Las vicisitudes del sexo

"Nada es verdad, nada es mentira, todo es según el color del cristal con que se mira.", Ramón de Campoamor

30 de octubre, 2017

“Nada es verdad, nada es mentira, todo es según el color del cristal con que se mira.”, Ramón de Campoamor

En términos generales, la actividad sexual debiera ser un acto íntimo y privado donde únicamente se requiera el consenso de dos personas adultas de diferente sexo. Se considera que el sexo es uno de los máximos placeres naturales que se practican en todo el mundo. Sin embargo, la misma esencia y expresión de los preámbulos sexuales y la desnudez lo han calificado de procaz e indecente, según algunas sociedades conservadoras modernas. Otras instituciones como la Iglesia Católica han considerado al sexo como pecaminoso, del cual hay que alejarse y redimirse, ya que la Iglesia solo acepta al sexo como una función reproductora y no como un elemento emotivo y de placer.

Los conceptos sexuales en las sociedades occidentales han cambiado en forma espectacular en los últimos 15 años, desde quedarse quietecito en el clóset hasta las marchas o desfiles de homosexuales, lesbianas e indefinidos que se celebran cada final de la primavera en diversas y cada vez más numerosas ciudades en el mundo1,2. Asimismo, las actividades sexuales se han diversificado y complicado en forma desmesurada, según los alcances económicos, la mercadotecnia y los niveles de educación y expresión permitidos en cada sociedad; en el plano positivo. Porque también se han incrementado los delitos y las aberraciones y conductas negativas que afectan a los individuos y a las sociedades en cuestión.

Hoy en día, cada sociedad tiene sus propios lineamientos, estructuras legales y códigos de conducta que le permiten al individuo actuar dentro de esas limitaciones; sin embargo, no debemos olvidar la gran distancia que existe entre lo permitido legalmente y la realidad que prevalece en cada grupo social, el ejemplo más notorio es la prostitución, que está prohibida en la mayoría de los países y que sin embargo está presente en todas partes.

Si bien las actividades sexuales debieran ser expresiones de placer y amor para ambas partes, en ocasiones conducen hacia repercusiones y consecuencias negativas e inesperadas, tales como: las infidelidades, los disgustos familiares y todo lo que implican, las separaciones, los divorcios, las enfermedades venéreas, todas ellas con un costo emocional y económico enorme, que terminan por erosionar la confianza y reducir la credibilidad al mínimo.

En el plano social o profesional, cualquier incidente sexual conllevan un morbo y una maledicencia que se desatan en contra del infiel, el agresor, el culpable o como se le quiera llamar; ocasionando un daño moral difícil de reparar y muy posiblemente un gasto económico inesperado.

El mundo electrodigital en que vivimos, nos avasalla con anuncios y publicidad sexual en todas partes: revistas, cine, documentales, anuncios espectaculares, videos, ofertas diversas, internet, pornografía, productos específicos, etc. etc. Además, la publicidad está diseñada para describir el prototipo del triunfador como la persona que posee un coche XYZ, el que vive en: %$#@, cuya pareja es bella y sensual gracias a los productos y tratamientos con: *&!+ y que vacaciona en: +^#_; en síntesis: una imagen prototipo basada en su potencial económico que le permiten comprar otro tipo de satisfactores y necesidades sexuales tales como: clínicas estéticas caras, cirugías plásticas, tratamientos hormonales, juguetes sexuales, delitos como el turismo sexual, la pornografía, la pedofilia y la prostitución. Todo basado en la economía legal o ilegal, el sexo es un negocio tan grandioso que mueve millones de millones de dólares y que obviamente emplea a millones de personas en todo el mundo. El turismo sexual representa un gran aporte a la economía de países como: Tailandia, la República Dominicana e Indonesia; en menor escala, la manufactura de juguetes sexuales en Paquistán, pues significa un gran porcentaje de su Producto Interno Bruto.

Otros aspectos sociales derivados de las actividades sexuales están representados en el ejercicio del poder político en sus diversas modalidades. Bástenos recordar cuántos reinos y posiciones políticas de gran nivel han sido derrocados o invalidados por los escándalos sexuales, la historia está llena de ellos. Este tema será tratado en otra oportunidad.

De una forma u otra, piensa antes de actuar.

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Referencias

  1. Mackay, Judith; Penguin Atlas of Human Sexual Behavior.  Penguin Books, New York, 2000.
  2. Gordon-Reed Annette.; Our Trouble with Sex: A Christian Story? The New York Review of Books August 17, 2017.
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