Entre aislamiento, bombardeo mediático, incertidumbre y clases a distancia, el ciclo escolar ha llegado a su fin y entramos ahora en un periodo de descanso esperado por todos, pero en el que aún nos aguardan muchos retos que enfrentar.
Cada uno de nosotros, chicos, medianos y grandes, desde nuestro lugar y con nuestros ángeles o demonios personales, debemos saber que por primera vez, en los años que llevamos de vida, las vacaciones no son vacaciones.
No se trata de un periodo en el que podamos salir a divertirnos y mucho menos viajar a lugares nuevos, no es el momento perfecto para volver a ver amigos y hacer fiestas en casa, no es la oportunidad que estábamos esperando para retomar la vida “normal” (Susana Distancia incluida) y hacer todo aquello de lo que el coronavirus nos había privado.
Por el contrario, seguimos en la etapa más peligrosa de contagios y es justamente ahora cuando debemos extremar precauciones para evitar que el cansancio nos gane, que el tiempo nos engañe o que la desesperación nos lleve entre las patas.
En estos momentos, debemos tener claro que si realmente nos preocupan la salud y el bienestar físico de nuestros seres amados, mantener el confinamiento es imperativo, pero por desgracia, en la otra cara de la moneda tenemos que considerar un factor clave: la salud emocional.
Es una realidad que a todos, en mayor o menos medida, nos ha afectado el aislamiento social, pero como padres y maestros, durante este verano debemos prestar especial atención a niños y adolescentes, ya que al faltar la escuela, las cosas pueden convertirse en una bola de nieve con mayor rapidez de la que podamos imaginar y salir de control: sus rutinas se verán alteradas, no habrá motivación para levantarse, los sentimientos empezarán a estar a flor de piel, la ansiedad se desbordará y… de ahí hasta un severo cuadro de depresión, hay solo un paso.
El factor clave: mantener la rutina
Sin importar en qué lugar y con qué personas estemos compartiendo el confinamiento, lo más importante es establecer y crear rutinas que mantengan la estabilidad de nuestros hijos e incluso la propia, de esta manera estaremos creando una estructura que nos dará seguridad y confianza y que ayudará a contener las emociones de todos los miembros del núcleo familiar.
Algunas de las ventajas que podremos encontrar estableciendo horarios son:
- Mejores periodos de sueño y descanso.
- Motivación para levantarse.
- Disminución de horas en pantalla.
- Reducción de riesgos en redes sociales y sitios web.
- Disminución de estrés, ansiedad y depresión.
- Convivencia familiar armónica.
- Orden en el hogar.
¿Cómo establecer una rutina para este verano?
Tomando en cuenta las necesidades específicas de cada familia, algunos tips que pueden ayudarnos a diseñar nuestro propio plan familiar son:
- Establecer horarios para las comidas que haga la familia, tomarlas juntos y en el espacio adecuado.
- Buscar un taller o actividad de verano que ayude a niños y adolescentes (e incluso adultos) a tener un motivo para levantarse y cuidar su aspecto personal:
⇒Para niños se recomiendan los talleres de verano, como el Taller de Verano Mazenod, que impartiremos en el espacio que ya conocen y en donde ofreceremos una variedad de actividades que promueven el aprendizaje lúdico, deportivo y artístico.
⇒Para adolescentes y adultos, diversas instituciones educativas en el mundo ofrecen talleres, materias, diplomados e incluso cursos completos con valor curricular que abarcan los mas diversos tópicos, desde idiomas, ciencias o humanidades, hasta la creación de proyectos o empresas personales para los más emprendedores. Algunos ejemplos de esta variada oferta pueden encontrarse en sitios como:
https://learndigital.withgoogle.com/activate/courses
Para todas las edades, museos, bibliotecas, auditorios, teatros, salas de conciertos e infinidad de sitios web de todo el mundo, presentan variadas propuestas para disfrutar desde casa y proteger nuestra salud.
- Proponer horarios para actividades familiares como cocinar juntos, jugar, noche de películas, etc.
- Mantener alguna actividad que implique acondicionamiento físico.
- Realizar actividades artísticas como pintar, escribir o tocar algún instrumento musical.
- Promover la lectura.
- Meditar.
- Dejar espacios y tiempos libres para todos los miembros de la familia.
Camarón que se duerme…
Cierto es que todos necesitamos descansar, sin embargo, dentro de las circunstancias en las que estamos viviendo es muy importante que precisemos la diferencia entre descanso y ocio, pereza o aburrimiento. Para problemas diferentes debemos encontrar soluciones diferentes y en estos momentos es evidente para todos que los desafíos que nos presenta la situación de emergencia están muy lejos de ser normales.
Dar contención a nuestros hijos les dará y nos dará la seguridad de que todo está bien y ayudará a todos a salir de está situación con la salud física, mental y emocional intactas.
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noviembre 23, 2016