​La Otra Cara de la Moneda: Padres Solteros

Un día cualquiera en la oficina -"¿Alguien ha visto a Diego?"- pregunta proveniente de tres personas diferentes: la secretaria del jefe, la contralora y la...

27 de octubre, 2015

Un día cualquiera en la oficina -"¿Alguien ha visto a Diego?"- pregunta proveniente de tres personas diferentes: la secretaria del jefe, la contralora y la recepcionista que atendía a un proveedor impaciente que preguntaba por él en la recepción.

-"Tuvo que irse de urgencia, su pequeña hija sigue con resfriado"- alguien en la oficina respondió. Si, Diego tuvo que salir de la oficina otra vez porque Doña Rosa, su vecina, no podía seguir cuidando a la creatura por un resfriado que había empeorado, le aconsejó que la lleve al médico. Una bebé tan pequeña es frágil, vulnerable y deben prestarle la mayor atención para que no resulte en una infección grave de las vías respiratorias.

Lily era una lindura, regordeta y encantadora, con sólo ocho meses de edad y desde hacía tres residía bajo el cuidado de Diego, su papá.

La pareja de Diego hacía poco tiempo se había ido de la casa. Conoció a alguien en el gimnasio donde cotidianamente acudía para esculpir su figura después del parto. Ella era la típica mujer que no soportaba los kilos de más que el embarazo como un molesto remanente afecta a la mayoría de las mujeres. En realidad, nunca superó el hecho de convertirse en madre en la flor de la edad, miraba con espanto el aumento de peso, las estrías, la libertad trunca, el compromiso que implicaba todo aquello, siempre consideró el hecho como un “error”.

Diego, un hombre de 27, contador de profesión, no comprendía cómo había elegido a alguien tan egoísta como compañera de vida. A nivel personal quedó devastado no sólo por caer en la cuenta de que la mujer que amaba lo había abandonado para irse con otro, sino porque su pequeña hija se había quedado sin madre, -"¿qué madre hace algo así?, las hay… y yo estuve casado con una"- constantemente se reprochaba.

Como todo padre primerizo, no tenía idea de cómo cuidar a un bebé. La costumbre de vivir solo desde los 18 años cuando tuvo que partir de casa y mudarse a la gran ciudad para continuar con sus estudios universitarios, nunca le prepararon para esta etapa de su vida: la de padre soltero.

Pañales, biberón, vacunas… de pronto su vida se vio demasiado complicada. Situación que empeoraba por lo demandante de su actividad laboral y sin una pareja con quien compartir las tareas. Aquellos fueron los tiempos más difíciles en la vida para Diego.

Doña Rosa, su vecina, una señora de unos sesenta años de apariencia no muy dulce, al verlo tan atareado asintió a cuidar a su creatura mientras encontraba una buena niñera, porque las únicas guarderías de su vecindario eran afiliadas al IMSS. El calvario sólo había comenzado.

Diego trabajaba para una empresa transportista y llevaba la contabilidad del consorcio, no podía quejarse: un sueldo decente en un país con una economía emergente. Entre las prestaciones que la empresa ofrecía estaban las de ley; eso incluía cobertura del IMSS. Cualquiera podría pensar que conseguir una guardería para su pequeña hija sería algo sencillo, no debería existir problema. Por el contrario, Diego enfrentó la inoportuna negativa al intentar inscribir a Lily en una guardería dependiente del Instituto Mexicano del Seguro Social.

-"¿Cómo Señorita? ¿Pero…por qué? traigo mi “hoja rosa” mire aquí está, esto avala mi afiliación"- argumentaba Diego en tono desesperado con su bebé acurrucada en su brazo derecho y con la enorme pañalera colgando de su brazo izquierdo.

-"Disculpe Señor, si la persona que solicita la inscripción no es la madre o la abuela, no podemos hacer nada por usted"- replicó la recepcionista.

Sí, Diego se enfrentaba a un tipo de discriminación casi desconocido en un país machista como México: la violación de sus derechos como un padre que solicita la prestación de guardería para su hija por la única y exclusiva razón de no ser mujer.

Las anécdotas de padres solteros van desde los casos de Diego, como el de Octavio, un joven al que le impedían entrar a los festivales escolares del 10 de mayo con el argumento de que es una celebración sólo para ellas.

Juan Martín Pérez, presidente de la Red por los Derechos de la Infancia en México (REDIM), lamenta la ironía de que los padres solteros sean víctimas de la cultura machista.

“Las leyes en México y la cultura apunta a que el rol de cuidado sea para la mamá. Esto deja al papá en una situación de libertad en la mayoría de los casos, pero también en desventaja cuando hay situaciones en los que ellos salen a dar la cara por los hijos. Se necesitan políticas públicas a favor de la diversidad familiar para poderles dar respuesta como familias y dejar a un lado el término singular de ‘familia’, porque hay muchas y muy diversas”, asegura.

El caso de Diego y su hija es parte de las estadísticas del INEGI y del Consejo Nacional de Población (CONAPO). Que revelan que de los 796 mil hogares mexicanos encabezados por un papá, 259 mil son separados o divorciados, 42 mil sufrieron alguna situación de abandono y 495 mil son viudos.

En Estados Unidos por ejemplo, hace ya casi 9 años los padres solteros eran según la oficina de censos de este país 2,1 millones.

En el Distrito Federal, según la Ley de Igualdad Sustantiva entre Hombres y Mujeres, los trabajadores que se conviertan en padres pueden acceder a una Licencia por Paternidad Responsable de 15 días naturales; sin embargo, esto aún no es suficiente. En México se destina menos del 1% del Producto Interno Bruto a programas que incentiven el desarrollo familiar, el promedio en los países que integran la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), es del 7%, explica el maestro Cándido Pérez, investigador de Think Action Development (TAD).

“Falta que las empresas expidan por igual los permisos para que un padre pueda ausentarse una horas del trabajo para ir a las juntas escolares, por ejemplo”, dice.

Como podemos observar, el creciente número de padres solteros en nuestra sociedad son parte de la otra cara de la moneda respecto a los problemas de equidad de género. Hay mucho por hacer para que las leyes amparen a los padres solteros tal como amparan a las madres en solitario. A veces, al hombre también le toca perder, no sólo por convertirse en padre soltero si no por enfrentar transgresiones a sus derechos y a los de sus hijos en diversas instituciones públicas por el simple hecho de ser hombre. 

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Fuentes

http://www.excelsior.com.mx/nacional/2015/09/16/1046124

http://archivo.eluniversal.com.mx/notas/930074.html

http://www.eluniversal.com.mx/articulo/nacion/sociedad/2015/07/19/en-mexico-796-mil-hombres-son-papas-solteros

http://lasillarota.com/ser-papa-soltero-es-un-reto-en-mexico#.Vgs8MPmqqkq

http://www.oem.com.mx/elsoldepuebla/notas/n3426227.htm

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