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¿Que la gente no lee? ¿Cuál gente? ¿No lee qué? ¿Libros? ¿Revistas? ¿Artículos? ¿Mensajes largos? Mucha gente lee porque aprendió las letras, lo que no… ¿Que la gente no lee? ¿Cuál gente? ¿No lee qué? ¿Libros? ¿Revistas? ¿Artículos?...

18 de septiembre, 2015

RHT

¿Que la gente no lee? ¿Cuál gente? ¿No lee qué? ¿Libros? ¿Revistas? ¿Artículos? ¿Mensajes largos? Mucha gente lee porque aprendió las letras, lo que no…

¿Que la gente no lee? ¿Cuál gente? ¿No lee qué? ¿Libros? ¿Revistas? ¿Artículos? ¿Mensajes largos? Mucha gente lee porque aprendió las letras, lo que no hace es comprender, entender, razonar, analizar, aprender lo que lee.

No es a los lectores de oficio o los de afición a quien debe interesarles un texto como éste y con todo, serán los únicos que lo lean completo, quienes no lean se quedarán suponiendo que lo siguiente serán solo estadísticas y cuestiones técnicas de algún estudio, no sabrán de qué trata y con seguridad lo compartirán, por supuesto que ni siquiera es interesante y me disculpo por hacerle perder el tiempo al buen lector.

Hablando de lectura en redes sociales, los mensajes de más de cinco renglones incluyen, dependiendo de la configuración de idioma, un “leer más” o “continuar leyendo” es la parte que leen porque al ver un “See More”, “Continue Reading” o darle “clic” a un enlace les asegura que el texto es largo y aburrido, lo que les quitará tiempo para seguir viendo etiquetas con frases emotivas y parches con advertencias absurdas que los harán sentir culpables si no comparten.

Los lectores flojos buscan mensajitos simples de dos renglones, coloridas etiquetas con el mismo mocoso sacando la lengua con diferentes textos igualmente repetitivos o temas que les den motivos para pelear. Los lectores de fondo leen esas etiquetas en una milésima de segundo y siguen adelante con su lectura buscando precisamente información que incluya un “See More” y esto aplica a la vida misma, no solo a los textos.

Uno de tantos ejemplos son las invitaciones a eventos en redes sociales (FB) en el que hacen la propuesta en un párrafo que incluye un importante “See More” en donde se dan los detalles completos del evento y en el que se responden la mayoría de las preguntas que cualquiera haría. Los comentarios contienen preguntas como: ¿A qué hora es? ¿Cuánto cuesta? ¿Cuándo es? ¿De qué se trata? ¿Cómo me inscribo? Es obvio que las respuestas están después del “See More”. El anfitrión del evento se verá obligado a contestar “lea por favor” a cada uno de los mensajes y a los interesados les ofende la respuesta.

Por supuesto, todo aquel que recibe la invitación seleccionará el botón de “Asistiré” o “Going” cuando ni siquiera tiene la intención de hacerlo; generalmente el 90% de los asistentes virtuales no asiste (Comprobé ya el 100%, ninguno de los virtuales asistentes estaban presentes).

Hay también textos que inician con una seriedad aparente tocando un tema delicado o polémico y que son seguidos de una broma que se aclara después del “See More”. Hay quienes se quedan con la primera idea y se atreven a señalar al autor exhibiéndolo más adelante. Otras publicaciones van acompañadas de un guapo personaje en donde el texto o mensaje nada tiene que ver y se llenará de “likes” y “shares”.

Las estadísticas no pueden seguir apuntando a quienes no leen libros. Primero, porque hay muchos que escuchan los libros en audios y aprenden de ello. Segundo, porque hay muchos lectores de afición que intercambian sus lecturas y compren dos o tres libros y en un año quizá, habrán leído 12 o 24. Estos lectores no se anuncian, y como la venta no se refleja, las estadísticas no se elevan. Tercero, porque a los verdaderos lectores les importa poco si los demás no leen.

Estos mismos lectores aprenden también a leer las palabras incompletas y los mensajes entrecortados que impone la modernidad, no pierden el tiempo en criticar la escritura actual que sí entienden, cosa que no sucede al contrario, un “textor” no puede leer palabras completas, su cerebro reconoce un “See More” o un libro gordo e inmediatamente lo rechaza. Igual que los lectores de otros tiempos cuando hojeaban un libro, si no veían “monitos” no lo leían.

El lector completo a veces ni siquiera da su ‘like’ de rigor porque le interesa más la lectura que el aviso de ‘ya te leí’.

También existen libros que son verdadera basura y que equivalen a los programas baratos en televisión con artistas de quinta, diálogos pobres y llenos de repeticiones. Tener un libro en la mano no hace grande al individuo, hay que saber qué libro hay en las manos de la gente, los que no leen, cargan el libro de moda a todas partes ‘porque son muy cultos’ y el contenido puede ser sólo una instrucción de autoayuda del que no han aprendido nada. El lector verdadero lleva varios libros y simplemente lee, no lo presume. Así es pues, el lector se ve, no se anuncia.

Por ser lector curioso, puede ser que esto haya sido una total falta de respeto de mi persona hacia tu tiempo, así es como se hace uno buen lector, leyendo absolutamente todo, lo malo, lo bueno, lo regular, lo ejemplar y textos como este… igualmente, gracias.

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