El piloto regiomontano regresa a la grilla de la Fórmula Uno después de un año de relativa inactividad, ya que de alguna forma se mantuvo activo como volante de reserva de la Scudería Ferrari.
El ingreso de Esteban a la Gran Carpa en la temporada 2013 se dio en una etapa no muy propicia del equipo Sauber, que un año antes había tenido un gran campeonato de la mano de Sergio Pérez y Kamui Kobayashi consiguiendo el sexto puesto con 126 puntos, una de las mejores temporadas de su historia como equipo de Fórmula Uno.
Sin embargo, como suele suceder con los equipos independientes, Sauber entró en una crisis económica que evitó desarrollar de manera adecuada el auto con el que Esteban debutaría después de una muy buena temporada como el tercer mejor piloto de la GP2, la categoría antesala de la F1.
Su año de debut se vio además opacado por la gran actuación de su compañero de equipo, el alemán Nico Hulkemberg, que consiguió la nada despreciable cantidad de 51 puntos, contra sólo 6 de Gutiérrez. Con todo y todo el de Monterrey fue galardonado como novato del año.
Para el campeonato 2014 las cosas no mejoraron, al contrario, fueron de mal en peor, al punto de que el equipo suizo no pudo sumar ni un solo punto para su causa. La relación de Gutiérrez con Sauber se empezó a deteriorar a partir del Gran Premio de Mónaco, donde el mexicano cometió un costosísimo error quedando fuera de la carrera cuando se encontraba en un muy cómo séptimo puesto, dejando ir puntos importantísimos que le hubieran dado muchos millones de dólares al ya de por sí económicamente desesperado equipo comandado por Monisha Kaltenborn.
La salida de Esteban, sin embargo, no fue tan catastrófica, ya que casi de inmediato pudo enrolarse como piloto de reserva en la Scudería Ferrari, en un movimiento que a la postre sería una jugada maestra, pues no sólo llegaba a un equipo icónico dentro de la máxima categoría del automovilismo, sino porque le daba la oportunidad de convertirse en un candidato a ocupar un asiento en Haas, equipo con una estrechísima relación con la Scudería de Maranello, cosa que efectivamente ocurrió.
Ahora Esteban, como piloto de Haas F1 Team, tiene la gran obligación de responder a las expectativas que se le tienen, tras un año de gran aprendizaje al lado del par de monstruos que son Sebastian Vettel y Kimi Raikkonen, si bien al primero que tendrá que vencer es a su nuevo compañero, el experimentadísimo francés Romain Grosjean, recién salido de Lotus, al cual deberá superar o por lo menos darle una gran batalla si quiere permanecer en el radar del equipo estadounidense, pues la lista de jóvenes y talentosos pilotos es grande y la intención del dueño del equipo, Gene Haas, es llevar a pilotos oriundos del país de las barras y las estrellas para impulsar la categoría (y por supuesto a su equipo y sus empresas), siendo los buenos resultados la única manera de evitar sufrir un destino similar al que tuvo con Sauber.
Esta es una magnífica segunda oportunidad para Gutiérrez, y quizá la última que tenga para establecerse como piloto de Fórmula Uno, y seguir los pasos de Sergio “Checo” Pérez, del cual hablaremos en una próxima oportunidad.
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