debían ser esterilizados.

Afortunadamente para el género humano, monsieur Gobineau tuvo quién le refutara su tesis. En 1885, el antropólogo cubano-haitiano Antenor Firmin publicó De la igualdad de las razas humanas en respuesta al conde francés, pero tal cosa no hizo mella en el ánimo de nuestra rolliza empresaria, que aprendió a trasladar todos esos conceptos al dinero y encontró fundamentos para decir que sólo tiene derecho a reproducirse quien gane cien mil dólares australianos al año. Y como es muy estricta, los que ganen $99,999.99, ¡por un pinchurriento centavo tendrán que someterse a la vasectomía o a la salpingoclastia! ¡Ha dicho!

Desde su punto de vista, con cien mil dólares australianos al año alcanza muy bien para mantener hasta a 12 hijos… pero tres de sus vástagos le han abierto procesos legales porque no les permite vivir al nivel que corresponde, para el status que tienen… no sé por qué me recuerda a Ernesto Cordero y sus seis mil pesos mensuales, pero en fin…

No creo que debamos dudar de su generosidad cuando dice estar "… dispuesta a pagar un sueldo decente siempre que el destinatario sea el hijo de un doctor y no el hijo de un mesero frustrado." Para ella, el problema es que las clases bajas superan a las "inteligentes" y no puede encontrar trabajadores decentes en ninguna parte.

Ahora voy entendiendo por qué hay tanta obesidad en el mundo. La señora quiere que los trabajadores estén hechos a su imagen y semejanza.

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Referencias

http://larepublica.pe/30-05-2013/mujer-mas-rica-del-mundo-quiere-esterilizar-a-los-mas-pobres

http://negociosypoder.com/gina-rinehart-la-mujer-mas-rica-del-mundo-no-la-quieren-ni-en-la-casa/

https://es.wikipedia.org/wiki/Esterilizaci%C3%B3n_forzosa

https://es.wikipedia.org/wiki/Joseph_Arthur_de_Gobineau

http://www.rebelion.org/noticia.php?id=34707 Antenor Firmin

https://es.wikipedia.org/wiki/Thomas_Malthus

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