¡Mea Culpa! ¡Mea disculpa!

Y yo me ando disculpando ante el Respetable de Ruiz Healy Times. En mi anterior participación, pedantemente me atreví a solicitarle a Don Eduardo que… Y yo me ando disculpando ante el Respetable de Ruiz Healy Times....

11 de septiembre, 2015

RHT

Y yo me ando disculpando ante el Respetable de Ruiz Healy Times. En mi anterior participación, pedantemente me atreví a solicitarle a Don Eduardo que…

Y yo me ando disculpando ante el Respetable de Ruiz Healy Times.

En mi anterior participación, pedantemente me atreví a solicitarle a Don Eduardo que pidiera a sus entrevistados evitar saludar al AUDITORIO en lugar de saludar a la AUDIENCIA. “Lo que pasa…” –como decimos cuando tratamos de arreglar lo que ya no tiene arreglo- es que ¡Yo creí!, y ¡Yo pensé!, que la palabra “auditorio” se refería al recinto o edificación donde se congrega una audiencia. Pero mi conciencia de “NO CONFLICTO DE INTERESES” me llevó al diccionario de La Madre Real Academia que –limpia, pule y da esplendor al idioma- y ¡Sopas! La Madre me dice que: AUDITORIO también define a un “Concurso de Oyentes”. ¡Pepe El Toro, es inocente! y -como diría El Puma- ¡culpable soy yo! por criticar sin bases a los doctos entrevistados. Por lo tanto, desde esta “Gran, pero Gran Comunidad” me hago eco –al igual que Nuestro Señor Primer Mandatario- para extenderle, a quienes se hayan sentido agraviados, mi más sentida disculpa.

Aclarado lo anterior, ¡Viene, viene! y le seguimos:

En la misma anterior participación, también me ando acordando que puse sobre “el banquillo de los atracados” a una pía institución, llamada bancaria, dedicada a hincarle el diente a quien se deje. Cuyo nombre comienza con “B” y termina con “X” sobre sus actos discriminatorios. (No cito el nombre de la caritativa institución porque no voy a hacerle publicidad gratis. En este espacio, yo cobro un millón de pesos por mención; y no extiendo factura)

Por eso y muchas cosas más ¡no me disculpo! Pero esa pandilla de aboneros sigue haciendo de las suyas discriminando entre “USUARIOS NO CLIENTES” y “Clientes”.

Sin afán de aburriros y con fundamento en lo que dice La Madre, cito: “Cliente: Persona que utiliza con asiduidad los servicios de un profesional o empresa”. ¡Papas! Con Su Venia, concluyo: Todo el que entra a un banco “a cobrar”; “a pagar” o a buscar “los servicios” de los chicos o chicas que ahí despachan es por definición UN CLIENTE. (¡Doctoooor! Tranquila Almanza, #TodosSomosClientes, incluidos los tuyos)

Y con estricto apego a derecho recito que: LA LEY FEDERAL PARA PREVENIR Y ELIMINAR LA DISCRIMINACIÓN establece:

(Solo para ociosos)

“Para los efectos de esta ley se entenderá por discriminación toda distinción, exclusión, restricción o preferencia que, por acción u omisión, con intención o sin ella, no sea objetiva, racional ni proporcional y tenga por objeto o resultado obstaculizar, restringir, impedir, menoscabar o anular el reconocimiento, goce o ejercicio de los derechos humanos y libertades…” (Por la mía Madre que Sic. Los más ociosos, podéis fumarse un churro y la Ley completa)

Resulta que por “N” ocasión volví a acudir al infumable changarro “a pagar” la cuenta de ¡El Gaaas!, “servicio” por el cual la agiotista institución cobra su respectiva comisión o moche. (Hecho que me otorga per se, la prerrogativa, privilegio y gracia de ser CLIENTE y no USUARIO.) Encontrándome DOS letreritos que a manera de mentada señalan “la fila” donde debemos formarnos los USUARIOS NO CLIENTES. Creí estar en Auschwitz y leer: Arbeit Macht Frei! (El trabajo os hará libres)

Voy y le reclamo otra vez a la sedicente gerenta sobre la majadería impresa a nombre de la “Institución” y me dice: “LO QUE PASA… es que ya hemos trasmitido su queja a nuestros “directivos”… y en nuestras “juntas” de cada semana les hacemos VER lo que sucede…” (bla, bla, bla) Bilis en vesícula, vuelvo a formarme en la fila de los condenados y luego de pagar por mis “servicios” el inocente encargado de la ventanilla me espeta: “¿Ya tiene Ud. Cuenta con nosotros?”…

¡Lo que se habrán gastado en mandar a hacer y distribuir en todas sus sucursales las mentadas tipo letrero; con lo cual evidencian de facto, la comisión del ¡Delito de Discriminación!

Algunos pseudo banqueros podrían aprender algo dándose una vueltecita por las sucursales de su institución para percatarse de hasta dónde llega el despilfarro de los recursos y cómo las “políticas” de COMUNICACIÓN E IMAGEN de su propio changarro, sirven para ¡hacerse fuera de la bacinica!

¿Y el dichoso CONAPRED –Consejo Nacional Para Prevenir la Discriminación- Apá..? Igual que la mayoría de las instituciones del país, mijo. Remando y haciéndose de la vista gorda.

Anecdotario: ¡Lo que se habrán gastado! En los insufribles “spots” publicitarios del Gobieerno Federaal donde ¡al Presidente! –sin decirle “aguas” ponen en su boca aquello de: “…para que sus beneficios TE LLEGUEN A TI”, del verbo “té a ti contigo” (Ni modo que “te lleguen a ti, a tú y a té…y a los y las y les..”) Ni qué decir de los chascarrillos –a costillas del Erario- en que se nos presume sobre los quiaceres de “La Casa de los Mexicanos” ¡firmada! por la “sexagésima segunda” y/o la “sexagésima tercera LEGISLATURA” ¿Por fin..? ¿En cuál vamos??? LO QUE PASA es que los Senadores siguen en la “sexagésima segunda”, mientras que los dipus ya se agandallaron la “sexagésima tercera”. ¡Lindezas del Sistema!

Ya escucho a Madame Guillotine Francine, ¡Córtale, córtale mi buen…!

¡Viene, viene! Ahí quedó…

Comentarios