Valentina… Valentina

La vida en el mundo es muy diversificada, en la naturaleza hay de todo y en los humanos no podía ser la diferencia.

13 de octubre, 2017

Manuel de Jesús Ruiz Nettel

La vida en el mundo es muy diversificada, en la naturaleza hay de todo y en los humanos no podía ser la diferencia.

Hoy vi una nota en Proceso titulada: Abogados logran primer cambio de nombre de una persona transexual en Chiapas (http://www.proceso.com.mx/507158/abogados-logran-primer-cambio-nombre-una-persona-transexual-en-chiapas), su nombre, Valentina Ross García.

El ser diferente y vivir en el marco de esa diferencia conlleva mucha valentía. Es ir contra todo, es buscar su espacio personal en este mundo que muchas veces parece insensato. Donde cientos son crueles en su trato hacia las personas homosexuales.

El machismo o puritanismo lo esconden en las Sagradas Escrituras. La homosexualidad es una cuestión que existe desde tiempos milenarios en la historia. A lo largo de la historia, que ha sido aceptada o practicada libremente y sin culpa por diferentes civilizaciones.

Desgraciadamente en nuestros tiempos, en Chiapas la aceptación de los homosexuales es muy poca, y lo expresan así en el caso de Valentina y en muchos otros. Son groseros, soeces e ignorantes, parafrasean las escrituras para apoyar sus comentarios ofensivos, machistas e intolerantes.

El Santo Padre Francisco dice ante este tema: Papa Francisco: En aquella ocasión dijo esto: “Si una persona es gay y busca al Señor y está dispuesto a ello, ¿quién soy yo para juzgarla?” (https://www.aciprensa.com/noticias/esto-es-lo-que-dice-el-papa-francisco-sobre-los-homosexuales-en-nuevo-libro-72580). Desgraciadamente muchos católicos no están de acuerdo, pero son más tolerantes. Los cristianos son los más intolerantes, pero en sus vidas esconden cosas que representan verdaderos pecados de la carne y del espíritu, de inicio, hacen negocio con la palabra de Dios Nuestro Señor.

Yo no estoy de acuerdo con muchas cosas filosóficas que esgrimen los grupos homosexuales, pero como periodista y católico los respeto con la máxima que Dios Nuestro nos enseñó “Ámense los unos a los otros” lo que es lo mismo “Respétense los unos a los otros” y añadiría “Amor es respeto”.

Tengo muchos amigos, conocidos y familiares que son homosexuales o lesbianas, tienen mi amor y mi respeto.

Pero también los admiro, porque van contracorriente en la sociedad, lo bueno es que han aprendido a vivir su vida. Aprendieron a escoger su camino y nadie, nadie puede decir lo que les vendrá al pasar está vida. Porque simple y llanamente nadie sabe que hay más allá.

Tengo un amigo, que cuando ve a una persona homosexual cambia súbitamente de carácter, los insulta se encorva todo y comienza a decir sandeces. Los mira de reojo. Me incomoda, porque no tiene respeto a los demás. Pero él también merece respeto.

Amar a los seres humanos es difícil, convivir con la gente abusiva es difícil, pero a la defensiva y no deteniéndonos con las afrentas de los demás se puede sobrellevar. Solo así cualquier ser humano puede salir adelante en la vida ¿para qué? No sé, solo Dios Nuestro Señor lo sabe.

Nadie, nadie es quién para juzgar la vida de otros. Lo hacen, pero “dime de qué me acusas y te diré que secretos tienes” parafraseando el dicho “Dime de qué presumes y te diré de que careces”.

La vida es muy corta para vivir odiando a los demás.

Ya que en la vida no sabes lo que te depara y tarde o temprano pagarás aquí en la tierra las afrentas que hagas. Esto lo he visto a lo largo de mis 52 años. He visto a mujeres y hombres malos o soberbios que han tenido finales muy dolorosos por la enfermedad y la vejez. El infierno aquí está en la tierra, también para pagar nuestros pecados.

Yo le doy gracias a la vida, porque me dio una nueva sobrina con Valentina. Valiente, positiva y buena hija de Dios Nuestro Señor.

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