Desde 2007 se han suscitado distintos debates acerca del cambio climático y el planteamiento de políticas públicas centradas en soluciones a largo plazo para frenar el calentamiento global que tenían que ver con la disminución del uso de la lámpara incandescente.
En 2008, Australia se perfilaba como el país pionero en la sustitución de los focos incandescentes por los focos de bajo consumo o ahorradores. Ya en 2010, esta tendencia abarcaba gran parte del mundo, incluyendo a México.
Viajando al pasado a 5 años atrás, el entonces presidente Felipe Calderón hacía declaraciones a este respecto en la Conferencia de las Partes (COP16)[1] de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático celebrada en el paradisiaco Cancún, Quintana Roo, el 6 de diciembre del 2010, de acuerdo a una nota del diario El Universal:
“Hoy, he publicado en el Diario Oficial de la Federación una nueva Norma Oficial Mexicana para eliminar del mercado nacional los focos incandescentes y que puedan ser sustituidos por focos eficientes, ahorradores de energía (…)”
Fue así como los mexicanos empezaron a utilizar poco a poco focos ahorradores en hogares, escuelas e industrias donde no se usarán ya, lámparas de halógeno o vapor de sodio.
No obstante, en mi caso particular, en casa tardamos en probar siquiera uno de aquellos focos “eficientes”. Sólo después de mucho tiempo, adquirimos un par. Siendo totalmente honesta, no me gustaron, la iluminación de mi foco de siempre era superior al sugerido, ¿cuestión de costumbre? ¿Opacidad del foco ahorrador? no lo sé, pero el 90% de mi luz doméstica siguió siendo incandescente.
Hace poco encontré un documental por demás interesante titulado “Luz Tóxica. El peligro de las bombillas de bajo consumo” de la prestigiada cadena alemana DW (Deutsche Welle) a la cual soy adicta por cierto, que inmediatamente llamó mi atención. Habla de muchos puntos que siempre me pregunté tras la repentina decisión de medio planeta para eliminar el uso de la lámpara incandescente; si, aquella que nos puso en bandeja de plata el genio Thomas Alva Edison y que el mundo había usado por los últimos 130 años.
De este documental extraje los siguientes planteamientos que vale la pena conocer:
Respecto a la salud
Los focos ahorradores contienen mercurio, una sustancia altamente tóxica; si la bombilla se rompe es peligroso porque el mercurio se evapora rápidamente y de inmediato llega a nuestros pulmones; también emite substancias tóxicas en su funcionamiento normal que son nocivas desde el punto de vista biológico.
En caso de ruptura del foco ahorrador, hay distintas recomendaciones de diferentes instituciones:
La Agencia Federal de Medio Ambiente (Alemania) dicta que se debe abandonar la habitación y esperar cuando menos 15 minutos, abrir ventanas y apagar calefactores.
Un laboratorio alemán privado, dedicado a la investigación química y biológica ha estudiado sustancias tóxicas desde hace años y dictamina que hay que alejarse lo antes posible para que el vapor emitido no entre en los pulmones y evitando así la intoxicación de la sangre, el cerebro o los nervios olfativos. Recomienda además la ventilación inmediata del lugar, recoger el foco roto con el uso de mascarilla y guantes evitando barrer los residuos y usar cinta adhesiva para levantar los fragmentos de cristal.
En cuanto al mercurio, el titular del laboratorio declara que hasta la cantidad más insignificante reduce el coeficiente intelectual, que es una neurotoxina muy severa que también puede dañar gravemente otros órganos, por tanto también el sistema inmunológico.
Investigaciones concluyentes dictan que incluso los focos aún intactos en funcionamiento normal, emiten sustancias sospechosas; se detecta la presencia de diversas sustancias, todas ellas orgánicas y volátiles entre las que destaca una sustancia muy tóxica: el fenol. El problema con el fenol es que es cancerígeno y por eso desde el punto de vista de la salud, su presencia es especialmente grave, también contienen tetrahidrofurano, otro cancerígeno y otros alquilbencenos que también perjudican la salud y pueden dañar el sistema nervioso y el hígado.
A la hora de prohibir el foco incandescente los aspectos de salud pública no contaron tanto como la fuerte implantación del foco de bajo consumo; incluso, la Comisión Europea lo reconoció: no hubo ninguna investigación de gran alcance sobre el tema y no se trata sólo del mercurio sino de los efectos nocivos de este tipo de luz sobre la psique humana.
Respecto a los intereses económicos
Osram™ y Phillips™ son las dos marcas detrás de este asunto. Es una cuestión de conexiones, de quién conoce a quién, no puede infravalorarse el hecho que los funcionarios de la Comisión Europea tienen amistades. Hay que ser consciente de que el objetivo de la protección del medio ambiente no es siempre lo que figura en primer plano, sino que, este tipo de decisiones están muy influidas por intereses económicos. Ya apenas se gana dinero con los focos tradicionales, en cambio los márgenes de los focos ahorradores son mucho más altos, de ahí el papel fundamental de los intereses económicos en esta decisión.
Además, la información contenida en los empaques de los focos ahorradores no es del todo verídica, ofrecen un producto con una vida útil inferior a la estipulada, entre otros datos falsos.
Hasta aquí los puntos del documental. Lo que puedo decir, es que me alegra haber preferido los focos “normales” aún sin conocer toda esta información. Ahora que la sé, cada que me es posible, incremento mi reserva de focos incandescentes (aunque lamentablemente ya sólo se encuentren en los anaqueles aquellos de bajo vataje).
Hay que decir, que cada vez es más escasa la presencia de focos convencionales en supermercados y ferreterías, ya que se supone que el pronóstico gubernamental dictado en 2010 para haberse dado la total sustitución en el país fue el año 2014, cuestión que todavía en nuestro 2015 no ocurre.
Por fortuna, aún queda la liquidación del inventario de millones de focos comunes en muchos comercios, la cual, aprovecho gustosa antes de que los bombillos desaparezcan por completo, cuestión que tú lector deberías considerar.
Tal vez alguien se pregunte por qué creer ciegamente en lo que dice un documental, bueno, hay infinidad de fuentes que pueden consultarse en internet, opiniones de científicos, investigaciones de agencias de noticias serias, etc.
Conclusión: los focos “eficientes” lejos de ser una medida para contribuir a frenar el calentamiento global, no son más que un negocio multimillonario de los amos del mundo como en tantos otros casos, perjudicando ocultamente la salud humana y donde por supuesto la ética brilla por su ausencia.
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Fuentes:
http://sociedad.elpais.com/sociedad/2007/02/20/actualidad/1171926005_850215.html
http://www.eluniversal.com.mx/nacion/182340.html
https://en.wikipedia.org/wiki/2010_United_Nations_Climate_Change_Conference
http://www.cnnexpansion.com/manufactura/2011/02/24/cuidado-con-los-focos-ahorradores
http://www.cnnexpansion.com/economia/2013/05/30/mexico-prohibira-focos-incandescentes
[1] El nombre COP hace referencia en inglés a las reuniones de las Partes de numerosos tratados internacionales (“Conference of the Parties”).
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