Un México de gente agraviada

El proyecto del NAICM está marcado desde la época de Foximiliano el tonto, por innumerables agravios a los pobladores de los municipios circundantes que se...

19 de octubre, 2018

El proyecto del NAICM está marcado desde la época de Foximiliano el tonto, por innumerables agravios a los pobladores de los municipios circundantes que se verían desarraigados inevitablemente.

Desde el sexenio de la señora Marta, comenzaron los abusos contra los habitantes de San Salvador Atenco, a los que se pretendía indemnizar con cuentitas de vidrio por sus terrenos que serían expropiados.

El “niño bonito power” (2) resucitó el proyecto  bajo el nombre NAICM, presentándolo como una obra indispensable e inaplazable y dando cifras cosmetizadas y falsas, que han sido expuestas inequívocamente por el Ingeniero Javier Jiménez Espriú,  futuro secretario de comunicaciones y transportes.

Cuando el archicorrupto  sexenio del “nuevo PRI” se encuentra en los estertores de su última agonía, los mexicanos están a punto de heredar  un elefante blanco cuyos costos van inseparablemente de la mano con el mexicanísimo factor “inflacionario”.

La inflación a la que me refiero, NO es la que sufre el peso mexicano de manera crónica y epidémica desde que Luis Echeverría lo puso eufemísticamente “a flotar” en1976; me refiero al arte de INFLAR los costos a base de cifras alegres o de litros y kilos estilo CONASUPO; números de gato por liebre.

El próximo gobierno federal no quiere heredar (y con razón) el proyecto faraónico del NAICM al que deben aplicarse dos auditorías:

La auditoría de viabilidad aeronáutica y la auditoría financiera y contable.

Estas auditorías no son algo que pueda realizarse a través de una consulta a la ciudadanía.

El NAICM viene a representar el último de los muchos agravios inflingidos a los mexicanos por el gobierno saliente, porque no ha escatimado gastos hechos (eso sí) con dinero aportado con nuestros impuestos y (¡qué casualidad!) con las nefastas AFORES.

El gobierno entrante ha decidido someter el proyecto a una consulta ciudadana, la cual me parece innecesaria porque los mexicanos tenemos confianza en la honestidad del nuevo régimen y porque confiamos en la calidad profesional y ética del nuevo secretario de comunicaciones y transportes y su equipo.

La exposición hecha por el Ingeniero Javier Jiménez Espriú plantea las siguientes opciones:

Continuar con el NAICM obliga a demoler por completo el actual Aeropuerto Internacional Benito Juárez.

Sin embargo, a este respecto, hay que tomar en cuenta lo siguiente:

Como el NAICM no tiene para cuando quedar terminado y poder iniciar su funcionamiento, es indispensable invertirle muchos miles de millones de dólares al actual aeropuerto de la CDMX; inversión que se iría derechito a la basura al ser demolido.

Como el NAICM no tiene para cuando quedar terminado y operable, es indispensable incrementar también  la capacidad y funcionamiento del aeropuerto de Toluca.

A todo esto, hay que agregar que el “niño bonito power” no ha incluido en sus estimaciones presupuestarias, los costos de infraestructura terrestre y demás logística urbana necesaria para que los pasajeros lleguen al NAICM…

Además, las cifras manejadas por el actual gobierno federal engañan a la ciudadanía al pretender que el costo inicial de 180,000 millones de pesos, que ya se ha duplicado,  comprende las dos fases, ¡cuando lo cierto es que se refiere solamente a la primera fase!

El “niño bonito power”, por supuesto que no contabilizó en sus cálculos alegres, ni al medio ambiente ni a los atencos, texcocanos, y demás “ejidatarios  latosos”.

El Ingeniero Jiménez Espriú, abordó en su informe la opción de habilitar el actual aeródromo militar de Santa Lucía, como  aeropuerto alterno permanente de la Ciudad de México.

Según el futuro secretario de comunicaciones y transportes, la opción de Santa Lucía, presenta varias ventajas manifiestas:

Santa Lucía es aeronáuticamente  compatible con el actual aeropuerto internacional Benito Juárez de la Ciudad de México.

Esto significa que las multimillonarias inversiones que SE TIENEN que hacer al Benito Juárez en lo inmediato, no sean dinero tirado a la basura porque como ya dije,  la opción Santa Lucía no conlleva la demolición del Juárez.

El impacto ambiental que el NAICM significa para el vaso del lago de Texcoco, así como el impacto humano sobre los pobladores de Atenco, Texcoco y demás comunidades aledañas, ya no ocurriría.

La opción Santa Lucía/Benito Juárez, ha sido avalada por la Organización Internacional de Aeronáutica Civil; organismo perteneciente a la ONU.

El proyecto NAICM por su parte, exige una auditoría financiera y contable RIGUROSA; una auditoría que se traduzca en fincar las responsabilidades penales que resulten.

Ojalá que esta vez, las tepocatas, víboras prietas y alimañas a las que Foximiliano el idiota, no solamente no persiguió sino que se les sumó, no queden impunes una vez más.

La regeneración nacional y la transformación de la república exigen saciar el hambre y la sed de justicia a las que Colosio se refirió en aquel discurso en la Plaza de la República, reconociendo que somos un México de gente agraviada.

 

(1)    Frase del discurso pronunciado por Luis Donaldo Colosio el 6 de marzo de 1994 en el Monumento a la Revolución.

(2)     Niño bonito power. Régimen cosmético/mercadotécnico complementado por el matrimonio de utilería confeccionado por el Canal de Las Estrellas entre la Gaviota y el indespeinable catrín de Atracomulco.

 

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