El Veneno Perfecto para Donald Trump

"Emplear la justicia, no dejarse influir por los prejuicios, tener cuidado en todo lo que podamos juzgar y criticar, busquemos la verdad y no nos...

22 de marzo, 2016

Ricardo Rojas

"Emplear la justicia, no dejarse influir por los prejuicios, tener cuidado en todo lo que podamos juzgar y criticar, busquemos la verdad y no nos dejemos llevar por las opiniones"

Alhazen Ibn al-Haytham (Científico árabe del S. XI, para quien la búsqueda de la verdad estaba en cuestionar todo).

Desde el inicio de la carrera por la presidencia en Estados Unidos, Donald Trump es el personaje que más ha destacado en todo medio, prácticamente todo el tema de la campaña política ha girado en lo que a diario opina, juzga y critica.

En un principio, Trump parecía que no sería nada más que otro millonario fantoche entrando a la política, que sin pelos en la lengua da opiniones absurdas apoyándose en su dinero, algo que no es nada extraño en la política de EUA, basta recordar al millonario Ross Perot en los años noventa pasados, aunque rara vez han logrado pasar las primeras votaciones internas.

Pero esta ocasión, al tener más triunfos que derrotas en la selección del partido republicano, la fantochada empezó a ganar cada vez mayor simpatía en sus seguidores. Bajo esta situación, pareciera que la campaña de Trump seguirá un nuevo patrón con posibilidades amenazantes de llegar a la presidencia.

A pesar de que su campaña se basa en la forma más burda de hacer política, ha demostrado que no por esa razón es menos exitosa, algo que han sabido muchos dictadores en la historia, al momento el más obvio que se recuerda es sin dudas Adolf Hitler, con sus terribles consecuencias. Así, la táctica de Donald Trump se basa simplemente en hablar todo lo que se le ocurre, con el fin de complacer al estadunidense en sus frustraciones contra la administración Obama, a partir de las dificultades personales para salir de la crisis del 2008. Posteriormente será culpar de toda esa situación a un único grupo étnico, repitiendo una y otra vez estereotipos racistas contra este, pero lamentablemente los seleccionados han sido los mexicanos.

No es difícil imaginar que si la persona que gobernará en EUA, es una persona que habla y piensa basado en estereotipos, más que en la realidad, cualquier decisión mal pensada repercutirá en todos los habitantes del planeta, como los resultados de las decisiones de George W. Bush en Irak y Afganistán. Pero debido a que los mexicanos son el grupo para descargar la frustración anglosajona del país vecino, la amenaza al ser presidente es mayor para nosotros que para nadie más.

Hasta el momento las tácticas usadas por los adversarios, activistas y el gobierno de México, parece que siguen siendo inefectivas para enfrentar la arrolladora campaña de Trump, al basarse principalmente en descalificarlo y apodarlo de decenas de formas, más que en una táctica bien pensada. Atacarlo casi de la misma forma que Trump, le permite a este atajar todo ataque con su técnica burda de opiniones absurdas, sarcásticas y complacientes ante su público. No obstante, quizás puede existir un veneno para un personaje de la clase de este señor: Cuestionar implacablemente.

Una manera de reducir el poder de cualquier afirmación, no es en sí atacarla emocionalmente, si no cuestionarla basándose solo en la razón lógica, permitiendo que a su audiencia le sea evidente lo absurda, sin sentido o sin fundamento que es la afirmación, al punto que no sea capaz de responder con algo lógico al cuestionamiento. Para la clase de sujeto que es Trump, es improbable que soporte un cuestionamiento implacable y diario de toda palabra que sale de su boca, algo que ya demostró al cuestionarlo su adversario Marco Rubio en un debate, logrando lo perdiera Donald Trump. A diferencia de la época de Hitler, donde era difícil plantar dudas y fácil ocultar cosas de sus afirmaciones, hoy en día es casi imposible escapar a la influencia de los medios, de manera que sería más sencillo plantar cualquier duda, aún en el mismo Trump.

Si solo nos enfocamos en algunas de sus principales afirmaciones, veremos que realmente no son difíciles de cuestionar.

Trump ha afirmado: que los inmigrantes mexicanos han provocado el problema de drogadicción en EUA, que solo van a delinquir, que le han quitado los trabajos a los estadounidenses, que la solución a todo es construir un muro de más de 3 mts en toda la frontera con México; que las fabricas mudadas a México han robado trabajos a EUA, y que este último tiene un déficit comercial con México.

Tan solo sería retar al señor Trump a que nos responda de forma lógica, razonable y con números: ¿Qué clase social y raza son los mayores consumidores de cocaína en su país?, ¿cuál etnia tiene más condenas de violación?, ¿qué tipo de trabajos hacen los inmigrantes mexicanos, en qué condiciones, con que salario, y si algún estadounidense deseará hacer esos trabajos?

¿Saben los estadounidenses que si regresan las fabricas a su país, su ropa, televisores, computadoras, autos, etc. serán mucho más costosos?, ¿aceptarían ese inconveniente?, ¿cuál es exactamente el déficit comercial de EUA?

¿Cuál sería el precio exacto de un muro de 3,185 km, usando trabajadores estadounidenses bien pagados, en horario de 8 horas, 5 días a la semana?, ¿pagará el mismo sueldo de los inmigrantes de México a los estadounidenses? ¿Cuánto acero se necesita? ¿EUA puede proveer tal cantidad de acero?

Faltan cerca de 240 días para las elecciones presidenciales de EUA, el mismo número de oportunidades para cuestionarlo y arrinconarlo con sus tácticas burdas populistas. ¿Quién será el primero en la campaña de cuestionarlo implacablemente?

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