El lunes 29 de junio, por lo menos tres periódicos de circulación internacional reportaron la frecuente aparición del G4, un virus que ataca el sistema respiratorio de los cerdos. Las malas noticias siempre dejan una estela de dudas y cuestionamientos que persisten sin aclararse, dando lugar a la exageración y el sensacionalismo, situaciones muy comunes en estos días. Sin embargo, Jon Cohen, articulista de Science, nos relata la pésima noticia y además nos previene acerca de una nueva pesadilla que pudiera significar otra desgracia para todos los humanos.1
Para nadie es un secreto que los cerdos son uno de los principales platillos de la cocina China, a tal grado que es el país con mayor número de granjas y de cerdos (500 millones). En China, la porcicultura constituye una de las economías más importantes y es una de las fuentes de trabajo más populares, de tal manera que las autoridades sanitarias monitorean celosamente la salud de los animales. Esta tarea corresponde al personal de La China Agricultural University y otras empresas autorizadas que muestrean periódicamente los orificios nasales de los cerdos para detectar cualquier infección respiratoria. Ellos han reportado que, durante el periodo comprendido entre el 2011 y el 2018, han analizado más de 30 000 muestras de cerdos en las granjas, rastros y clínicas con síntomas respiratorios y han encontrado que la cepa viral llamada G4 es las más asidua y agresiva, significando de inmediato el aislamiento y la matanza de los cerdos.
Por razones desconocidas, la presencia del G4 es sumamente dominante en cantidad y en extensión, desde 2016 se le ha encontrado en por lo menos 10 regiones (provincias) alejadas en todo el país. Al parecer, solo se han reportado numerosos contagios y dos defunciones humanas, lo cual induciría a pensar que por ahora el contagio no es letal a los humanos, pero nadie podría asegurar que esto pueda continuar así. Los investigadores chinos han reportado que el genoma del G4 tiene todo el potencial para infectar a los humanos, pero que por ahora no se transmite de humano a humano. Experimentos en el laboratorio han confirmado que el G4 infecta fácilmente a células de humanos y de hurones, pero no se logra obtener ninguna respuesta de anticuerpos.
Este hallazgo es raro e inexplicable, los humanos no desarrollan inmunidad, es decir, no son resistentes al G4 porque el origen del virus no es ser patógeno de animales sino de las aves. Sin embargo, quizá el descubrimiento más inquietante es que el G4 contiene genes de tres genomas plenamente identificados con anterioridad: uno que le confiere el carácter de la patogenicidad hacia las aves; otro que es una derivación de la cepa del H1N1 que causó la pandemia en 2009, o sea, del supervirus que causó un gran escándalo por su misteriosa aparición-desaparición; y el tercero, el de la cepa norteamericana que contiene genes patógenos causantes de enfermedades respiratorias en las aves, los cerdos y los humanos.
Recordemos que el 12 de abril del 2009 un hospital de Veracruz reportó un caso atípico de pulmonía de un paciente que estaba trabajando en un criadero de cerdos. Días más tarde, la misma pulmonía fue diagnosticada en Oaxaca el 17 de abril. Los resultados de los análisis revelaron que se trataba de una fiebre porcina tipo A, conocida también como H1N1. Muestras duplicadas enviadas a laboratorios extranjeros confirmaron los resultados, poco después dos niños residentes en California fueron admitidos en el hospital local donde fueron diagnosticados con la misma infección; estos niños no habían viajado a México y mucho menos habían estado en contacto con cerdos. Aún más, el mismo patógeno viral fue reportado también en el Distrito Federal, el Estado de México, Veracruz y Oaxaca y pronto se expandió hacia otros estados. La Ciudad de México, algunas ciudades de Canadá y los Estados Unidos también se paralizaron por una semana y de pronto la epidemia se extinguió de la misma manera como había aparecido. Hasta la fecha, no se sabe de mayores contagios. El saldo fatal fue de 84 decesos en un lapso de 60 días.2
Todo esto ha sido reportado a la WHO quien ha determinado que se realicen más pruebas y que se vigilen los resultados con gran cuidado para evitar otra pandemia respiratoria. Sin embargo, es obvio que el riesgo de la pandemia continúa incierto a juzgar por las experiencias y realidades de los últimos 20 años de enfermedades virales aparecidas en China (MERS, SARS, HN’s, SARS, etc.) donde las poblaciones rurales están en estrecho contacto con los animales (criaderos, nutrición, rastros poco adecuados, mercados al aire libre sin refrigeración, hacinamiento y deficientes prácticas de seguridad e higiene) haciendo muy posible la transmisión viral del cerdo al humano.
La actual endemia causada por el SARS-CoV-2 ha causado una gran revuelta económica, política y social en los países afectados. Tan es así, que muy pronto tendremos que aceptar y efectuar cambios en nuestra dinámica personal y social y todavía no sabremos cómo van a evolucionar las cosas.
En México debemos estar preparados para exigir y obtener mayores presupuestos para solventar los gastos que estas inconveniencias implican. Asimismo, será necesario entrenar más personal biomédico en todas las fases de los tratamientos y sobre todo, concientizar a la ciudadanía en aspectos básicos de la salud pública.
Esta es la segunda ocasión que tenemos que padecer este tipo de inconveniencias sanitarias, los resultados hablan por sí mismos. Aprovechemos las experiencias y valoremos la gran ventaja, utilidad y costo que representa el tener autoridades independientes y competentes en epidemiologia y salud pública; no necesitamos presidentes aficionados ni avaros administradores en la solución de estos asuntos.
En fin… ustedes dirán.
REFERENCIAS:
1 Cohen, Jon. Swine flu strain with human pandemic potential increasingly found in pigs in China. Science. June 29, 2020.
2 Trejo, Antonio G. La Biología Sintética II. Ruiz Healy Times. Agosto 10, 2016.
Antonio G. Trejo Correo electrónico: [email protected]
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