Nadie quiere a Donald Trump

En Noviembre de 1923, Adolf Hitler líder del Partido Nacional Socialista de los Trabajadores organizó una revuelta contra el gobierno de Bavaria en protesta contra...

6 de junio, 2016

En Noviembre de 1923, Adolf Hitler líder del Partido Nacional Socialista de los Trabajadores organizó una revuelta contra el gobierno de Bavaria en protesta contra la firma del tratado que obligaba a Alemania a pagar los gastos de guerra a Inglaterra y Francia. La revuelta fue un fiasco, él escapo de morir acribillado y posteriormente fue aprehendido y condenado a 5 años de cárcel los cuales fueron conmutados a 6 meses de prisión en un pequeño castillo en Landsberg. En ese lapso, Hitler se ocupó de dictarle a Rudolf Hess un manuscrito que posteriormente sería el libro Mi Lucha. Esta obra contiene su ideario político y social donde ampliamente describía sus planes futuros para Alemania, destacan sus principales objetivos que fueron:

  • Unificar al pueblo alemán y devolverles el orgullo de mantenerse Arios sin contaminaciones raciales.
  • Expulsar a los judíos alemanes
  • Expandir el territorio alemán.

En términos generales logró todos, aunque en forma muy efímera.

Estas tres consideraciones políticas y sociales son las mismas que Donald Trump, pre-candidato presidencial del Partido Republicano ha venido enfatizando durante su campaña, con importantes modificaciones. Sus objetivos en si son aceptables ya que en política corresponden a lo que cualquier pre-candidato ofrece a su pueblo en campaña. Lo que no es aceptable son los métodos y las formas que él ha venido anunciando para lograrlo. El lenguaje, el tono y la manera intimidatoria que él ha utilizado durante su carrera empresarial no son propios ni oportunos para una gestión presidencial que requiere un gran control y equilibrio en la toma de decisiones y propuestas y una autoridad que inspire confianza y seguridad, el señor Trump simplemente carece de ellos.

¿Quién es Donald Trump?

Las raíces de la familia Drumpf están en Kallstadt, un pequeño pueblo en el suroeste alemán. Friedrich Drumpf, abuelo de Donald cambio el nombre a Trump, llegó a New York en 1885 a la edad de 16 años y trabajó como peluquero por algún tiempo, posteriormente se mudó a Seattle donde abrió una especie de hotel de paso en la zona de tolerancia. Aprendió el negocio y se fue en busca del oro en la región del Yukón, donde los servicios se pagaban con polvo de oro. Después de algunas dificultades con la ley, regresó a New York con un buen capital y decidió regresar a Alemania para establecerse ahí, pero solo logró casarse porque los alemanes lo deportaron porque no cumplió con el servicio militar. Una vez más, regresó a New York con su esposa y trabajó durante un breve tiempo porque cayó víctima de la epidemia de la gripe española y murió en 1918 a la edad de 49 años. Fred, uno de sus hijos, se hizo cargo de los negocios de la construcción en la zona de Queens donde tuvo gran éxito. Años después Fred siguió expandiendo su negocio de construcción de departamentos en la zona de Brooklyn y Queens, se casó con Mary Anne MacLeod una emigrante escocesa y procrearon 5 hijos, Donald fue uno de ellos. Los Trump se diversificaron rápidamente y lograron una bonanza económica en los finales de la Segunda Guerra Mundial, sus inquilinos se contaban por miles y muchos de ellos eran judíos. Eso les hizo modificar sus orígenes y decidieron esparcir el rumor que eran una familia sueca y no alemana, como correspondía a la realidad. Sin embargo, la familia Trump que siempre ha mostrado intolerancia racial no pudo escapar a las demandas del Departamento de Justicia por negarse a rentar a las familias negras. La participación de Donald fue muy importante para la expansión del negocio a las exclusivas zonas de Manhattan donde construyo grandes edificios, hoteles, plazas, la Torre Trump y otros lugares exclusivos como clubs de golf. Posteriormente incursionó en la compra de casinos en Atlantic City, las aerolíneas y la universidad Trump y otros negocios fallidos que le llevaron a la bancarrota empresarial en cuatro ocasiones. Se dice que la empresa Trump está involucrada en 515 negocios diversos, de los cuales 268 llevan la marca. Se estima que la fortuna Trump asciende a 3 millones de millones de dólares. Donald Trump ha sido un hombre de negocios muy exitoso que ha seguido su filosofía: Hay que triunfar, cueste lo que cueste, al pie de la letra; sin miramientos y sin escrúpulos.1

Ascenso y Descenso de Donald Trump.

El panorama político y social actual en EE.UU. es una situación compleja que se ha venido gestando desde hace 25 años, cuando la voracidad de las compañías transnacionales y grandes consorcios industriales empezaron a desmantelar la planta productiva de muchísimos artículos a otros países, dejando sin empleo a millones de empleados norteamericanos. Un cálculo conservador sugiere que estos cambios y nuevas políticas económicas afectaron a 7 millones de empresas y negocios que se trasladaron a países donde la mano de obra y los insumos son más baratos. México y otros países asiáticos resultaron bastante beneficiados con estos cambios. En el 2008 hubo una gran recesión en la economía norteamericana que afecto a millones de trabajadores desempleados o subempleados que a su vez perdieron sus casas, sus ahorros y de pronto se empobrecieron sin tener culpa alguna, toda esta gente de clase media y trabajadores no calificados quedaron muy resentidos de las fallas del sistema y se sintieron maltratados por la clase gobernante. Mientras tanto, miles de trabajadores indocumentados siguieron llegando a EE.UU. y se incorporaron a los diversos trabajos manuales (agrícolas y construcción), estableciéndose una feroz competencia en los costos de mano de obra. Donald Trump ha capitalizado esta situación prometiendo que deportará a los trabajadores indocumentados y que rescatará esas fuentes de trabajo locales para los trabajadores norteamericanos y que así se nivelarán los costos de mano de obra. Además, ha prometido que terminará de construir el muro en la frontera para impedir la invasión de más indocumentados latinoamericanos. Por si fuera poco, ha amenazado que obligará a los mexicanos a pagar los costos del muro. También ha s amenazado que expulsará a los musulmanes y que evitará su reingreso a cualquier costo. Estos argumentos del pre-candidato son similares a los planteados por Adolfo Hitler hace más de 80 años en Mi Lucha. Lo más asombroso es que Donald Trump ha tenido un gran apoyo de la ciudadanía norteamericana, al grado de que las encuestas lo señalan con casi el 50% de los votos. Sin embargo, el Sr. Trump ha incurrido en una serie de manifestaciones aberrantes y groseras contra toda persona que no se pliega a sus deseos ni apoya sus preceptos o ideas políticas y sociales. A través de su discurso ha mostrado sus prejuicios raciales, religiosos y una profunda ignorancia acerca de los asuntos y políticas que rigen en EE.UU. y una absoluta falta de sensibilidad, tacto y conocimiento de los asuntos de política exterior que se están manejando en la actualidad en los diferentes escenarios del mundo.

Donald Trump ha sobreactuado su papel mesiánico y pretende intimidar con sus declaraciones y desplantes que solo serían efectivos en sus juntas de trabajo donde el suele controlar las situaciones y las decisiones, porque precisamente ese es su negocio. Fuera de su ambiente y dominio, no consigue intimidar a nadie, como ha quedado de manifiesto en una reciente junta de siete mandatarios que se reunieron para discutir asuntos de economía y comercio en Shima, Japon, en la última semana de Mayo. Los jerarcas preguntaron al presidente Obama: como debían tomar los discursos y las intervenciones del Sr. Trump durante sus apariciones en público. El presidente Obama respondió: El Sr. Trump gusta de exhibir su ignorancia de los asuntos mundiales o posiblemente es su manera de llamar la atención en lugar de enfocarse en la seguridad y la prosperidad de América y el resto del mundo.

En otra oportunidad que tuvo, el presidente Obama respondió: creo que el Sr. Trump debía recordar que no está en su reality show.

Las intervenciones de Donald Trump han logrado un ambiente molesto e incómodo, en la pequeña ciudad donde vivo. Las relaciones e interacciones entre el pueblo norteamericano y los latinoamericanos son tensas, nada cordiales. Ếl ha sabido manipular y exacerbar las condiciones desfavorables que las políticas empresariales han causado en las economías familiares y ha pretendido culpar a los inmigrantes como responsables de las carencias e incomodidades. Al igual que en el caso anterior, el daño está hecho, él logró su objetivo, pero éste volverá a ser muy efímero. Eso espero.

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Referencia

 1.- Anónimo. From Drumpf to Trump. The Week. March 25, 2016.

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