Es la frase que se ha vuelto sinónimo de la lucha de los grupos feministas en contra del maltrato de la mujer. Desgraciadamente todo este movimiento no ha frenado la violencia creciente en contra de la mujer, las niñas y los niños de México, porque simple y llanamente se han convertido en cotos de poder que hasta los gobiernos de las diferentes denominaciones políticas las han tomado de bandera solamente para salir en la foto.
La mujer ha sido considerada por siglos como un cero a la izquierda en el mejor de los casos, en el peor son menos que nada. Se ven casos de mujeres que les han quitado toda la voluntad, como las utilizadas por el narcotráfico y las bandas de tratantes de blancas como simples objetos sexuales sin vida.
Desgraciadamente en la mayoría de las familias de nuestro país, las mujeres siguen sufriendo vejaciones, malos tratos, esclavización, falta de educación, falta de valores morales valores en el seno familiar y un sinfín de cosas, que ahí están, que todos ven pero que nadie se mete a querer arreglarlas.
Esto nos lleva a que las mismas leyes que deberían de proteger a las mujeres, niños y niñas deben de ser cambiadas, para que el sistema legal pueda intervenir con el solo hecho de que se sepa un rumor de maltrato o algún funcionario se dé cuenta de que se está dando una situación violenta de cualquier tipo en contra de estos tres sectores de la población.
Esta columna podría ser letras y letras de lamentaciones, pero la realidad se impone y la gente está mal educada, es corriente y sobre todo machistas.
Hoy en Tapachula, se llevó a cabo una marcha en el marco de la lucha en contra de la violencia a la mujer por parte del Gobierno Municipal que preside el Dr. Oscar Gurria Penagos, el cual junto a su señora esposa presidenta honoraria del DFI Municipal Laura García Arjona, caminaron del parque Bicentenario al Parque Central de Tapachula. Fue una marcha muy nutrida donde las organizaciones que trabajan calladamente se unieron de esa forma para demostrar que un gran sector de Tapachula está en contra de la violencia hacia la mujer, los niños y las niñas.
Desgraciadamente el pueblo, ese pueblo corriente también se expresó con bocinazos de sus autos que se encontraban varados por el tráfico ocasionado por la marcha… ¡Todo por esa pinches viejas! Escuché y vi decir a un taxista de los muchos que se creen los dueños de las calles de nuestra ciudad.
El sujeto, despotricó sin importarle nada que le escucharan, la gente pasaba a su lado en las aceras haciendo oídos sordos, nadie se quiere meter en problemas, esto mismo pasa cuando en algún momento somos testigos de que se esté realizando un acto violento en contra de las mujeres, niños y niñas. Simplemente volteamos a ver a otro lado.
Esta actitud indiferente, puede explicarse a las débiles leyes y castigos en contra de los violentos, de los asesinos, de los violadores de mujeres, niños y niñas. El castigo a estos delitos debe ser la muerte, así lo dice abiertamente la vox populi tapachulteca y de casi todo nuestro país, porque los daños impuestos a las víctimas son para toda la vida o son asesinadas en el acto.
Un tipo que golpe o humillación a una mujer de su familia debe de saber que perderá todo… hasta la camisa. Pero no, los agarran en el acto y nada, salen y ahí andan tan campantes con nuevas parejas y con la sonrisa en la boca.
Desgraciadamente, el aumento de penas y contundencia en el castigo no será visto por nuestros ojos, porque vivimos en una sociedad santurrona que tiene miedo de castigar como debe de ser a los delincuentes en general y en especial a los violadores, asesinos y tratantes de blancas… ¡Cómo no va a ser si ahora hasta perdonan a los narcos y nos los persiguen! Dice sarcásticamente la vox populi.
Lo único que nos queda es lo que recomienda el presidente municipal de Tapachula Oscar Gurria Penagos… “¡La educación es el camino más seguro para erradicar la violencia contra mujeres, por ello, al reunirme con más de mil jóvenes les digo que debemos empezar ya! En el seno de nuestras familias, en la escuela y en la comunidad. Les llamo a predicar con el ejemplo: respeto total a la mujer, a su autonomía en la toma de decisiones y a su dignidad como persona”.
En el Gobierno de Tapachula, dice comprometido el alcalde Oscar Gurria no cederemos un solo día en la construcción de un ambiente sano y libre de violencia contra mujeres y niñas.
La mujer es como una flor, hay que cultivarla, que se desarrolle, que camine su propio camino sin miedo a ser mancillada por algún abusivo.
Me decía un conocido, que tiene una hija, está difícil que las jóvenes de hoy vayan a encontrar un buen hombre para hacer sus vidas, los jóvenes de hoy están muy abusivos.
Ahora hasta en la “mejores familias” hay un joven que es machista en extremo y trata a las mujeres con odio y desprecio.
Quiero cerrar esta columna con una frase que dijo una activista social y abogada muy bragada “Pendeja la que se deja, las leyes de hoy están a favor de las mujeres” y con una palmadita en el hombro animaba a su representada para ir con todo y sin piedad en contra de su marido que la dejó como “un Santo Cristo”.
De la venganza, otro tipo de justicia… otro día hablamos.
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