A un año del ataque terrorista a la publicación francesa "Charlie Hebdo", y cerca de tres meses de la serie de atentados en París por extremistas islámicos, pareciera que en ocasiones es inexplicable cómo ciudadanos europeos, algunos hasta universitarios, pueden comulgar con las ideas extremistas de grupos terroristas como ISIS.
No es difícil que nos vengan a la mente referencias históricas del choque entre Europa y el Islam, tan antiguas como las cruzadas y la invasión árabe en la península Ibérica, hasta los conflictos actuales en Israel, Afganistán e Irak. Sin embargo, en el caso de Francia, además de tener la mayor población musulmana en Europa (5 millones), hay una razón histórica muy específica poco recordada en la actualidad.
Era el año 1830, recién había finalizado la era napoleónica en Francia, y manteniendo planes del propio Napoleón, este país decidió conquistar el territorio del Argel en el norte de África, actualmente el país Argelia, el cual en ese entonces se encontraba en un momento vulnerable, al apenas haberse liberado políticamente del imperio turco otomano. Situación que aprovechó Francia, la que con su ventaja militar fácilmente tomó Argelia y su posición ventajosa en el Mediterráneo. De esta forma, pasó a convertirse en colonia francesa durante más de 130 años, hasta su independencia en 1962 por una cruenta lucha armada.
Sin embargo, la política colonialista que implantó entonces Francia en Argelia fue muy particular, que bajo ideas de la ilustración francesa, ocultó una política racista y discriminatoria contra los habitantes musulmanes de esa región.
En principio, el ideal de Napoleón para Argelia era que se convirtiera en una provincia más de Francia, y como tal, todos sus habitantes pasarían a ser ciudadanos franceses, incluso los musulmanes, y sería asimilada como parte de la cultura francesa. Pero aun pudiendo sonar algo justo socialmente a pesar de la conquista, en realidad el ideal con el tiempo fue cruelmente deformado.
Al convertirse en una provincia francesa miles de colonos franceses emigraron, quienes bajo el auspicio de la ciudadanía se les facilitó la compra y expropiación de terrenos de población musulmana, claramente en las mejores regiones, lo cual con las décadas terminó en la política de dar a la población musulmana las tierras del árido sur.
El ideal de ciudadanía automática se fue diluyendo a trámites complejos que incluían abandonar totalmente la cultura, religión, lenguaje y tradiciones musulmanas. De igual forma el concepto de asimilación a Francia, escudándose en un laicismo extremo, se enfocó en eliminar la cultura autóctona de los argelinos, al prohibirse el idioma árabe en escuelas, edificios de gobierno, procesos judiciales; así como indumentaria, música y prácticas religiosas musulmanas. De tal forma el porcentaje de niños argelinos que asistían a las escuelas y que recibían alguna educación era muy bajo.
Estas ambiguas políticas durante 130 años, de considerar a Argelia una provincia de Francia, pero a la vez eliminar la cultura musulmana en sus habitantes y sustituirla por la francesa, dificultando la ciudadanía francesa a estas mismas personas, para luego arrinconarlas a las peores tierras, terminaron por provocar a generaciones de argelinos una fuerte crisis de identidad, y que se arraigara en su psique el resentimiento, la decepción y desconfianza hacia el Estado francés, sintiéndose ajenos a éste. Situación que parece continuar en la actualidad en franceses descendientes de inmigrantes argelinos.
Es bien conocida la carga histórica que tiene EUA con los afroamericanos descendientes de esclavos africanos, que si bien no ha desaparecido el racismo todavía, su gobierno trata de dar la imagen de que se aplica la política de redimir el sufrimiento pasado de esta minoría, promoviendo sus logros culturales y políticos.
Sin embargo, Francia no ha hecho lo mismo con su carga histórica con los musulmanes franceses de origen argelino, solo intentos muy diluidos entre discursos. A pesar de ser una situación de menor magnitud a la colonial, en la actualidad en vez de buscar tolerancia, respeto e integración, sigue aplicando políticas escudadas en la tradición laica francesa, tales como prohibir en las escuelas indumentaria musulmana, caso del velo, y cualquier práctica religiosa; cómo que aún bajo protesta de los ofendidos ponga por encima la libertad de expresión, así como no tener una política seria de integrar a la cultura musulmana como parte de la francesa, ni de mejorar las condiciones de vida y trabajo de los musulmanes franceses marginados.
Así, no es difícil imaginar cómo parte de los jóvenes musulmanes actuales no se sienta integrada como parte de la comunidad francesa, y en su crisis de identidad añoren su país de origen, rememorando aquellas políticas colonialistas en Argelia sufridas por sus predecesores, y que su comunidad natural son los extremistas islámicos.
Al final los pecados pasados si no se redimen a tiempo, por desgracia terminan pagándose.
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Referencias:
http://www.mgar.net/africa/argelia.htm
https://arteyarquitectura.wordpress.com/2013/12/09/el-sistema-colonial-frances-argelia-y-tunez/
http://e-spacio.uned.es/fez/eserv.php?pid=bibliuned:filopoli-1998-11-1008&dsID=pdf
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