Sí, la andropausia existe, continúa leyendo y te convencerás.
Empecemos con la testosterona, que es una hormona masculina producida en los intersticios de Leydig, en los testículos, y es responsable por la diferenciación de los órganos internos y externos de los genitales. Posteriormente, promueve el cambio de la pubertad a la adultez (cambio de voz, crecimiento de pelo púbico y barba, incremento de la masa muscular, producción de esperma, etc). y los mantiene para dar una apariencia varonil. La andropausia es una condición que se caracteriza por una disminución gradual en la concentración de la testosterona y que empieza a los 35 – 45 años, es un proceso natural. Aunque no existe un patrón definido, las estadísticas revelan que la gran mayoría de los hombres están en plena andropausia cuando alcanzan los 45 – 50 años de edad. La disminución de testosterona no viene sola, se presentan muchas otras alteraciones fisiológicas que nos desviarían del tema principal y prefiero solo mencionar las más notorias, que son:
- disminución del deseo sexual, cambios en el tono de la voz
- dificultades para obtener erecciones o erecciones débiles
- disminución de la energía física, depresión y altibajos de humor
- aumento en grasa corporal, disminución de la masa muscular
- bochornos, algunos manifiestan pérdida de confianza, inseguridad y otros cambios emocionales menores, somnolencia y desajuste en el patrón del sueño.
Todos estos cambios corresponden a un proceso natural de nuestra existencia, son impredecibles, se pueden presentar solo algunos de ellos y con diferente intensidad. No todos los hombres tienen la misma andropausia ni todos la toleran por igual. Cada caso es diferente, de acuerdo con nuestra genética y las condiciones ambientales donde vivamos. Un médico, de preferencia un gerontólogo deberá determinar la concentración mínima de testosterona en un examen de sangre. El gerontólogo deberá tener nuestros antecedentes de análisis previos para poder comparar cualquier cambio hormonal.
Sí, ya sé lo que estas pensando… si la andropausia se presenta por la disminución de testosterona, bastará con conseguirla, administrármela y asunto arreglado.
La cuestión no es tan fácil, nuestra naturaleza está diseñada para que todos nuestros órganos y tejidos tengan una vida media en forma natural, no toleraría la asimilación de una molécula tan poderosa como la testosterona. Estudios recientes han demostrado que los inconvenientes de suplementar nuestro organismo con una carga de testosterona pueden ser nocivos para nuestra salud, algunos ejemplos reportados por Alvin M. Matsumoto1:
- la testosterona altera el metabolismo del tejido óseo, provocando la fragilidad de los huesos, especialmente los de la cadera.
- la testosterona induce la depresión y altibajos en las emociones
- la testosterona trastorna el ciclo del sueño
- altísimas posibilidades de inducir el cáncer en la próstata
- desajuste de los esfínteres que controlan la orina
- alta incidencia de cardiopatías, derrames cerebrales y ataques al corazón.
Pueden consultarse en: http://biomedgerontology.oxfordjournals.org/content/57/2/M76.full
Es importante recalcar que no todos los individuos reaccionan igual a los fármacos, cualesquiera que éstos sean. Asimismo, no todos los individuos hemos llevado la misma calidad de vida, alimentación, vida social, alcoholismo, drogas, tabaco, tipo de medicinas y tratamientos, vida sexual, ejercicio, etc. Todos estos detalles cuentan al considerar el uso de la testosterona como factor retardante o paliativo de la andropausia.
Es importante hacer esta aclaración porque la sociedad moderna, concretamente en Estados Unidos se está haciendo una fuerte campaña impulsando el uso de la testosterona aduciendo que no hay suficientes estudios para obtener una conclusión valida. Lo cierto es que han surgido publicaciones populares que minimizan los riesgos del uso de la hormona y aumentan los supuestos beneficios de los tratamientos hormonales2. La verdad es que las ventas de testosterona fueron del orden de $2.4 millones de millones de dólares en 2013 y se estima que llegaran a $3.8 en el 2018; eso es razón suficiente para sostener agresivas campañas de mercado que bombardean al consumidor en gimnasios, centros de salud, consultorios y bares selectos. Obviamente, la testosterona no está aprobada por la Food and Drug Administration (FDA) organismo que concede el registro a los fármacos, equivalente a la Secretaría de Salubridad. Otro aspecto casi criminal es que los dueños de las compañías expendedoras de estos productos (geles, inyecciones, capsulas, parches, etc.) no tienen entrenamiento médico ni están facultados para la fabricación de estos productos.
Luego, es obvio que los riesgos sobrepasan con mucho a los supuestos beneficios, la decisión es tuya.
No vivas bajo tus propias reglas
Sino en armonía con la naturaleza.
Epicteto.
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Bibliografia:
1Matsumoto, A. M. Andropause. Clinical Implications of the Decline in Serum Testosterone Levels with Aging in Men. J. Gerontology. A. Biol. Sci. Med. Sci. (2002) 57 (2) M76 – M99.
2Von Drehle, David. Feeling Deflated? The low T industry wants to pump you up. Time. New York, August 18, 2014.
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