El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) informó que en la primera quincena de marzo de 2017, el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) registró un incremento de 0.35 por ciento, así como una tasa anual de 5.29 por ciento; en tanto que los datos correspondientes al mismo periodo de 2016 fueron de 0.10 por ciento quincenal y de 2.71 por ciento de inflación anual. El índice de precios subyacente presentó un crecimiento de 0.31 por ciento quincenal y de 4.32 por ciento anual y de 4.32 por ciento anual.
La inflación subyacente, de acuerdo a la metodología del INEGI, se obtiene eliminando del cálculo del INPC los bienes y servicios cuyos precios son más volátiles, o bien que su proceso de determinación no responde a condiciones de mercado. Así, los grupos que se excluyen en el indicador subyacente son los siguientes: agropecuarios, energéticos y tarifas autorizadas por distintos órdenes de gobierno.
En atención a lo anterior, el pasado 22 de Marzo del 2017, el Gobernador del Banco de México, Agustín Carstens, durante la inauguración de la 80ª Convención Nacional Bancaria señaló que el Banco de México es una de las grandes fortalezas institucionales que tiene nuestro país. Desde 1994, cuando se hizo plenamente operativa su autonomía con un mandato constitucional inequívoco de procurar una inflación baja y estable, y muy especialmente desde 2001 cuando adoptó el esquema de objetivos de inflación para la conducción de la política monetaria, el Instituto Emisor ha cumplido cabalmente con dicho mandato.
De acuerdo a información del gobernador de Banxico, en los últimos quince años se ha logrado una tasa de inflación anual promedio inferior a 5 por ciento, mientras que durante la presente década esta ha sido de 3.6 por ciento. Estos datos se comparan muy favorablemente con una inflación anual promedio de 14.6 por ciento durante los primeros diez años de autonomía del Banco, es decir de 1994 a 2004.
De ahí que afirmé el Dr. Agustín Carstens que se ha logrado un abatimiento sustancial de la inflación de manera estructural. La gradual consolidación de una inflación anual promedio a niveles bajos ha protegido el poder adquisitivo del ingreso de todos los mexicanos, y ha dado lugar a tasas de intereses reales y nominales más bajas, lo que a su vez ha permitido un mayor crecimiento del crédito y de la inclusión financiera.
Concluyó el gobernador de Banxico señalando “El Banco de México, al cumplir con su mandato prioritario, contribuye de manera crucial al desarrollo y estabilidad económica del país.”
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