Máquina descompuesta

“Vagabundos deambulan en sentido contrario. Corren peligro. Un vagabundo caminaba en sentido contrario por los carriles de circulación de la Avenida Madero en la Zona… “Vagabundos deambulan en sentido contrario. Corren peligro. Un vagabundo caminaba en sentido...

1 de julio, 2016

RHT

“Vagabundos deambulan en sentido contrario. Corren peligro. Un vagabundo caminaba en sentido contrario por los carriles de circulación de la Avenida Madero en la Zona…

“Vagabundos deambulan en sentido contrario. Corren peligro. Un vagabundo caminaba en sentido contrario por los carriles de circulación de la Avenida Madero en la Zona Centro. Para movilizarse usaba andadera, se ponía en riesgo y a los automovilistas de atropellarlo debido a que no se veía por lo oscuro de la vialidad. Indigentes han sido atropellados por su imprudencia y en ocasiones han perdido la vida”, reza la escueta nota en un periódico de circulación estatal en Baja California y publica la fotografía del hombre en su andadera que, contrario a la nota, la avenida se ve muy iluminada.

Y, ¿qué es en realidad caminar en sentido contrario? Ir en sentido contrario, de muchas formas está prohibido y la única razón pudiera ser, conservar el orden y evitar chocar unos con otros.

Los grandes conflictos en el mundo incluyen, por supuesto, ese sentido contrario que puede volverse absurdo porque los seres humanos buscan inconscientemente el bienestar propio, casi siempre disfrazado de comunidad y para bien de todos yendo, sin querer, en sentido contrario.

La naturaleza del ser humano es alejarse de las situaciones que puede resolver y acercarse a las que no puede. Las redes sociales contribuyen a que pase desapercibido el hecho físicamente cercano porque al afirmar o negar con cualquier símbolo se da por sentado el apoyo; así como la obra “El pretendido mal” de Konrad Lorenz en la que apunta que el mecanismo innato de comportamiento es precisamente defender su propia integridad y la distancia entre los sucesos provocan mecanismos inhibidores de agresión. En la guerra, por ejemplo, mientras más distancia exista entre el blanco a matar, menor será la sensación de culpa. En el sentido contrario de la emoción, tener cerca al objeto permite acrecentar la sensación de agresión.

Creer que se va en sentido contrario etiquetando la acción como razón fundamentada no hace sino incitar el choque de unos con otros. Así, en la actualidad, la tecnología ayuda a que la agresión sea indirecta y a distancia. Mientras más cerca se tenga el objeto de dolor y frustración, más desviado debe ser el pensamiento. Me gustaría saber cuántos se atreverían a agredir de frente a una persona a la que han agredido en redes sociales, es decir, de lejos.

El vagabundo, al ir en sentido contrario por media calle, se aleja a sí mismo de la realidad de ser indigente, entonces, debe arriesgar a otros como queriendo culparlos por su situación. Y quien cubre la ruta en el sentido establecido no hace sino desocuparse de todo lo que puede arreglar e ir quejándose de todo lo que le rodea, nunca pensaría, por ejemplo, en bajarse del auto y acercar al vagabundo a la banqueta.

En la película “Expreso de Medianoche” la escena de la rueda, en donde circulan los “locos” o máquinas descompuestas hacia el mismo lado a manera de recordatorio de que todo debe ser igual para todos, aunque no les guste; Billy Hayes, desconcierta a los presos yendo al revés porque sabe que él no está loco y decide que hacer lo contrario lo mantendrá cuerdo hasta su salida de la cárcel, los compañeros lejos de entender, lo incitan a que camine como debe porque lo consideran otra máquina descompuesta igual a ellos, Billy sabe que todos están convencidos de serlo, aun cuando él conoce a más de uno que no está loco sin embargo, ellos deciden “obedecer”.

El sentido en que cada uno desvía o encuentra decididamente su punto de atención no tiene que ver con andar igual que los demás, tiene que ver con el hecho de defenderse a sí mismo o protegerse a la sombra de otros sin hacer nada.

Como indigentes, los seres humanos, buscan su sitio en el mundo a pesar de lo que sea, el problema es la consciencia con que esto se consiga llevando al individuo a salvaguardar su dignidad y poder de decisión. Desafortunadamente, es más fácil seguir la corriente, no informarse, esperar a quien se ha educado en los temas opine para “estar de acuerdo”. No es el sentido contrario lo que ayuda al mundo, es precisamente este desviado sentido que la gente encuentra en todo para rebelarse o hacerse notar, lo que está arruinando el camino de todos, provocando por supuesto que estemos chocando unos con otros.

Cada grupo de personas que defiende lo propio, cada montón de grupos que se enfrentan a otros. Todos abanderados con la insignia de ir en contra, casi de lo que sea sin ponerse de acuerdo en nada. Si se tiene perdido u olvidado el sentido común, es claro que el sentido contrario de todos, nos tiene revueltos caminando en un solo círculo del que nadie puede o quiere salir, para no parecer una maquina descompuesta.

Todos, a final de cuentas, estamos siendo una máquina descompuesta, no le damos gusto a nadie y nadie nos da gusto a nosotros. Desde lejos, y con un “like” ilusamente se creé que el mundo quedará salvado. Los problemas cercanos de cada comunidad deben ser resueltos de cerca; los lejanos, bueno esos le corresponden a quienes están y quieren estar cerca.

Y como vagabundos del mundo, todos tenemos derecho también, a caminar por media calle, a chocar de vez en cuando con otros y sean ellos quizá, quienes tengan mejores razones y nos hagan aprender rescatando primero, el sentido común, la lógica y la ética correcta del comportamiento.

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