Sin vergüenza. Me gustan los reality shows, ¿y?

Lo confieso, soy adicta a los realities. No es algo que me enorgullezca pero tampoco lo voy a esconder. Ver a "una bola de ignorantes",...

27 de mayo, 2015

Lo confieso, soy adicta a los realities. No es algo que me enorgullezca pero tampoco lo voy a esconder. Ver a "una bola de ignorantes", como dice mi papá, hacer el ridículo a nivel global es sumamente entretenido. Cada quien tendremos razones diferentes para verlos, pero lejos de ser un placer culposo, es simplemente un placer.

No resulta sorprendente que el primer reality en la historia, The Real World, lo lanzara MTV en 1992, cuando el canal todavía gozaba de ser novedoso y polémico. El concepto no abarcaba otra cosa más que reunir en una misma casa a hombres y mujeres de diferentes orígenes, costumbres, creencias y estratos sociales.

Esta fue la inspiración para Big Brother, sólo que no había concursos ni nada, aunque todos parecían estar compitiendo por ver quien hacía el ridículo más grande. La idea de esto era que siguieran con su vida como lo harían normalmente sólo que una casa llena de cámaras y extraños. Obvio, no faltaban los estereotipos. Estaban los galanes, los players, las pueblerinas y/o inocentonas (que terminaran deschongadas era inminente), las putonas, los rebeldes, los revoltosos, los enfermos (literalmente), los étnicos, los/las de baja autoestima, los de preferencia sexual flexible, etc. Todos tenían que trabajar, socializar entre ellos y con la gente externa y trata de ejercitar su tolerancia, pero ahí ejercitaban su intolerancia mucho mejor para los productores. Supongo que esperaban que la convivencia diaria los llevara a conflictos, discusiones y, con suerte, a uno que otro acostón. Por supuesto que el elenco no se hacía del rogar.

Siempre que lo veía me hacía las mismas dos preguntas: ¿de dónde saca MTV a esta gente?, y, la más importante, ¿a quién le inspiraría rechinar el catre enfrente de un montón de cámaras? Seguramente ahora para mucha gente resulta una abominación hacerlo SIN una cámara, pero en ese entonces no existía la difusión de los videos caseros (de esa índole) como un medio justificable para el fin, a la Kim Kardashian. En fin, no cabe duda que hay de todo y para todo. Todas las temporadas de The Real World eran como un choque aparatoso que no puedes dejar de ver y eso hacíamos exactamente,  ver con morbo y fascinación.

Después de The Real World, MTV siguió sacando más realities igual o peor de irrelevantes. ¿Cuál habrá sido el punto de mostrar a las chamacas de dieciséis años que se casan y viven en casas rodantes? Mucha gente acusó a MTV de querer "glamorizar" el embarazo juvenil con realities como 16 & Pregnant o Teen Mom, pero todo el concepto de bebés teniendo bebés no se escucha muy glamuroso para empezar.

Adelantándome más de dos décadas a los realities de ahora, como Keeping Up With The Kardashians, The Real Housewives of…, Here Comes Honey Boo Boo, etc., entre arrestos, escándalos familiares, peleas y demás, pues no es un atrevimiento decir que son disfuncionales, digo, por eso están en la televisión y por eso queremos ver, ¿qué no?

Lo que no hay que dejar de lado es que la televisión sigue siendo una plataforma extremadamente poderosa. Va más allá de alguien comer yeso o ingerir esmalte de uñas en mi extraña obsesión, también hay los que inspiran a uno.

A principios de los 00's estaba obsesionada con Dr. 90210, (un reality transmitido por el canal E!). Ya sé que por el nombre uno se puede imaginar que hacían puras narices, culos y bubis, pero no, aunque eso también cambie la vida de algunas personas. También había otras operaciones, como las de cambio de sexo que no sólo consistía en hacerle la jarocha a alguien y ya; veíamos cómo empezaba su procesos desde la ingesta de hormonas, operación en cuerdas vocales, levantamiento de cejas, afinar facciones, y, bueno sí, también incluía la "menos-poética-pero-siempre-necesaria-en-cualquier-transformación" colocación de bubis y culos. No sólo era interesante ver cómo se transformaba la persona, sino que siempre eran conmovedoras las historias.

Después de ver la entrevista que Diane Sawyer le hizo a Bruce Jenner (medallista olímpico, mejor conocido como la figura paterna en Keeping Up… y últimamente como transgénero recién salido del closet) me cayó el veinte que siempre ha existido esa tácita ventana de oportunidad para hacer del reality un género respetable; bien podría aprovecharse para hacer el bien en lugar del ridículo y tal vez, no sé, lograr que como sociedad nos volvamos más tolerantes. Pero, en lo que eso sucede, yo me sigo burlando de ellos, reírse es bueno para la salud.

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