Tomás Borges recomienda: “Guerras Sucias”

Autor: Jeremy Scahill Editorial: Paidós “Está prohibido matar y todo asesino será castigado, a no ser que mate en compañía de muchos y al son de las trompetas” Voltaire Tras… Autor: Jeremy Scahill Editorial: Paidós "Está prohibido...

16 de enero, 2015

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Autor: Jeremy Scahill Editorial: Paidós “Está prohibido matar y todo asesino será castigado, a no ser que mate en compañía de muchos y al son de las trompetas” Voltaire Tras…

Autor: Jeremy Scahill

Editorial: Paidós

"Está prohibido matar y todo asesino será castigado,

a no ser que mate en compañía de muchos y al son de las trompetas"

Voltaire

Tras los lamentables sucesos de París, en la sede del semanario Charlie Hebdo que costó la vida a 12 personas, cuyo acto fue reivindicado por Al Qaeda, el fantasma del terrorismo vuelve a recorrer no sólo Europa, sino el mundo.

El terrorismo religioso sigue causando estragos y su lucha legítima a gobiernos que utilizan el terrorismo de Estado para combatir este flagelo, que hace que las democracias se tambaleen y que sigan escuchando a los derechistas que exigen mano dura contra los fundamentalistas en detrimento de las garantías individuales y de los derechos del hombre y el ciudadano.

Bajo este contexto, Jeremy Scahill, periodista reconocido y galardonado con el premio George Polk, nos descubre en “GUERRAS SUCIAS” la guerra que se esconde detrás del terror, protagonizada por el país más poderoso del mundo, quien se autonombró defensor de la democracia en todo el orbe.

En sus páginas, nos cuenta a manera de thriller, como los garantes de la libertad han hecho del asesinato el elemento central de su política de seguridad nacional. En él, Scahill cuenta como los “Halcones” utilizando como pretexto la guerra contra el terrorismo, ordenan la eliminación física de ciudadanos americanos y del orbe, sólo por ser considerados “afines a los grupos islamistas y yihadistas”, sin que medie juicio alguno, sólo vagos informes de “inteligencia” a todas luces manipulados.

Ésta práctica, iniciada por George W. Bush en el 2001 y continuada inmisericorde por Barack Obama, abogado Constitucionalista, es una guerra orquestada desde las sombras por las fuerzas especiales de los EEUU, quienes tienen luz verde (y un gran presupuesto) para eliminar a todo sospechoso de colaborar con los terroristas.

A diferencia de su predecesor, que delegaba las ejecuciones, sólo Obama ordena la eliminación de los sospechosos, en reuniones de gabinete celebradas en martes (conocidas como “Martes de Terror”), donde emulando a los dictadores como Stalin y Mao, palomean como si fueran Dios los nombres de las personas condenadas a muerte en aras de la democracia.

El uso indiscriminado de Drones, prisiones clandestinas, uso y abuso de ejércitos privados, violadores sistemáticos de los derechos humanos como la empresa multinacional “BLACK WATER” (encargada de la seguridad de los representantes del gobierno americano y sus intereses en zonas de conflicto), hacen que la guerra decretada por Bush, además de sangrienta, sea más que rentable, para reactivar la economía de una nación que sólo repunta cuando hay un conflicto en puerta.

El libro cuenta la historia de expansión de las guerras encubiertas de EEUU, del abuso del “privilegio del ejecutivo” de ordenar la muerte de una persona de un plumazo (literalmente) y de la actuación de las fuerzas especiales que no responden a nadie, salvo al ejecutivo de la nación más poderosa del mundo.

A manera de las mejores obras de Frederick Forsyth y John Le Carré, nos cuenta sobre las operaciones encubiertas ordenadas por Equipo 6 de los SEAL (fuerzas de élite de la marina) y el Mando Conjunto de Operaciones Especiales (JSOC por sus siglas en inglés), quienes salieron a la luz por ser los orquestadores de la muerte de Osama Bin Laden, ejecución que igualando a lo más granado de un reality show, fue transmitida en directo para el regocijo del Ejecutivo y su gabinete en mayo del 2011.

Un libro crudo, que hará replantearse si la estrategia seguida por la nación más poderosa del mundo es la correcta y si estos actos criminales, justificados en pro de la democracia, no son sino caldo de cultivo para que los grupos radicales, como ISIS y AL QAEDA sigan reclutando gente para su FATWA.

¡Una razón más para decir #YONOSOYCHARLIE! Y evitar ser presa de la propaganda gubernamental.

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