"Un hombre simple y con muchas necesidades siempre será el blanco preferido de un estafador que le causará profundas decepciones." Niccolo Machiavelli
El populismo es una reacción directa de las masas que se consideran relegadas o despojadas y que generalmente han sido azuzadas por un agente provocador que los incita y apoya en sus demandas que consideran legitimas. El populismo es una serie de acciones que son fáciles de observar y difícil de explicar, la intención salta a la vista, el engaño es solo cuestión de tiempo, la decepción viene después.
Los romanos en sus tiempos gloriosos, no solo fomentaron sino perfeccionaron los mecanismos para exacerbar el populismo en su máxima expresión, de la cual se deriva la frase: Pan y Circo. Hoy en día tenemos a dos máximos exponentes que se han valido del populismo para proyectar sus imágenes a las candidaturas presidenciales de sus respectivos países. Ambas personalidades son: Andrés Manuel López Obrador y Donald Trump.
No son los únicos, pero si los más representativos en los panoramas políticos actuales. Han sido comparados porque sus características e idearios políticos y sociales son muy semejantes, porque sus métodos coinciden en su papel de iluminados que prometen llevar a ambos países a grandes alturas en lo económico, lo político y lo social; y por su autoritarismo y narcisismo ilimitados que sobresale de su insulsa verborrea que se torna repetitiva y aburrida.
En sus debates han mostrado una agresión personal contra los otros candidatos, han expresado críticas feroces a sus desempeños pasados y se han burlado de sus logros y sus aciertos. Cuando lo han considerado oportuno, han tratado de resaltar sus intervenciones y participaciones como si fueran una obra maestra. A lo largo de sus discursos y entrevistas han mostrado nulos conocimientos en las áreas de política exterior, administración pública, desarrollo social, relaciones exteriores, desarrollo tecnológico, salud pública y justicia social. Sus conceptos solo muestran una palabrería fácil y fluida pero con un contenido superfluo y vacío que no convence a nadie, salvo a sus seguidores. Su estilo es muy autoritario, pretenden ser expertos en áreas que desconocen y difícilmente aceptan ideas provenientes de sus asesores. No gustan de hablar de cifras, números, estadísticas y otras evidencias que muestren resultados representativos y organizados, en su lugar suelen usar frases y expresiones que exageran la importancia y los resultados del proyecto. Todo queda volando, todo queda en veremos…
Por razones obvias, su discurso está dirigido hacia ciudadanos de muy escasa o nula educación, aquellos que se sienten defraudados o relegados del sistema y la sociedad (con razón o sin ella) y que obviamente guardan un resentimiento social que se exacerba cuando este tipo de provocadores se los recuerda. El asunto se vuelve más atractivo cuando éstos les prometen acabar con esas anomalías o satisfacer los agravios y situaciones que les molestan. Algunas de las promesas más atractivas de Donald Trump son:
- Recuperar la hegemonía y la influencia mundial de EE.UU.
- Expulsión y control estricto de trabajadores mexicanos ilegales
- Construcción de un muro en la frontera sur de EE.UU. para evitar la entrada de personas indeseables (musulmanes y latinoamericanos) a EE.UU.
- Recuperar los proyectos comerciales con China y México para crear empleos en EE.UU.
- Institucionalizar otro sistema de salud en EE.UU.
Todas las propuestas anteriores reflejan ideas muy semejantes a las planteadas por Adolfo Hitler hace 70 años y han despertado una gran inquietud mundial. En una reunión internacional reciente, diversos líderes y presidentes expresaron su preocupación al presidente Obama por el ideario y discurso político del candidato republicano. Lo más agravante para ellos, es que el ideario está colmado de agresiones, amenazas y excluye en lo absoluto a muchas minorías, con conceptos que hoy en día, representan un gran riesgo para la preservación de la paz mundial.
El señor Andrés Manuel, también llamado el Mesías de la Chontalpa ha mostrado ser un demagogo excelente, sin afiliación partidista, logró sus máximas aspiraciones políticas cuando se convirtió en el Jefe de Gobierno de la Ciudad de México y cuando inconforme con el trato que se le daba, renuncio al PRD para fundar su propio partido: MORENA (el solo nombre del partido es una explotación de las sensibilidades religiosas del pueblo mexicano), donde él debe sentirse a sus anchas, pues no solo es el candidato natural sino que es el único, nadie le compite, nadie le hace sombra. MORENA no existiría sin él. Su autoridad y sabiduría provienen de su relación con el pueblo, con el cual convive desde hace más de 20 años organizando masas de descontentos que agitan, agreden, protestan violentamente, invaden oficinas, destrozan mobiliarios, estorban la vía pública, desequilibran el comercio, injurian a las autoridades y mienten y manipulan al público en general. A continuación, un sumario de su ideario político:
- Alto a los Tratados Comerciales (sic)
- Derrocar a la Mafia en el Poder (sic)
- Mejor manejo de los recursos renovables (petróleo)
- Estipendios económicos para el sector más pobre de la sociedad
- Reestructuración de los programas de Asistencia Social a los Pobres.
Como se puede apreciar, los enunciados del programa de López Obrador son muy generales, vagos en su estructura, sin detalle en la planeación, difíciles de cuantificar. Su gran acierto ha sido el convertirse en un agente provocador sumamente efectivo y el gran riesgo es el apoyo que proviene de las grandes masas de descontentos y excluidos, víctimas de la justicia social, algo muy semejante a las experiencias populistas recientes en Argentina, Brasil y Venezuela.
Nunca en la historia de ambos países se había presentado esta situación, donde el autoritarismo corporativo de Trump y la gran masa resultante del descontrol natal en México han producido estos candidatos tan desequilibrados y tan incoherentes. Es difícil imaginarse el triunfo de ambos y las repercusiones económicas, políticas y sociales que surgirían en el continente americano y los alcances que este doble triunfo pudiera significar a nivel mundial. El electorado en EE.UU. ejerce una gran influencia en las votaciones y tiene más oportunidad para controlar sus destinos. No es así el caso de México donde una gran mayoría esta sensibilizada por la disfuncionalidad de los gobiernos anteriores y los estándares promisorios de AMLO.
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