Los orígenes del cáncer

Nuestra vida es un azar en el universo, provenimos de una lotería donde ni siquiera compramos el boleto. Sin embargo, tal parece que nuestra existencia...

18 de abril, 2016

Nuestra vida es un azar en el universo, provenimos de una lotería donde ni siquiera compramos el boleto. Sin embargo, tal parece que nuestra existencia está determinada por una calamidad íntima que no podemos controlar. Dicha desgracia es el cáncer. Cada individuo posee un programa genético tan preciso y perfecto que no admite desviaciones, cuando éstas surgen empieza una nueva etapa de vicisitudes y experiencias que deben superarse, es como una carrera de obstáculos que tenemos que sortear. El cáncer no es un castigo divino ni el desquite de una  mala conducta, simplemente es una imperfección que teníamos agazapada y que de repente decidió manifestarse, así de fácil.

En un artículo anterior, se mencionó que cada célula de nuestro cuerpo está organizada para formar tejidos y que éstos a su vez son la estructura de cada uno de nuestros órganos. Sin embargo, algunos tejidos tienen una actividad funcional continua, como las células cardiacas o las de los epitelios intestinales en comparación con las células del páncreas o la próstata que son más lentas. Los patrones de regeneración de los tejidos más activos son muy rápidos, mucho muy dinámicos y su patrón de reproducción es más frecuente en comparación a los lentos. Esto es, a una incidencia mayor de reproducción celular le corresponde una probabilidad más elevada de error durante la duplicación. A menudo, estos errores se corrigen así mismos, pero hay ocasiones en que el patrón defectuoso se altera en forma tan irreversible que se producen las mutaciones que ocasionarán el cáncer.

También existen otros factores externos que alteran nuestro programa genético, ellos son: las radiaciones, el contacto con carcinógenos (químicos que tienen la capacidad para inducir el cáncer, alterando la estructura molecular de los ácidos nucleicos o las enzimas participantes en la reproducción celular) y las exposiciones al sol. Todos estos factores externos actúan sobre finos agentes receptores y neurotransmisores (substancias químicas que convierten la energía química en estímulos bioeléctricos a nivel molecular) que sufren cambios indeseables que van disminuyendo la efectividad de los procesos celulares normales e inducen el cáncer. Este tipo de cáncer se presenta en individuos que están en constante exposición con el agente carcinogénico (trabajadores de la construcción donde se ha usado el asbesto, industrias químicas que usan resinas y derivados del alquitrán, industrias farmacéuticas, exposiciones a rayos ultravioleta y otro tipo de radiaciones, etc.)

Nuestro programa genético pudiera incluir algún tipo de cáncer agazapado en alguno de nuestros órganos y manifestarse cuando vamos o estamos en la tercera edad. La razón es muy simple, nuestros sistemas han perdido eficiencia a través de la edad y ya no hay o existen pocos agentes que nos protegen contra el desarrollo del cáncer. También puede suceder que de alguna forma deliberada o accidental propiciemos una larga exposición con algún agente carcinogénico.

El cáncer pudiera estar inscrito en nuestro genoma y también pudiera o no manifestarse, nadie lo sabe. Nuestra única protección es conocer nuestro cuerpo y estar pendientes de cualquier alteración física o metabólica que aparezca sin alguna razón aparente y sobre todo acudir al médico para realizar algunos análisis preliminares. En términos generales, las manifestaciones del cáncer son: la aparición de tumores o manchas en la piel, fiebres recurrentes inexplicables, fatiga, pérdida de peso, malestar generalizado traducido en debilidad y mareos. La detección temprana de los diversos tipos de cáncer aumenta nuestras posibilidades de sobrevivencia o de bienestar, además de que no todos los cánceres son fatales.

Nadie puede predecir ni curar el cáncer sin haber recurrido a una serie de análisis clínicos, biopsias, tecnología a base de tomografías, etc. Hasta ahora lo más eficiente son las extirpaciones quirúrgicas seguidas de un tratamiento a base de quimioterapia o de radiaciones previamente calculadas por un oncólogo.

En la actualidad, la lucha contra el cáncer está orientada a tratamientos de inmunoterapias y de fármacos que selectivamente detectan a las células cancerosas mediante tinciones que producen fluorescencia y las aniquilan.

El cáncer en México es la tercera causa de los decesos a nivel nacional, la razón principal es que el 60% de los cánceres detectados están en una etapa avanzada, donde son pocas las posibilidades de sobrevivencia. Una publicación reciente señala que los cinco tipos de cáncer que aquejan a los mexicanos son: cáncer de la próstata, cáncer de mama (que está apareciendo discretamente en los hombres), cáncer cervicouterino, cáncer del pulmón, y el cáncer del estómago. Mayor información disponible en:

www.spps.gob.mx/noticias/1445-5-tipos-cancer-mas-afectan-mexicanos. html; publicado el 14 de Febrero del 2013.

El INEGI también publicó un extraordinario reporte acerca del cáncer de mama que se puede encontrar en: www.inegi.org.mx/saladeprensa/aproposito/2015/mama0.pdf; éste es más reciente. 

Recuerden: el cáncer, vino con nosotros y nos puede llevar con él.

 

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