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El pasado miércoles 15 de abril la selección mexicana de fútbol enfrentó a su similar de Estados Unidos con un resultado adverso que ha desencadenado un sin fin de críticas,...

21 de abril, 2015

El pasado miércoles 15 de abril la selección mexicana de fútbol enfrentó a su similar de Estados Unidos con un resultado adverso que ha desencadenado un sin fin de críticas, empezando por el mal estado del campo y lo que aparentan ser partidos solo por negocio.

En este caso está justificado el por qué de este encuentro: ambas selecciones necesitan conformar dos grupos para los torneos que enfrentarán en verano.

La diferencia entre los dos bandos fue muy clara. Los de Miguel Herrera no sabían a que jugar, mientras que los de las barras y las estrellas, sin importar su juventud, tienen un sistema de juego ya definido.

Tan mala fue la actuación del equipo mexicano que incluso un jugador estadounidense que pertenece a la categoría universitaria marcó el primer gol del encuentro.

Esa es la principal razón por la cual no se les ha derrotado en los últimos siete encuentros, desde los amistosos, en los cuales ya nos vencieron en el Estadio Azteca, y en el último hexagonal de la CONCACAF, en el que los vecinos del norte lograron obtener su primer punto en la historia en territorio mexicano.

Hay claras diferencias entre lo que ellos han hecho y lo que se ha dejado de hacer de este lado de la frontera entre ambos países. Por eso las distancias entre ambos equipos se han acortado o ya nos han superado.

El fútbol mexicano ha mostrado claramente conformismo desde hace mucho tiempo y el de Estados Unidos ha incrementado sus ambiciones.

También está el tema de los jugadores con doble nacionalidad que han decidido jugar con la selección de las barras y estrellas. Un caso concreto es el de Ventura Alvarado, quien a pesar de que aún podría jugar para la selección mexicana ya declaró que le será leal a la playera que lo buscó primero.

Lo sucedido el pasado miércoles no puede ser punto de quiebra para el proceso del Piojo, pero sí debe ser una fuerte llamada de atención. No se le puede permitir a ninguna selección que represente a nuestro país una actuación tan vergonzosa.

Muchos de los seleccionados demostraron no ser material de selección, porque podrá no haber fútbol, pero la intensidad -y más en un clásico- no puede faltar.

¿Qué se puede aprender de este partido?

1. Claramente, México ha dejado de ser el único gigante de la zona.
2. Los partidos en lo que se va a improvisar deben ser en contra de otras selecciones.
3. No se puede perder un partido más frente a Estados Unidos.

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