Llegó el mes de diciembre y con él, los deseos de muchas personas alrededor del mundo de adornar el árbol de Navidad. Sin embargo, en los últimos años ha crecido la incertidumbre alrededor de esta tradición, y es que quién no ha dudado en qué tipo de árbol adquirir, ¿natural o artificial?, basando nuestra decisión en el costo y el daño que causamos a la naturaleza.
De acuerdo a la Comisión Nacional Forestal (Conafor), actualmente la demanda de árboles navideños en México es de 2 millones, sin embargo, la producción alcanza únicamente los 800 mil, lo que quiere decir que más de un millón de árboles tienen que ser importados de otros países, como Estados Unidos y Canadá. Si esos 800 mil árboles que el país requiere anualmente fueran talados de forma clandestina, representaría un ecocidio, por lo que es importante comprar únicamente con productores o empresas certificadas.
En este tema, es importante señalar que toda plantación forestal debe contar con un programa de manejo respaldado por la Ley General de Desarrollo Forestal Sustentable, y por otro lado la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) es la encargada de otorgar los permisos necesarios para evitar la tala clandestina en zonas forestales, no obstante, existen negocios ilegales que atentan contra el medio ambiente en la temporada navideña.
Si bien los árboles naturales son todo un tema, los artificiales no se quedan atrás. De acuerdo a estudios y contrario a lo que mucha gente piensa, los árboles artificiales NO son más ecológicos, totalmente de acuerdo en que duran mucho más tiempo, son más baratos a largo plazo y pueden reutilizarse; pero al desecharse son más contaminantes y dañinos a la salud, ya que están fabricados con resinas plásticas y materiales derivados del petróleo. Además los que encontramos a precio de regalo pueden llegar a contener mercurio y otras sustancias nocivas, y tardan en biodegradarse hasta 100 años.
UNA ALTERNATIVA SUSTENTABLE
Como ya lo mencioné, esa indecisión o preocupación de las personas por no impactar el medio ambiente en estas fechas ha generado la oferta de nuevas alternativas, una de ellas es la renta de árboles de Navidad.
El proceso:
- Eliges un pino que está sembrado.
- Cuidadosamente lo sacan de la tierra y lo ponen en una maceta.
- Para evitar ser maltratado, lo entregan directamente en tu domicilio, con sus respectivos aditamentos de cuidado.
- ¡Ojo! También en casa necesita cuidado, debes regarlo y abonarlo de acuerdo a las instrucciones de la plantación donde lo adquieras.
- A partir de los primeros días de enero, será recogido para llevarlo de regreso a la tierra del campo para que continúe con su desarrollo.
- En la próxima Navidad, puedes llevar a casa el mismo árbol o elegir otro.
Y claro, te preguntarás ¿cuánto cuesta? Hay muchas plantaciones en el país, no obstante los precios oscilan entre los mil y dos mil pesos. Tal vez al principio te parezca algo elevado, pero con el tiempo te darás cuenta que es una gran opción, y el ver cómo un pequeño árbol llega a convertirse en parte de tu vida cada Navidad es una GRAN EXPERIENCIA ECOLÓGICA.
Ya sea que elijas un árbol natural o rentado, es importante adquirir árboles mexicanos porque generas una derrama económica a los productores locales, y además permites la recuperación de terrenos deforestados. TÚ DECIDES.
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