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Sergio Pérez y el reto que se avecina

Sergio “Checo” Pérez comenzó su aventura en la máxima categoría del automovilismo con el pie derecho...

4 de febrero, 2016

Sergio “Checo” Pérez comenzó su aventura en la máxima categoría del automovilismo con el pie derecho, en 2011, corriendo para Sauber, después de una exitosa temporada previa en la categoría GP2 en donde quedó subcampeón detrás del venezolano Pastor Maldonado. Dos temporadas en el equipo suizo y varios sorpresivos podios le valieron llamar la atención del poderoso (por lo menos en ese entonces) equipo Mclaren, que por medio de su director ejecutivo Martin Whitmarsh lo llevó a firma radicada en Woking, Inglaterra, para la temporada 2013.

En aquel momento muchos criticaron tal movimiento al considerar que Pérez carecía de la experiencia para pilotear en un equipo tan prestigiado como Mclaren, principalmente los mismísimos medios británicos, que preferían además a otro británico como compañero de Jenson Button.

Para mala suerte de Pérez, Mclaren tuvo una de las peores temporadas de su historia, con un chasis que dejó mucho que desear. Además, la inconsistencia en sus actuaciones y quizá la presión que tuvo que soportar por parte de los medios europeos en general, y británicos en particular, hicieron ver a Sergio como una gran decepción, o como decimos los mexicanos, como una llamarada de petate. Al final de esa temporada, las cabezas de “Checo” y Whitmarsh rodaron gracias a la espada del implacable Ron Dennis, el jefe supremo del imperio Mclaren.

Hasta ese momento (finales del 2013) todo hacía pensar que la carrera del piloto tapatío en la Fórmula Uno había llegado a su fin. Sin embargo, una buena negociación y una gran dosis de suerte hicieron que Sergio pudiera “pescar” en el último segundo un asiento en Force India, otro modesto equipo de talla mediana que, aunque significaba la permanencia de “Checo” en el gran circo, también significaba un retroceso en sus ambiciones de convertirse en campeón del mundo.

A pesar de todo, el equipo indo-británico le cayó como anillo al dedo. Las malas experiencias en Mclaren reacomodaron la mentalidad del mexicano, lo hicieron más humilde, responsable y trabajador, y al mismo tiempo le hicieron ver que el estrellato no se gana con destellos esporádicos, sino con esfuerzo y dedicación constantes. Force India le brindó los ingredientes que le faltaban, lo libró de las grandes presiones mediáticas de correr para un mega equipo y lo transformo en un piloto verdaderamente competitivo. En pocas palabras, Sergio Pérez maduró. La prueba fehaciente es que el año pasado, pudo vencer con claridad nada menos que a su compañero de equipo Nico Hulkemberg, el aniquilador de coequiperos, ganador de las 24 horas de Le Mans en su primer intento, y el que para muchos es un campeón ninguneado por los grandes de la F1.

Tal actuación ha provocado que los volubles reflectores de la máxima categoría vuelvan a iluminarlo, e incluso que varios medios especializados lo cataloguen entre los cinco o seis mejores pilotos de la actualidad, lo cual por supuesto es todo un honor para el de Guadalajara.

Sin embargo, “Checo” aun no tiene las puertas del paraíso totalmente abiertas, y en esta temporada, y posiblemente la siguiente, deberá demostrar que efectivamente es merecedor de partir hacia un equipo que le otorgue la oportunidad de pelear por un campeonato del mundo, o por lo menos subirse al podio como ganador de vez en cuando.

Lo que sí es una realidad, es que en estos dos últimos años, Sergio se ha ganado el respeto de pilotos, equipos y medios de comunicación, y el mote de “pay driver” o piloto de paga, ya no le queda más.

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