Inútil presentarse con experiencia

Es increíble la falta de oportunidades en el mercado laboral, y peor aún, la mediocridad de la mayoría de las ofertas económicas. Con todo y… Es increíble la falta de oportunidades en el mercado laboral, y peor...

10 de julio, 2015
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Es increíble la falta de oportunidades en el mercado laboral, y peor aún, la mediocridad de la mayoría de las ofertas económicas. Con todo y…

Es increíble la falta de oportunidades en el mercado laboral, y peor aún, la mediocridad de la mayoría de las ofertas económicas. Con todo y esto el gobierno se vanagloria diciendo que la economía va en aumento y que el país se está moviendo. ¡Me caigo de risa!

Les platico que desde hace algunos meses estoy en busca de trabajo. De unos años para acá me he desarrollado de manera independiente, inicié un negocio y he freelanceado en varias áreas, pero la situación económica actual no me permite continuar de esta manera y me veo en la necesidad de buscar un ingreso fijo, de godinear, pues.

Como es normal en estos casos, día con día entro a las diferentes páginas de bolsas de trabajo para buscar las vacantes publicadas y enviar mi CV. Por supuesto que también hablo directamente a las empresas ofreciendo mis servicios y buscando una oportunidad, pero en más de una ocasión he sentido más bien que entro a un juego de prostitución y subasta en la que me vendo al mejor postor. No ha llegado.

He acudido a un sinfín de entrevistas y recibido propuestas que dan risa y muchas otras que son insultantes. En esas andaba esta semana. Tengo una lista de contactos a quienes periódicamente les actualizo mi CV para ver si se abre una vacante. Uno que otro contesta de vez en cuando para decir que no tienen nada, otros prometen agendar una entrevista dando atole con el dedo y al final lo dejan a uno esperando, la gran mayoría no se toma la molestia de contestar.

“¿Cómo vas?” -me ha preguntado mi hermano una y otra vez preocupado por la situación-. “Pues igual” –le contesto- “sin mucho movimiento”. Y me recomienda que amplíe mi panorama a diferentes áreas. Créanme, lo he hecho, de ninguna manera estoy encasillado en algo, lo mismo busco en agencias, empresas, medios y ventas, pero la cosa está igual en todos lados. “Entonces baja tus pretensiones económicas” termina por aconsejar. También lo he hecho. Nada.

Si bien es cierto que en los últimos años he trabajado por mi cuenta y he estado alejado del sector empresarial, esto no quiere decir falta de experiencia, por el contrario (creo) he desarrollado habilidades y adquirido conocimientos que el trabajar de esta manera te obliga a aprender para poder sobrevivir.

Pues a mediados de semana me habló por teléfono uno de estos tantos contactos con los que me he presentado.

  • “Hassy, te habla X de la empresa Tal. Veo que llevas tiempo buscando  trabajo y quiero ofrecerte algo. Platícame un poco de tu experiencia”.

A decir verdad desde que soltó la primera palabra hubo muchas cosas que no me gustaron, empezando porque el tipo no sabía hablar y, no conforme con soltar una serie de palabras y expresiones inexistentes, noté que estaba comiendo mientras hablaba conmigo y dejaba salir unos desagradables sonidos cada que abría la boca.

Después de resumir en dos minutos mis últimos años de trabajo me pregunta papa en boca la razón por la que no lo he encontrado.

  • “La verdad es que he rechazado algunas propuestas por la oferta económica”.
  • “Entiendo. Veo que tienes experiencia y me gusta mucho tu currículum, quería saber cómo está la industria porque me extraña que lleves tanto sin colocarte. No te puedo ofrecer más de cinco mil pesos mensuales, sin contrato y no te puedo dar prestaciones, pero me encantaría que te integres a mi equipo”.

Y mientras me platica su propuesta se da tiempo para hacer pausas, sacar las papas de la bolsa y llevarlas a la boca, masticar y seguir hablando.

  • “Además de esto no te puedo asegurar un horario, no hay comisiones y necesito que tengas total disponibilidad de tiempo para mí”. (No para la agencia, no para el trabajo, para él). “Yo trabajo mucho en fines de semana y si un sábado en la noche o domingo se me ocurre que quiero pelotear ideas contigo, necesito que tengas el día disponible (…)”.

A estas alturas ya sentía yo que tenía pedazos de papa en la oreja y tenía que despegar el teléfono para esquivar los proyectiles.

  • “Mañana salgo a Monterrey –continuó- pero me gustaría reunirme contigo cuando regrese ¿qué dices?”

¿Qué digo? ¡¿Es neta?!

  • “Mira, agradezco tu oferta, pero la verdad no es lo que estoy buscando. No te puedo dar disponibilidad 24/7, principalmente porque los sábados estoy en diplomados y tengo compromisos. Por supuesto entiendo que hay eventos los fines de semana o situaciones extraordinarias y estoy dispuesto a cubrirlas, pero dedicarte mi tiempo entero por esa paga no lo puedo aceptar”.
  • “¿Qué necesitas para aceptar la propuesta?”
  • “Que me ofrezcas al menos lo que pido” (En verdad no es tanto, créanme).
  • “Ya te dije lo que ofrezco, si quieres, ahora entiendo por qué no te has colocado”.

Y se dio el lujo colgarme indignado.

¿A qué voy con todo esto? Entiendo perfectamente la situación económica del país, sé muy bien los tabuladores de los sueldos y no deja de ser indignante.

Lo que las empresas están buscando es gente para explotar, quieren pagar poco y recibir mucho a cambio, y esto no tiene nada que ver con la economía, sino con la cultura corporativista en que vivimos. ¿Una empresa baja el precio a sus clientes? ¿Vende barato su trabajo? ¿Acepta menos dinero por el mismo o mayor esfuerzo? No. Entonces ¿Por qué piden esto a los empleados?

Si uno se asoma a las bolsas de trabajo se encuentra con disparatadas incongruencias. Buscan gente joven, de preferencia recién egresados con al menos dos años de experiencia ¿cómo va a ser eso posible? Por supuesto, los que tienen la experiencia no son candidatos porque son grandes. Que yo sepa la experiencia se gana con el trabajo y con los años. Pero parece que esto las empresas no lo ven.

¿Cómo puede un joven aceptar 3 mil pesos mensuales en un trabajo que le queda del otro lado de la ciudad, sin coche, con horarios eternos y sin prestaciones? Es evidente que se tiene que empezar desde abajo, pero no creo que nadie merezca algo tan miserable después de fletarse cuatro o cinco años de estudios profesionales para recibir un sueldo que se le va a ir en transporte y comidas, y al final del mes quedará debiendo.

Parece que prepararse día con día, ya no es suficiente, hay que estar dispuestos a muchas otras cosas. No sé, tal vez el que está mal soy yo, pero no es mi objetivo de vida estar en una oficina de sol a sol y olvidarme de mis intereses, de mi vida, de mis gustos a cambio de un sueldo miserable. Creo firmemente en que se trabaja para vivir, pero la mayoría lo aplica al revés. Es absurdo, indignante, ofensivo. Y al final uno apechuga y termina aceptando porque es lo que hay.

A ver si no terminamos pagando por trabajar.

Voy vengo.

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