- ¿A quién protegen las autoridades?
La tragedia que dejó el terremoto del pasado 19 de septiembre del año en curso en la Ciudad de México, que costaron la vida de alrededor de 200 personas, además de que muchos ciudadanos perdieron todo su patrimonio, se suma ahora a la de saber los porqués de que los edificios se dañaran y derrumbaran, porque al parecer, y habrá que esperar las investigaciones y peritajes de los mismos, hubo malas construcciones, corrupción a funcionarios delegacionales para los permisos y engaños de las constructoras e inmobiliarias.
Llamando mucho la atención lo acontecido en el Colegio Enrique Rébsamen, en la Delegación Tlalpan, que a unos minutos estuvo de haber sido una enorme tragedia, ya que al momento del terremoto se dice había 400 alumnos, que de no haber logrado salir, hubieran quizás fallecido.
Los datos nos informan que 19 niños y siete adultos murieron entre los escombros del Colegio. Millones de personas siguieron a través de la televisión lo acontecido en esta escuela, e insisto, centraba más la atención por ser una escuela que la había dañado el terremoto y por el número de alumnos de preescolar, primaria y secundaria que se encontraban en ella.
Así se observo el rescate de quienes estaban con vida entre los escombros, en la ardua labor de ciudadanos que apoyaban al igual que rescatistas de las diferentes instituciones.
Finalmente, esta escuela se ha determinado que debe demolerse, no sin antes, según afirmó y se comprometió la actual Delegada en Tlalpan por el partido Morena, Claudia Sheinbaum, se investigará y harán peritajes.
Esto se debe sin duda a que ha surgido información de que esta escuela fue construida y ampliada bajo una serie de irregularidades que indican que hubo soborno, corrupción para que se permitiera su construcción, con los tristes resultados acontecidos por el terremoto.
Televisa informó el pasado domingo 24 de septiembre, que a través de una solicitud de información al Instituto de Verificación Administrativa de la Ciudad de México (INVEA), se enteró que el colegio Enrique Rébsamen, contaba con una operación irregular, la cual le permitió laborar como escuela, no contando con el uso de suelo requerido, siendo que era uso de suelo habitacional.
Asimismo, dio a conocer que el INVEA llevó a cabo una verificación y notificó. Entonces, los propietarios del colegio presentaron un certificado de derechos adquiridos, que resultó ser falso, según verificó la Secretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda del gobierno de la ciudad de México.
Razón por la cual el INVEA presentó una denuncia penal por falsificación de documentos contra el colegio. Pero en la información difundida, no se especifica cuándo fue esta denuncia, en qué situación del proceso se encuentra y lo más grave, PORQUÉ SIGUIÓ OPERANDO EL COLEGIO. Aplicando las leyes, la tragedia de 19 niños y 7 adultos no hubiese sucedido.
La delegación Tlalpan, de acuerdo a la información del reporte, señaló que los dictámenes técnicos de la estructura de un edificio en la Ciudad de México están a cargo de un director responsable de obra, o DRO, que depende de la Secretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda, y un corresponsable de seguridad estructural, un particular que es autorizado por la propia Seduvi.
Asimismo, el INVEA, informó que los permisos de construcción y protección civil son del ámbito de cada una de las delegaciones.
Y para cerrar el círculo de principales involucrados en aclarar el tema, el secretario de Educación Pública, Aurelio Nuño, externó que corresponde a las autoridades locales, de la Ciudad de México, verificar el uso de suelo y la seguridad de las construcciones, y no a la SEP, “Todos los requerimientos que pide la SEP para operar se los da la autoridad local, porque la SEP no tiene el peritaje… ni tampoco el uso del suelo”.
“Nosotros estamos obligados por ley a que las autoridades locales son los que definen los usos de suelo, son los que definen los temas de seguridad de la construcción y que nos den los documentos avalados por ellos y, si eso existe, nosotros permitimos la operación en escuela en términos educativos”, agregó.
Finalmente Claudia Sheinbaum, jefa delegacional en Tlalpan, se deslindó de alguna atribución para determinar el uso de suelo de la escuela, pues señaló que eso es responsabilidad del INVEA, “La seguridad del edificio tiene que ver con el responsable de Obras”, aseguró la delegada en entrevista con Despierta, con Carlos Loret de Mola. También insistió en debe realizarse un peritaje, antes de hacer la demolición del edificio, para determinar si estuvo mal construido.
Pero todo lo anterior, al parecer quieren que cambie, ya que en la conferencia de Prensa del pasado martes 26 de septiembre, a una semana del sismo, afirmó que el edificio que se derrumbó y donde fallecieron 26 personas, 19 de ellos niños, se encuentra entre los predios de Tamboreo 11 y Tamboreo 19, donde se encontraban parte de salones de usos múltiples, oficinas y el departamento de la directora.
Explicó que se ubica en dos predios, los cuales cuentan desde 1983 con el permiso de suelo otorgado por el gobierno, del entonces Distrito Federal, para la construcción de un jardín de niños y dos departamentos.
Sobre la revisión estructural del inmueble, la delegada indicó que en un documento, aprobado por el Distrito Federal en 2014, muestra que se realizaron pruebas para comprobar resistencia del colegio Rébsamen, y un auxiliar de seguridad estructural de la Seduvi la acreditó por cinco años. Aclaró que la seguridad estructural de edificio atañe al Director Responsable de Obra (DRO) y al corresponsable de seguridad estructural, pues un dictamen de junio de 2017 validó que estaba en tiempo para hacer adecuaciones.
Y posteriormente en su entrevista con Raymundo Riva Palacio, explicó que este equipo técnico no son funcionarios del gobierno capitalino, sino que tiene un carácter privado, que a su vez acuden a un Notario para validar su dictamen de obra.
“Desde años atrás delegaciones perdieron atribución sobre los dictámenes de uso de suelo”, indicó y al ser cuestionada sobre si el jefe de obras de la delegación ha buscado a los responsables de la construcción del Rébsamen, dijo que estaban esperando.
Asimismo informó que el Colegio de Ingenieros realizará un peritaje para investigar por qué colapsó la construcción, por lo que solicitó a la Secretaría de Marina no demoler la escuela hasta que se haga esta revisión. La delegada también dijo que un expediente del predio reveló que la obra fue clausurada en 2010 y 2014 por realizar construcciones sin notificar a las autoridades.
En verdad estimado lector, la información sobre esta escuela no es del todo ni completa, ha surgido mucha y de ser cierta, estaríamos con un tema de Corrupción tremendo que sólo espero no lo proteja la impunidad.
A las 24 horas del sismo, Francisco Fontano, vecino del colegio, publicó en su cuenta de Facebook irregularidades que había detectado en esa construcción. “Era un colegio ilegal. Construido a escondidas violando sellos de clausura. Su secundaria operó tres años con sellos de clausura hasta que quien sabe a quién sobornaron para legalizarlo. La secundaria tenía un patio de tamaño ridículo, sin área de seguridad. Las columnas que lo levantaban invadían parte de las escaleras. En una emergencia, la única salida era llevar a los niños a la primaria. Para hacer esto, el único camino era el edificio administrativo, el que colapsó”.
De igual manera, se publicó que lo acontecido en el temblor del pasado 19 de septiembre en esta escuela, tiene como antecedentes la expansión del centro educativo; obras de ampliación que fueron suspendidas por presuntas irregularidades; una clausura por exceder la altura permitida para una escuela, y la construcción de dos casas de los propietarios encima de las instalaciones escolares.
Inaugurado en los años 80, el Colegio comenzó como una escuela modesta, que poco a poco fue ampliando su matrícula y servicios, extendiendo su terreno y aumentando su altura. El área que colapsó era conocida como “edificio administrativo”, un inmueble de cuatro niveles donde se ubicaban las direcciones de Primaria y Secundaria y dos patios techados, en la planta baja; un laboratorio, un salón de usos múltiples, una sala de cómputo y oficinas administrativas, en el primer piso; las dos casas de la propietaria y su hermano en el segundo piso, y una azotea habilitada como roof garden.
Ante esta tragedia del 19 de septiembre del 2017, en que se colapsaron y cayeron muchos edificios, vuelvo a insistir, está presente la Corrupción. Arquitectos consultados aseguraron que aunque México “aprendió” de aquel siniestro de hace 32 años y los daños pudieron ser mayores, la corrupción en el tedioso proceso de obtener los permisos para construir, la calidad de los materiales seleccionados para ahorrarse costos o los daños no resueltos en sismos previos pudieron haber sido algunas de las causas de los desplomes registrados y que provocaron la muerte de decenas de ciudadanos.
“Los motivos pueden ser muchísimos y cada caso tendrá sus circunstancias especiales. Las fallas pueden venir por ejemplo de errores de cálculo desde el proyecto, materiales de baja calidad, ejecución de obra deficiente, sobrecarga de equipos, mobiliario o de población, que el inmueble se hubiera utilizado con un fin diferente (por ejemplo, un edificio calculado para habitación no debería ser calculado como de oficinas), y afectaciones posteriores y no resueltas en terremotos previos”, aseguró el arquitecto Axel Miramontes.
La Ley de Desarrollo Urbano del Distrito Federal y el Reglamento de Construcción, así como las Normas Técnicas Complementarias para Diseño por Sismos, exponen los requisitos que los propietarios deben cumplir ante sus delegaciones respectivas para levantar una obra y “obtener una seguridad adecuada tal que, bajo el sismo máximo probable, no habrá fallas estructurales mayores ni pérdidas de vidas”.
No obstante, la lentitud para la obtención de una licencia de construcción promueve utilizar la corrupción “como un atajo”, determinó la plataforma Construcción sin Corrupción del Colegio de Arquitectos de la Ciudad de México.
El arquitecto Claudio Sarmiento coincidió en que en el sector de la construcción “la corrupción que puede haber se da en la velocidad del trámite de permisos y en los acabados”. Aunque destacó que la calidad de la construcción influyó en los derrumbes, la cual depende de los materiales utilizados y la supervisión de obra.
Sólo espero que sí se aclare no solamente la caída de parte de la escuela Enrique Rébsamen, sino de todos los edificios que se cayeron en la Ciudad de México y se castigue a los culpables. Ya basta de que la Corrupción y la Impunidad sigan de la mano.
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