El doble y la mitad.

Tras los brevísimos instantes de la vida Donde su curso cambia de repente, Es que nuestros caminos se bifurcan. El tiempo se fragmenta y se...

24 de diciembre, 2018

Tras los brevísimos instantes de la vida

Donde su curso cambia de repente,

Es que nuestros caminos se bifurcan.

El tiempo se fragmenta y se dilata

Tras un chispazo súbito;

De un momento al siguiente.

 

Para los que se van;

Los que nos fuimos,

El presente de pronto se congela

En su última imagen;

La imagen que llevamos con nosotros.

 

El pasado se queda en un ayer;

En el ayer de un limbo suspendido,

Donde nada parece que sucediera.

 

Para quienes se quedan,

Los que quedan  atrás,

El ritmo es por completo diferente.

 

Se entrecruzan inicios y finales;

Muertes y vidas 

Unas tras las otras.

Seres que ya no estan;

Pero nos miran

Como un ya remotísimo recuerdo;

Alguien que se perdió en el laberinto,

La quimera de tiempos y destiempos.

Donde nada parece haber pasado,

Pero en cambio, la vida continúa,

Y renace de nuevo en otras vidas;

Ojos de otras miradas, y otras voces;

Manos infantes con el tacto nuevo;

Pasos de otros caminos que comienzan;

Nuestra sangre que fluye en otras venas,

Y corazones aún desconocidos.

 

Vidas que antes no estaban

Pero llegaron

Al paso del verano, 

Con las cigüeñas de África,

Remontando los Alpes hasta este pueblo

Donde vine a parar.

 

En torno de tu niño 

El niño que te habita todavía,

Vive hoy un joven con el doble de años.

 

Mientras yo, 

Me he perdido las sonrisas,

Los llantos,

Las preguntas;

Tus preguntas;

La mitad de tu vida

Sin la mía

Un cuarto de mi vida,

Sin la tuya.

 

Y al despertarme hoy,

Pensando que no había pasado nada;

Ahora soy este viejo,

Que solo tiene sed.

 

No te quise

Como querías

Que te quisiera;

Que más hubiera yo querido 

Que quererte,

Pero quererte bien.

 

No haberte dado lágrimas

Ni heridas.

 

Solo viendo hacia atrás

Es que aprendemos,

(Y no siempre aprendemos)

Lo que no vimos yendo hacia adelante;

Cuando todo el futuro era promesa

Y la vida más sueños que recuerdos.

Lo que no imaginamos,

Ahí,

Aquí en el corazón,

Donde la condición,

Del “y si hubiera”,

Trae su amarga cosecha.

Ciegos que somos

Por no querer mirar,

No vemos que la llave,

Que traemos la llave

Para abrir,

Para sanar,

Para por fin volver.

 

La llave del amor

Que  abre la puerta del perdón

Tras de la cual,

El corazón espera,

Para vivir

Para palpitar

Y  amar de vuelta.

La única tragedia,

La incurable tristeza

Sería no estar a tiempo;

No regresar a tiempo de abrazarnos;

Y que la muerte,

Venza corriendo en  su carrera lenta,

Sabiendo que su apuesta es ventajosa,

Porque ella nos conoce;

Porque ella solo tiene que esperarnos.

Apuesta el doble contra la mitad;

El doble de tu tiempo transcurrido,

Y tu dulce mitad, que no miré.

 

Navidad de 2018

Stahringen am Bodensee,

Baden Wurttemberg, Alemania.

Para m h 

 

 

 

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