Lo que le faltó al debate 2018

Abomino los debates electorales que ni debates son. Abomino los debates electorales que ni debates son. Supuestamente buscan mostrar la capacidad de cada uno de los candidatos para gobernar el país. Gobernar significa aplicar la ley;...

23 de mayo, 2018

RHT

Abomino los debates electorales que ni debates son.

Supuestamente buscan mostrar la capacidad de cada uno de los candidatos para gobernar el país.

Gobernar significa aplicar la ley; y no pueden aplicarse leyes que se ignoran.

Los temas a debatir fueron los derechos de los migrantes, el comercio, la inversión y la seguridad fronteriza.

Ninguno de los tres aspirantes sabe que los temas de migración, comercio, inversión y seguridad fronteriza entre México y Estados Unidos, estan legislados (y vigentes) en un viejo documento que todos ellos desconocen.

Me hubiera encantado poder preguntarles o que alguno de los moderadores les preguntara algo tan simple como lo siguiente:

¿Cuál es el tratado vigente entre Estados Unidos y México, que rige los temas de migración, comercio y seguridad fronteriza?

Ninguno de los tres candidatos presidenciales habría podido responder con acierto.

Si lo supieran, habrían comenzado por decir que los mexicanos que cruzan el río Bravo hacia el norte, no son migrantes ilegales sino MIGRANTES FORZADOS, conforme los define la Organización Internacional para la Migración.

Según La Organización Internacional para la Migración de la ONU, La migración forzada, se distingue por un elemento de coacción, que incluye peligro para el sostenimiento personal o de la familia, y puede originarse por desastres ocasionados por el hombre, como ocurre con el desplazamiento de personas a raíz de invasiones y guerras.

En consecuencia, los únicos culpables de la migración forzada de millones de mexicanos, son precisamente los que nos robaron más de medio territorio entre 1836 y 1848.

El despojo de más de la mitad de nuestro territorio (California, Nuevo México y Tejas) por parte de Estados Unidos, califica legalmente como un desastre ocasionado por el hombre que de manera violenta y directa nos arrebató la posibilidad de aprovechar nuestros recursos naturales en esas tierras, y privó a nuestro pueblo de los medios de sustento que obligan a tantos de nuestros hermanos a buscar la supervivencia hacia el norte de la actual frontera.

El episodio de los Niños Héroes forma parte de la invasión de Estados Unidos a México, cuyo propósito fue conquistar la mayor cantidad de territorio mexicano posible; INCLUYENDO AL ISTMO DE TEHUANTEPEC.

El tratado que rige hasta hoy las relaciones entre Estados Unidos y México, NO es el TLCAN, sino el tratado de Guadalupe Hidalgo.

El artículo XXI de ese antiguo tratado, basta para poner fin inmediato a las deportaciones de mexicanos, así como a la militarización de la frontera actual, y a la construcción del dichoso muro de Clairol Trump.

Pero como dicen el refrán y el principio jurídico:

“La ignorancia de la ley no excusa de su cumplimiento; PERO SÍ priva de sus beneficios.”

El artículo XXI de Guadalupe Hidalgo, obliga tanto a Estados Unidos como a México, a consultarse previamente y actuar de común acuerdo, en todos los temas que afectan a los pueblos de ambos países.

La ignorancia común a los tres candidatos presidenciales, les impide siquiera comenzar a pensar sobre la mejor forma de contrarrestar los atropellos de Clairol Trump.

Parece mentira que Vladimir Putin tenga más conocimiento sobre el atraco territorial cometido por los gringos, que los aspirantes a la presidencia de México.

Dada la extraordinaria importancia de la relación entre México y Estados Unidos, es indispensable que quienes aspiran a ser presidentes de la república, conozcan a fondo la historia que nos es común, y sin duda alguna, el tratado Guadalupe Hidalgo que continúa vigente y nos sigue afectando de manera negativa.

Otra señal inequívoca de ignorancia ofensiva, es la ocurrencia de Jaime Rodríguez Calderón (¿primo político de Margarita la ausente?), cuya iniciativa de mochar manos, está prevista y prohibida en el artículo 22 de nuestra Constitución Politica que ese mequetrefe obviamente ignora:

Nuestra Constitución dice lo siguiente:

Artículo 22. “QUEDAN PROHIBIDAS las penas de muerte, DE MUTILACIÓN, de infamia, la marca, LOS AZOTES, LOS PALOS, EL TORMENTO DE CUALQUIER ESPECIE, la multa excesiva, la confiscación de bienes y cualesquiera otras penas inusitadas y trascendentales. Toda pena deberá ser proporcional al delito que sancione y al bien jurídico afectado.”

La ocurrencia del “Bronco” no es lo peor, sino que ninguno de los debatientes le hizo ver que la Constitución de México prohíbe su salvajada.

Por su parte, López Obrador se desenvolvió como un ruquín cascarrabias al insultar a Ricardo Anaya como si se tratara del encuentro entre un bully y un mocoso en el patio de alguna escuela secundaria.

AMLO puede agradecer que el chamaco no le haya dado un soplamocos que lo hubiera obligado a acudir de urgencia para que lo atendiera su taxidermista.

Para rematar mi repugnancia por estos ejercicios de mercadotecnia política, me parece nefasto que los contendientes se tuteen en vez de conducirse con una mínima seriedad para la cual, opino que el “Usted” es una palabra digna de ser utilizada. (Hasta para mentarse la madre, es más contundente hacerlo de “usted”).

Si de ponerle sabor al debate se trataba, en vez de imponer al bufón de Nuevo León, el Circo Nacional Electoral debió volver a contratar a Julia Orayen, la edecán cuyo escote fue lo único memorable del dizque debate presidencial del 2012.

Sus dos argumentos de indiscutible peso, le hicieron mucha falta al debate.

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