El Teléfono Extraviado

El escocés Alexander Graham Bell fue considerado durante largo tiempo como el inventor del teléfono en 1876...

30 de noviembre, 2016

El escocés Alexander Graham Bell fue considerado durante largo tiempo como el inventor del teléfono en 1876; sin embargo, el Congreso de Estados Unidos de Norteamérica aprobó en el 2002 la resolución 269, reconociendo como el verdadero inventor al italiano Antonio Meucci, quien por razones económicas no pudo patentarlo, es decir, Graham Bell lo patentó pero Meucci lo inventó. 

 

Considero interesante advertir, que la famosa pastelería “El Globo”, de origen francés nacida en 1884, su número era el 289; el 64 pertenecía al presidente Porfirio Díaz, quizá en Palacio Nacional o en su domicilio particular en la casa número 8 de la calle Humboldt; “El Puerto de Liverpool”, fundada en 1847 por el francés Jean Baptiste Ebrard poseía el 63; el 6 estaba asignado a José Ives Limantour, Ministro de Hacienda y Crédito Público durante el gobierno de Díaz; y si algún pudiente capitalino sentía menguada su salud, cómodamente marcaba el número 1, y recibía de inmediato ofertas especiales de los productos de la empresa “Eusebio Gayosso y Cía.”

En el edificio de gobierno de La Paz funcionaba una centralita telefónica, seguramente marca LM Ericsson de fabricación sueca. Dicho sea de paso, el teléfono número 80 estaba asignado a don Nicolás “Talismán” Martínez Villalba –compadre de mi papá-, quien como propietario y gerente del “Hotel Central” telefónicamente atendía reservaciones de las personas que, a eso de las dos de la tarde serían comensales ante un exquisito pecho de caguama, no sin antes paladear unos fríos tragos ambarinos, alternándolos con unos trozos del hígado del quelonio -reglamentariamente aderezados con limón y sal-.

Aquel 24 de febrero de 1944 el Oficial Mayor de Gobierno,   Lic.Abel Camacho G., firmando por poder del Secretario General, Lic. Senen García A., mediante oficio dirigido a la Central Telefónica, solicitándole que por acuerdo del Gral. de Div. Francisco J. Múgica, gobernador del entonces Territorio, se cambiara al nuevo local de la Junta Local de Caminos (JLC) “el aparato telefónico instalado en el edificio que actualmente ocupaba dicha oficina…”

Para tal efecto, el Sr. Vicente V. Ibarra, Jefe de la Planta Eléctrica y Encargado de la Red Telefónica, solicitó que se pidiera a la Casa Ericsson, en México, 2900 m de alambre galvanizado B.B. núm. 12, también 60 espigas de madera (cachete) y 60 aisladores de vidrio Poney núm. 9, complementándose estos materiales con 150 clavos de 3” y 150 de 3 ½ adquiridos en la localidad.

Ahora bien, tal oficina estaba ubicada temporalmente en Melchor Ocampo y Aquiles Serdán número 24.  Fue desocupada el 6 de marzo del mismo año y posteriormente la ocupó como vivienda el Sr. Gral. de Brigada Gregorio Morales Sánchez. Pasó algún tiempo y el teléfono aún no se recogía para su debida reinstalación en la JLC, –que según decía mi padre, el Ing. Clemente Ávila Muñoz, que ahí laboró años después, amistosamente se le decía Junta Local de Cabrones-.

Por esos días, el Ing. José Ruiz Ugalde era el Representante de la Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas (SCOP) ante susodicha Junta, sustituyéndole antes de concluir ese año de 1944 el Ing. José Ricardo Bárcenas. Exitosamente la línea fue tendida hasta el nuevo edificio en el cruce de las calles Melchor Ocampo y Lic. Verdad. Únicamente falló un detallito: ¡Concluyó la administración mugiquense y el dichoso teléfono jamás se reinstaló!

Seguidamente inició el régimen gubernamental del Sr. Gral. de División Agustín Olachea Avilés. El nuevo Representante de la SCOP ante la JLC era el Ing. Sebastián Díaz Encinas –también compadre de mi padre-, quien el 18 de mayo de 1946, oficialmente le solicitó al Srio. Gral. de Gobierno, Sr. Félix J. Ortega, la recuperación e instalación del famoso aparato.

Dos días después, el Sr. General Gregorio Morales Sánchez giró un escrito aclaratorio al Secretario General; manifestándole que en el año de 1944 ese teléfono   se lo había recogido la empresa, cambiándoselo por uno de escritorio, que utilizó en las diferentes casas donde vivió, y que también a él se lo recogieron el 8 de enero de 1946, “para ser destinado al servicio del C. Gral. de Div. Comandante de la 3/a Zona Militar –Agustín Olachea Avilés-.    

Pasaron otros días “sin prisa pero sin pausa”, y por fin las altas autoridades telefónicas concluyeron por unanimidad, que ese teléfono “actualmente se encuentra en el consultorio del doctor Joaquín Corres Calderón.”     

Ignoro si la Junta Local de Caminos durante todo este tiempo permaneció sin servicio telefónico. También desconozco si el teléfono finalmente localizado se le recogió al Dr. Corres o se le sustituyó por otro. Lo único que sé es que la Central Telefónica tardó algo más de dos años y dos meses para encontrar ese teléfono de pared, en cuya inscripción se leía nada más y nada menos: “Telepone A.B.L.M. Ericsson Stockholm”, y que si bien en su tiempo solamente tenía un valor utilitario, actualmente representa una verdadera joya digna del más exigente coleccionista.   

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