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¿Realmente leemos los mexicanos?

Según la más reciente Encuesta Nacional de Lectura y Escritura, los mexicanos leemos 5.3 libros al año, muy arriba de los 2.9 libros que supuestamente leíamos en el 2014.

12 de noviembre, 2015

Joaquín Vázquez

Según la más reciente Encuesta Nacional de Lectura y Escritura, los mexicanos leemos 5.3 libros al año, muy arriba de los 2.9 libros que supuestamente leíamos en el 2014. Esto significa que aumentamos nuestros hábitos de lectura (por lo menos en lo que a libros se refiere) un 82.7% de un año para otro. Pero, ¿es esto cierto?

Para ser franco, yo dudo mucho de los resultados de la encuesta, sobre todo cuando de forma casi mágica, éstos nos muestran que de un año para otro casi duplicamos la cantidad de libros leídos anualmente. No es que desconfíe de las técnicas metodológicas empleadas para realizar dicha encuesta, pero sí de la honestidad con que las personas respondieron a tal encuesta.

Por supuesto, leer 2.9 o 5.3 libros al año es una cantidad bastante deplorable de cualquier manera, porque leer menos de medio libro al mes no puede considerarse como un logro cultural para nadie.

Pero además, lo que no me queda claro en la encuesta es si estos 5.3 libros han sido leídos en su totalidad o si son considerados como leídos aunque los dejen a medias, que según la encuesta, es casi la mitad de los lectores (46.6 por ciento).

Otro dato que me salta, es que según la misma encuesta, el 43 por ciento de las personas leen menos que antes, contra sólo el 41.6 por ciento que dicen leer más.

Pero el dato más importante, desde mi punto de vista, es el que muestra que el 42.7 por ciento de la población no lee libros, y el 18 por ciento jamás ha leído un libro en su vida.

Si a eso agregamos que el libro mayormente leído es la Biblia (si, igualito que Peña Nieto), pues mis dudas con respecto a la encuesta se acrecientan aún más, porque, salvo los miembros del gremio eclesiástico y algunas otras personas por ahí, es realmente difícil que la gente pueda leerla en su totalidad, y no sólo por el volumen descomunal del libro religioso, sino por su complejidad.

Muchas son las contradicciones que presenta la encuesta, que me indican que esos 5.3 libros anuales son pura fantasía, y es que en un sistema educativo fallido como el nuestro, la lectura es un lujo más que una actividad cultural. Los jóvenes de ahora prefieren leer los últimos chismes del Facebook o textear frenéticamente con sus amigos, antes que tomar un libro y leerlo de cabo a rabo.

Es muy común ver en los teléfonos inteligentes de los muchachos una descomunal cantidad de fotos, memes, videos, música y demás parafernalia digital, pero la cantidad de libros en el mismo formato es prácticamente cero.

Sin embargo este fenómeno no es exclusivo de los jóvenes, los adultos de mediana edad han dejado la lectura de lado al sustituirla con actividades recreativas y culturales más “modernas”.

Por eso me pregunto si verdaderamente leemos los mexicanos, porque independientemente de las encuestas, estadísticas y demás numerología, la realidad es que el gusto por esta actividad tan enriquecedora se está perdiendo, espero no irremediablemente.

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