La Confusión con la Evolución

En México aun considerándose católico, curiosamente el tema de la Evolución biológica nunca ha sido algo que...

3 de octubre, 2016

Ricardo Rojas

En México aun considerándose católico, curiosamente el tema de la Evolución biológica nunca ha sido algo que despierte polémica, quizás en parte por el laicismo del Estado mexicano por más de un siglo. A diferencia de Estados Unidos donde la teoría de Darwin todavía sigue discutiéndose si debe o enseñarse, poniéndola al nivel de teorías absurdas como el creacionismo, en el país durante décadas se ha incluido sin problemas en la currícula de ciencias en las escuelas, al punto que los mejores expositores de la evolución son científicos mexicanos.

Se acepte o no, 157 años después que Charles Darwin publicó El origen de las especies, todavía seguimos usando el dicho "La teoría de la Evolución", algo que no es totalmente correcto y mantiene cierta confusión.

Durante ese siglo y medio ocurrió un desarrollo constante de la biología basado en toda una serie de descubrimientos, pero los más trascendentales podrían ser: las leyes de herencia de Mendel, los cromosomas, la división celular, la fecundación, el entrecruzamiento de los cromosomas, la recombinación genética, los genes, el ADN, las mutaciones, la ingeniería genética y la secuenciación del genoma humano.

Después de toda esta información adquirida por la ciencia, lo que solo eran ideas y suposiciones en la mente de Darwin, hoy en día la evolución (junto a la selección natural) al apoyarse en muchas evidencias científicas, ha dejado de ser una simple teoría al convertirse en tres cosas diferentes: Evolución, Selección Natural y Teoría Evolutiva, las cuales erróneamente se confunden.

La evolución puede definirse como el proceso por el cual los organismos vivos cambian sus características físicas con el tiempo, basado en que un organismo hijo es diferente al organismo padre del que desciende, entendiendo que todo ser vivo se reproduce de forma análoga.

Esta definición aunque quizás mucho tiempo fue especulativa, se ha demostrado que es un hecho científico que ocurre y no es más una teoría.

Las características de un organismo provienen de la información genética escrita en el ADN, la cual al reproducirse un organismo y ser replicada de forma análoga, siempre resulta en que su descendiente tenga cambios en su información genética y por lo tanto en sus características.

Estó ocurre desde un virus, una bacteria, hasta un árbol o un elefante; tanto en la división de una célula, la reproducción sexual como en la clonación e ingeniería genética, porque en todo proceso de copiado analógico de información ocurren errores. La demostración más sencilla es un sistema análogo (que no es digital) como el de un video casete, que cuando se copia, luego esa copia era copiada y a la vez esta copia es copiada, en un punto la información será tan diferente al original que no podrá verse el video que contenía.

Pero una mayor evidencia de lo anterior, es que hay secciones en el ADN llamadas marcadores que en una línea de organismos va cambiando su información en un número aproximado de miles de años, una herramienta usada en paleontología y antropología.

Por otra parte, la selección natural se definiría como el proceso natural en el cual se selecciona dentro de un grupo de organismos, cuáles serán capaces de reproducirse y cuáles no, según las diferencias en sus características físicas que le permitan ser más aptos para sobrevivir en su medio ambiente, y así lograr reproducirse con mayor éxito, transmitiendo esas particularidades a sus descendientes. Al hablarse de una selección natural nos referimos a que son los cambios en el medio ambiente, a causa de fenómenos físicos o interacción de otros organismos, los que realizan la selección de los organismos más aptos para sobrevivir y reproducirse.

Podría pensarse que debido a que los fenómenos naturales son azarosos sin ninguna guía ni propósito en que características son las mejores, es difícil que la selección natural desarrolle organismos muy complejos o diversos y suene más a teoría que a un hecho.

Sin embargo lo poderoso que es un sistema de selección basado en características y su replicación con pequeñas diferencias, ha sido demostrado una y otra vez bajo una selección natural o una artificial. En la natural lo ha hecho la capacidad de virus, bacterias e insectos nocivos de sobrevivir una y otra vez a antivirales, antibióticos y plaguicidas respectivamente, cada vez más y más fuertes. Mientras en la artificial no hay mejor muestra en como convertimos al lobo salvaje en un perro chihuahua "mini toy", así como la eficacia de los métodos de desarrollo de inteligencia artificial evolutiva o la resolución de problemas matemáticos complejos usando selección artificial.

De tal manera la selección natural también puede decirse es un hecho científico y no una teoría.

Aun así, hay un tercer aspecto de la evolución que puede decirse todavía es teoría, conocido como teoría evolutiva. Esta rama de la biología se enfoca en todos esos factores poco comprendidos que podrían influir en cambios en la información genética, su transmisión y expresión; así como en la selección natural.

Por ejemplo por un lado explicar como fenómenos físicos tales como radiaciones, químicos, virus o enzimas genéticas podrían influir en el ADN; mientras por otra parte explicar como un cambio en la relación entre organismos de un ecosistema, en la ecología o en un comportamiento social colateralmente altera la selección natural. Algunas subteorías de la teoría evolutiva podrían ser la de El Gen egoísta, la Panspermia, la Epigenética o la Selección sexual.

No obstante hay un último hecho que demuestra que la evolución no es una simple teoría que podría algún día descartarse, el cual es que el organismo vivo más simple, sencillo y humilde de la Tierra comparte información genética con nosotros, y a la vez todos los seres vivos entre ellos, significando que todos venimos del mismo primer organismo.

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