La respuesta está en el viento

"Es más fácil ser genial, que tener sentido común", Jacinto Benavente

19 de octubre, 2016

"Es más fácil ser genial, que tener sentido común", Jacinto Benavente

Nos ubicamos en la segunda mitad del siglo XX. Se escucha no a un poeta, no a un literato. Es un artista.

El día de hoy los diarios informan: el  Premio Nacional de Literatura, desde su creación en 1901 hasta el 2016, ha premiado a 16 mujeres y 99 hombres, considerando al que han anunciado en éste año. Un hombre, un artista.

Me llamo Bob o al menos así me dicen todos mis amigos y quienes me conocen. Soy de esas personas que tratan de ir por el mundo sin choques ni contratiempos, quizá, debido a que en mi oficio es muy importante saber llevar la continuidad del “tempo”.

Leo muy poco los diarios. De vez en cuando las revistas, sobre todo cuando aparece alguna crítica que me desfavorece. Me entusiasma saber y reconocerme como una monedita de uso común, en lugar de la de oro que les gusta presentar a los publicistas de la casa editorial.

Me causó desazón recibir desde temprano las llamadas de muchos de los que, sin ser mis amigos, así se reconocen. Resulta que hubo quién se atrevió, el o los muy osados, a decirme que con la entrega, inmerecida, creo yo, de lo que llaman “El Oscar”, ahora resulta que soy un poeta que se ha disfrazado de músico. Entonces todo ha sido un engaño: mis composiciones no son para escucharlas, sino para leerlas. ¡Faltaba más!

Confieso y reconozco que cuando escribo lo hago desde la más profunda reflexión. Creo que todos los que conciben un poema lirico y lo acompañan con música para cantarlo, así lo hacen también, al grado de que son muchos los que, al igual que yo,  consideran que ésta es la forma más antigua de lo que se conoce como  “Literatura”.

El haber logrado poner música a mis letras lo considero un vínculo con quienes me escuchan. Como consecuencia les nace el deseo de conocer y reflexionar sobre lo que escribo, aunque, lo admito, intencionalmente no lo busqué.

La academia Sueca me ha favorecido. ¡Gracias!. Se han atrevido a expresar que la literatura no necesariamente debe de estar en libros, ya que al día de hoy solo he logrado plasmar dos publicaciones. Allá ellos y su osadía. Ya hasta se atreven a llamarme “el filósofo y poeta del Rock & Roll”.

Hoy me siento nostálgico de la dura y sacrificada tarea, no de escribir, sino de enfrentarme a un público prolífico y heterogéneo que abre sus corazones y me reconoce como parte del tiempo y de la historia.

Solo pido a mis detractores que nos los obnubile la decepción de no ser yo a quienes ellos esperaban. Mi letra está viva y espero que nunca muera. Con eso tengo bastante.

La enorme suma que me entregarán, por la única función en que mi música no se escuchará, sin duda la invertiré en libros y en quienes anhelan encontrar la respuesta en el viento.

Dylan lo que Dylan, los demás.

 

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